Por Rafael Claudín
Ciudad de México, 16 de septiembre (SinEmbargo/TICbeat).- Pensar en trabajadores blue-collar (ejecutantes de tareas manuales y obreros) embutidos en exoesqueletos especialmente preparados para que puedan rendir 20 veces más, al menos, que si trabajaran a pelo, pone en la mente peligrosas imágenes de explotación robótica futura. ¿Demasiadas películas de ciencia-ficción? Probablemente, aunque el objetivo declarado de Lockheed Martin para este desarrollo es el aumento de la productividad de los operarios.
El trabajo más pesado de éstos en, por ejemplo, la Marina de Estados Unidos, principal destinatario del nuevo exoesqueleto Fortis, puede exigir levantar un peso cercano a los 15 kilos durante unos instantes. Lo que tarda el operario en necesitar un respiro: no es un esfuerzo que se pueda mantener de forma continua. Al menos, si no estás armado con este sencillo exoesqueleto.
Fortis no es, ni mucho menos, el exoesqueleto más sofisticado que hay en el mercado, pero su sencillez es probablemente su punto más fuerte. Pesa 13.6 kilos y es capaz de soportar otros 16.3 kilos. Todo este peso no descansa sobre el ser humano. Ni siquiera sobre sus botas, lo que acaba teniendo también un efecto negativo, sino que se desvía para que se apoye directamente en el suelo.
El exoesqueleto dispone de las mismas articulaciones que el cuerpo humano, permitiendo a su portador no sólo estar de pie como un tótem, sino moverse con considerable libertad en el entorno. Se trata, como indica Wired, de uno de los primeros exoesqueletos de uso industrial.
Viabilidad comercial
Los dos primeros ejemplares de Fortis están ya en manos de la Marina de Estados Unidos, que los va a poner a prueba durante los próximos seis meses para ver hasta dónde pueden llegar con ellos. Sin embargo, esa movilidad lo convierte en un exoesqueleto viable en entornos industriales muy variados, por lo que puede convertirse en uno de los modelos más utilizados.
En las pruebas de Lockheed Martin, los operarios armados con Fortis son capaces de realizar el trabajo más duro de forma continuada durante al menos 30 minutos, cuando sin el exoesqueleto la media era de sólo tres minutos. Eso sí, el aumento de productividad se muestra variable según el tipo de tarea, duplicándola en el peor de los casos y aumentándola hasta 27 veces en el mejor.
Puede suponer, desde luego, un considerable ahorro de tiempo en los trabajos industriales más exigentes. La esperanza de Lockheed Martin, en palabras de Adam Miller, director de nuevas iniciativas de la compañía, es que se utilice “en cualquier lugar donde haya un entorno complejo e irregular. Esperamos que otras industrias lo vean y digan: Queremos algo similar.”
Puedes ver Fortis en acción en este breve vídeo: