La agricultura urbana acerca a las personas que no tienen ningún vínculo con la siembra y cosecha para que la retomen y puedan generar estrategias para comer de manera más sana, sin agroquímicos, de manera orgánica, promover el cuidado del agua y del suelo y aprovechar el agua pluvial para producir alimentos.
Por Amelia Gutiérrez Solís
Ciudad de México, 11 de agosto (SinEmbargo/AgenciaConacyt).– El ingeniero en agroecología por la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), Julián Mendoza Campos, promueve en la entidad la agroecología urbana, que consiste en aplicar los métodos técnicos y agronómicos-biológicos.
“Desarrollo una experiencia con un colectivo de profesionistas en la ciudad de Guadalajara denominado Instituto Omatl; formamos parte de una red de agricultores y hacemos promoción y divulgación de la agricultura urbana porque creemos que ésta tiene el potencial no solamente de producir alimentos, que es el pilar fundamental, sino que tiene otros pilares que van a acompañados con la producción de alimentos”.
Por medio de la agroecología urbana se promociona la cultura y educación ambiental, además de concientizar sobre los procesos productivos que suceden en el campo agrícola y con ello, generar puentes de comunicación entre las sociedades urbanas y rurales, señaló en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
Mendoza Campos, quien estudia la maestría en desarrollo rural regional en la UACh, que es un posgrado reconocido en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), explicó que en México el tipo de sistema productivo predominante en la agricultura se llama sistema convencional, que hace uso de agroquímicos y tecnologías, que si bien promueven el desarrollo productivo y económico del sector agrícola, por otro lado están afectando la salud de los ecosistemas.
AGRICULTORES DE SACO Y CORBATA
El desarrollo debe ser compatible y sustentable, entre lo económico, ambiental y social, por ello la agroecología propone que haya un equilibrio en la producción de alimentos.
Indicó que la agricultura urbana puede instalarse en sistemas productivos en cualquier tipo de espacio como azoteas, paredes, patios, escuelas, centros penitenciarios y puede ser una opción como terapia ocupacional.
“El consumo directo o local tiene implicaciones ambientales, culturales, económicas y sociales, que generan redes internas en las ciudades, que los economistas franceses les llaman circuitos cortos de comercialización”, expuso.
El integrante de la red de agricultores urbanos de la zona metropolitana de Guadalajara señaló que este grupo intercambia semillas y técnicas, además de compartir trabajos.
“La conformación de redes sociales, no virtuales, relativas a la producción de alimentos es una cuestión de seguridad y soberanía alimentaria, sobre todo en estos momentos que tenemos esa incertidumbre comercial y productiva porque no somos autosuficientes”, afirmó Mendoza Campos.
DIETA SALUDABLE
La agricultura urbana y periurbana acerca a las personas que no tienen ningún vínculo con la agricultura para que la retomen y puedan generarse estrategias para mejorar la dieta de las personas, comer de manera más sana, sin agroquímicos, de manera orgánica, promover el cuidado del agua y del suelo y aprovechar el agua pluvial para producir alimentos.
Una característica que tiene la agricultura urbana y periurbana es que se desarrolla en predios no aptos, por lo que se debe trabajar para reactivarlos, haciendo uso de la agrobiodiversidad.
En Colima, Julián Mendoza participa en el proyecto Transferencia de tecnología para la producción y certificación de productos orgánicos en el estado de Colima, que apoya la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), la Fundación Produce Colima, A.C. y la UACh.