Fiestas de 72 horas, fiestas disco, fiestas con drogas y celebridades: esta lista de reproducción de películas y documentales celebra la vida nocturna con todos sus excesos.
Por Colin Crummy
Ciudad de México, 11 de septiembre (SinEmbargo/ViceMedia).– Poppers, sudor, alcohol, mucho alcohol y más música. Un día entero de fiesta no es suficiente para los party monsters, pero si ya has pasado esa etapa, puedes utilizar tus noches para ver estas películas recomendadas por Vice sobre los animales nocturnos.
PUMP UP THE VOLUME: THE HISTORY OF HOUSE MUSIC
Este documental de 2001 del Canal 4 dura 145 minutos, pero es considerado ampliamente como uno de los mejores filmes sobre la cultura de los centros nocturnos, trazando el surgimiento de la música house en los centros nocturnos underground de Chicago, convirtiendo a los DJs en superestrellas, a las discotecas en marcas globales y a la vida nocturna en un estilo de vida. La música tampoco está mal.
TRAINSPOTTING
«El mundo está cambiando, la música está cambiando, las drogas están cambiando, incluso los hombres y las mujeres están cambiando. Dentro de mil años, no habrá chicos o chicas, sólo bastardos. Suena genial para mí». Mark Renton resume el futuro de los clubes nocturnos en 1997. El director Danny Boyle, por su parte, de manera sencilla filma ese momento en que un club nocturno pareciera serlo el mundo entero.
LIMELIGHT
¿Cómo podemos ser sutiles con respecto a esto? El dueño del club a menudo se metía al lado más sospechoso del mundo de los negocios y Limelight, la historia del ascenso y la caída de uno de los personajes más excéntricos, resonará con cualquiera que haya hecho negocios de dudosa reputación sin que nadie viera. A principios de los noventa, el hombre del parche en el ojo, Peter Gatien, manejaba los clubes increíblemente influyentes de Nueva York como Tunnel, Palladium y The Limelight.
En Limelight, el director Billy Corben se centra en el club más famoso de Gatien, que se había hecho de una reputación derivada del salvajismo sexual, el consumo de estupefacientes y las celebridades que clamaban para entrar en acción al ritmo de un soundtrack de tecno industrial. ¿No suena genial? Pues para el alcalde Giulliani no sonaba nada genial, así que cerró las puertas del Limelight como parte de una extensa limpieza de la ciudad. En este documental, Corben capta la locura, el exceso y las grandes fuerzas del conservadurismo que querían acabar con el clubbing.
THE LAST DAYS OF DISCO
Whit Stillman pone las políticas sociales estilo Jane Austen en la pista de baile del Studio 54. Chloe Sevigny y Kate Beckinsale son los mordaces chicas en pequeños vestidos negros de Manhattan. El resultado es la representación más nítida de la pista de baile como un lugar para el ascenso social y como un indicador de estatus. El guión de Stillman, por su parte, vibra con ingenio.
EDEN
Mia Hansen-Løve dijo que ideó Eden, su película ambientada en la escena emergente dance del París de los años noventa, porque no había ninguna película que realmente tomara en serio la cultura del clubbing. Así que en Eden, la vida nocturna no sirve sólo de telón de fondo, sino que domina la vida del personaje principal, Paul Vallée (interpretado por Félix de Givry).
Él es un DJ que está empezando a tener éxito en la escena francesa, la cual también incluye a Daft Punk, Cassius y Justice, pero que no llega a alcanzar la misma fama internacional. Eden se trata acerca de vivir la vida nocturna como una obsesión y de la resaca que puede producir. También es una intoxicante documentación de la escena misma, con un jubiloso cameo de Daft Punk.
PARIS IS BURNING
La instantánea que Jennie Livingston nos presenta de las competencias LGBTQ de baile en Manhattan de los años ochenta es muy vívida debido al color, el ingenio y la majestuosidad que no es posible compensar aunque veas miles de repeticiones de Drag Race (un espectáculo que reconoce su enorme deuda con la cultura del Ballroom), a menos que hubieras estado ahí. Hay una enorme tragedia al centro de Paris is Burning, ya que todos susvoguers se vieron involucrados en problemas de pobreza, discriminación y una emergente epidemia de SIDA que estaba devastando a la comunidad. Pero la película logra afianzarse en torno a esta cultura desafiante de baile y celebración del ballroom. Es la mejor evocación de una vida nocturna como comunidad, sin excepción.
HUMAN TRAFFIC
«¡Me la estoy pasando increíble con unos tragos encima y sintiendo la música!». El problema con la representación de la escena de los clubes nocturnos en el cine es que el director -por lo regular, un hombre heterosexual blanco de mediana edad, quien no ha visto una pista de baile en una década- recrea un sentimiento ya medio olvidado de su juventud. Es eso, o el ánimo es ya tan pulido y performativo, que no logra captar el caótico mundo del clubbing.
Human Traffic logra evadir todo eso, centrándose en cinco amigos locos en el Cardiff de los años noventa, durante el pináculo de la escena club de la misma década, captando todo el desenfreno de la cultura de los clubes nocturnos. Aparentemente habrá una secuela en la que el grupo se va a Ibiza. Sólo podemos esperar que la estrella que surgió de Human Traffic, Danny Dyer, regrese a masturbarse frente al espejo del dormitorio.
WILD COMBINATION: A PORTRAIT OF ARTHUR RUSSELL
Para el retrato emotivo y lleno de matices de un artista en la escena disco de Matt Wolf, nos tenemos que trasladar a la caja de petri que era el Downtown de Nueva York a finales de los setenta y principios de los ochenta. Arthur Russell fue un compositor vanguardista, cantautor y productor de discos que encontró una afición fiel en el legendario club de música experimental The Kitchen. Mezclando imágenes de archivo de las noches de la época disco con entrevistas contemporáneos de aquellos que lo conocieron, Wolf construye la imagen de un artista complejo y cautivador. Una vez que aparezcan los créditos, saldrás en busca de los sonidos únicos de Russell para una época.
54
¿Otra película que habla del Studio 54? El icónico club nocturno de Nueva York puede ser el más conocido del folclore de la vida nocturna, pero si ves la película 54 de Mark Christopher dejarás de preguntarte el porqué. 54 lleva la vida nocturna al extremo del glamour, hedonismo y toxicidad, tal como se ve a través de los ojos del angelical ayudante de camarero Shane [Ryan Philippe], quien pierde la camisa y se enamora de todo lo que hay bajo las luces de la bola disco. La película inicialmente fue cortada para presentar una versión de los eventos más suave -menos gay. Para tener la perspectiva completa del desenfreno en el club mas famoso de Nueva York, es necesario que veas las partes que fueron editadas, las cuales el director decidió sacar a la luz el año pasado.
DON’T FORGET TO GO HOME (FEIREN)
Brillantemente titulada y tan maravillosamente evocadora que el aroma de los poppers, el sudor y la sensación de privación del sueño prácticamente se filtran por la pantalla. Este documental de 2006 sobre la practica berlinesa de irse de fiesta durante 72 horas continuas llega al fondo de lo que ocurre en Berghain, Watergate, Bar 25 y el Club Der Visonaere.
No esperes ver imágenes pulcras de la vida nocturna. Don’t Forget to Go Home es en gran parte un testimonial en video de los propios asistentes de los clubes. Este enfoque poco pretencioso trabaja en favor de la película. No habrás vivido hasta que hayas escuchado la descripción picante que hacen los clubbers de las escenas de orgías sexuales en Berghain.