Un científico uruguayo busca crear un tratamiento que mitigue los daños de enfermedades como el Alzheimer y la Esclerosis Lateral Amiotrófica. Su prometedor trabajo fue considerado para recibir recibir el galardón a Jóvenes Investigadores 2021 de IBRO.
Montevideo, 10 septiembre (EFE).- Sin perder de vista el peso extra que la pandemia supuso para el mundo de la ciencia, el neurocientífico uruguayo Emiliano Trías es optimista en alcanzar su gran meta: un tratamiento que mitigue los daños de enfermedades como el Alzheimer y la ELA.
Es que, como expresa en diálogo con Efe el joven investigador del Institut Pasteur (IP) de Montevideo tras ser premiado por la Organización Internacional para la Investigación del Cerebro (IBRO), si bien la COVID-19 dio más visibilidad al campo científico, también generó una sobrecarga de trabajo.
MANTENER LA VARA ALTA
En esa línea, quien colidera en el Laboratorio de Neurodegeneración del IP junto a su responsable, Luis Barbeito, varios proyectos vinculados al envejecimiento del sistema nervioso, dice que su equipo está «contento» con haber mantenido la actividad pese a los obstáculos.
«Lo importante es que el equipo está trabajando bien y está pudiendo producir muy bien en tiempos que son muy complicados (…), en los laboratorios en el día a día ha sido complicado y por lo menos hemos podido mantener el nivel de publicaciones, o sea que estamos contentos», resalta.
A lo que considera que recibir el galardón a Jóvenes Investigadores 2021 de IBRO fue un logro colectivo, el científico de 34 años, licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de la República, dice que además de ser «un aplauso» el premio los incentiva a mantenerse motivados.
«Siempre el reconocimiento de los pares tanto a nivel local como internacional es una motivación extra para confirmar o por lo menos darnos cuenta de que estamos haciendo las cosas relativamente bien», apunta quien actualmente trabaja sobre una nueva línea de investigación centrada en el envejecimiento natural del sistema nervioso.
Por otro lado, Trías, que ha publicado artículos en prestigiosas revistas académicas en colaboración con investigadores del Instituto Imagine de París y de la estadounidense Universidad de Alabama en Birmingham, remarca que, aunque en 2020 «se cortó un poco» en cuanto a viajes, el intercambio con los colegas prevalece en remoto.
AVANCES Y OPTIMISMO
Comprometido desde hace varios años con diversas líneas de investigación vinculadas a enfermedades neurodegenerativas como la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y el Alzheimer, Trías publicó el pasado 13 de agosto junto a un grupo liderado por la investigadora Mariángeles Kovac un artículo que abre camino hacia tratar la ELA.
El avance, que constituye el doctorado de Kovac, está vinculado con el hallazgo que el grupo del IP hizo junto a científicos de Francia y Estados Unidos en 2018 de que dos tipos de células inmunes tienen un rol central en la inflamación de las conexiones neuronales que restringen el movimiento de las personas con ELA.
«Ella por primera vez pudo caracterizar muy bien el pasaje de estas células del sistema inmune desde la periferia hacia el sistema nervioso central y ver cómo este fármaco, el masitinib, es capaz de bloquear esa infiltración», explica con alusión al medicamento que está en pruebas para combatir el avance de la ELA.
Sobre ese punto, además, Trías destaca que el masitinib está en etapas «muy avanzadas» de ensayos clínicos con pacientes y ve con buenos ojos la posibilidad de que en un futuro no muy lejano se trate con él no sólo a pacientes de ELA sino de otras neuropatologías.
«Se vienen observando resultados muy promisorios, un efecto terapéutico muy interesante y ojalá en el correr de pocos años si realmente se confirma su efecto podamos tener este nuevo fármaco en la clínica para tratar patologías neurodegenerativas porque también se viene probando en Alzheimer», acota.
A lo que señala que siempre busca ser «optimista» en un campo cargado de «mucha frustración», el uruguayo aclara que si bien el fármaco, que se estudia hace una década está cerca de ser aprobado, indica que para estas enfermedades se apuesta cada vez a combinar varias terapias distintas.
APOYOS SIMBÓLICOS
Según el investigador del IP, el premio de IBRO, que otorga 5 mil euros a los ganadores como un apoyo al funcionamiento de sus laboratorios, es, a nivel financiero, de carácter «simbólico», ya que, subraya, la ciencia en sí «es muy costosa» y una suma así no cubre más que ciertos gastos operativos.
En este sentido, aunque cree que servirá para adquirir cierta cantidad de reactivos y otros insumos para el laboratorio, Trías argumenta que el costo de publicar un trabajo como el último del grupo ronda, por los recursos humanos, animales para pruebas y otros insumos, los 100 mil dólares y pide un mayor apoyo a nivel país.
«(El premio) ayuda pero tenemos que seguir apostando a nuestro país, por que tanto el Estado como la industria intenten de invertir mucho más en el conocimiento, en la ciencia, en la investigación», concluye el científico.