Nunca Fuimos Modernos (NFM) es un programa de radio por internet que tiene excelentes propuestas para los amantes de la radio independiente. Como sabemos, en la nube cibernética encontramos muchas variantes de programas de radio, entonces, ¿cómo saber cuáles son nuestras preferidas? Bueno, hay para todos los gustos y entre tantas apuestas uno puede perderse un poco, pero llega el momento en el que se encuentra la emisión precisa; entonces uno se siente como en casa. Hace unos meses conocí ésta genial propuesta que es mi favorita entre todas.
Nunca fuimos modernos se transmite desde Buenos Aires, dentro del Centro Cultural Matienzo que es un hito de los espacios culturales en Capital. Conocí el programa navegando por la internet, aquella ocasión hablaron sobre la edición de fanzines y de cómo hacer el aguante con estas publicaciones. El equipo que lleva el programa son: Diego Banfi, Tomás Bar (corresponsal en Berlín), Nela Regazzoni y Félix Fernández Cambeiro. Ellos son el cuarteto perfecto para crear un programa de alto voltaje; siempre acercándonos a distintas propuestas creativas y siempre sorprendiendo a sus invitados con preguntas divertidas e inteligentes. Hace unas semanas tuve la oportunidad de asistir tanto al Matienzo como a la estación. Me sorprendí de lo grande y bien organizado que está el Centro Cultural. Subí a la cabina de radio y me encantaron sus paredes de cristal: de un lado se pueden ver a los grupos musicales y poetas que leen esa noche; del otro lado se ven dos murales y a los asistentes divirtiéndose. Son interesantes las noches en el Matienzo porque en una fecha el público puede encontrar mucho en el mismo espacio: un par de eventos musicales, lecturas de poesía; exposición de la obra de artistas visuales y quizá, rematar con una película en la sala de cine. Entre toda esa maravilla Nela y Félix transmiten Nunca Fuimos Modernos. Un programa ideal para conocer música de todo el mundo, pues Félix es melómano con maestría y doctorado. NFM es expansivo: a través de este programa podemos conocer mucho de la movida musical y poética independiente de Buenos Aires, pero también entre sus invitados podemos encontrar a un científico, un bar tender; realizadores de un documental argentino sobre el porno; un abogado que habla sobre el caso del Aleph engordado de Pablo Katchadjian y hasta jugadoras de Roller derby. ¿Cómo caben tantas propuestas en un mismo espacio? En cada emisión se apuesta por ofrecer un paisaje más del planeta que es este programa. Cabe señalar que NFM forma parte de la cooperativa Radio Colmena. Estos proyectos, junto al CCMatienzo, son muestras de espacios culturales en resistencia en Capital, siempre abiertos al diálogo. NFM apuesta por ofrecer un muestrario de casi todo lo que sucede en Buenos Aires (y a medida de lo posible) en otras partes del mundo, pues también entrevistan a personajes de otros países que acercan al público su manera de ver distintos temas. En ese sentido el programa se enriquece; abarca el árbol, las ramas, las raíces y también los pájaros, su canto y su vuelo. Todo para mostrar a quien escucha una imagen completa en movimiento sobre lo que sucede en la actualidad y de cómo se reinterpreta lo que ya se lanzó al ruedo. El músico tejano Micah P Hinson dice que el folk no es sólo una guitarra acústica y una voz como lija, el folk es reinterpretar para las nuevas generaciones lo que otros ya tocaron. Creo que los chicos de NFM hacen un folk de la bella locura que es vivir estos días. El hilo conductor que siguen es que al final, nos miramos y descubrimos que Nunca Fuimos Modernos, pero igual hay sangre por las venas, pero igual hay delirio, pero igual hay carne, hueso, furia y amanecer.
Busqué a Nela y a Félix para hacerles llegar unas preguntas vía email; esto con la intención de conocer más sobre su proyecto y también para profundizar sobre un par de temas. Así que va la entrevista y el link donde se puede escuchar este programa que se expande y no deja de girar.
¿Hace cuánto iniciaron con el programa Nunca fuimos modernos?
Todo comenzó allá por el 2013. Surgió de la fusión de dos programas anteriores, Juana Juanita, dedicado a la escena de la música “under” porteña, y Sirenas en Bicicleta, dedicado a la poesía joven, que estaban en la radio desde sus inicios.
Desde su comienzo hasta ahora, ¿qué cambios han tenido en la programación? Me refiero a horarios, días o enfoque.
El primer año íbamos los viernes a las 22 horas hasta pasada la medianoche. Luego, en 2014 y hasta ahora, estamos los sábados desde las 20 horas. Nunca fuimos modernos es una plataforma de investigación radiofónica cuyo objetivo es abordar temáticas sociales desde una perspectiva crítica. Basado en el libro homónimo de Bruno Latour, esta perspectiva apunta a desentrañar lo moderno-no moderno en distintos campos del saber: la ciencia, la política, la música, la literatura, etc. En ese sentido, el programa no es disciplinar, sino transversal. Es decir, no es un programa “de” o “sobre” un campo determinado, sino que su indagación recorre diversas disciplinas bajo una misma consigna: cómo pensar lo que veníamos pensando para pensarlo de otra manera. En consecuencia, el enfoque del programa busca complejizar la mirada sobre la vida cotidiana, al mismo tiempo que (de)construye imaginarios sobre los escenarios del presente y del futuro. En un contexto de puesta en crisis de las tradiciones (“¿somos europeos?”, “¿somos latinoamericanos?” “¿somos indígenas?” “¿qué es ser latinoamericano?”), cuestionar el origen de las categorías con las que suele ser pensada la realidad y la tradición es una tarea imperante. Como consigna complementaria, el programa se ocupa de difundir el trabajo de nuevos músicos, artistas y poetas atendiendo el contexto de la radio en el CCMatienzo y la red de centros culturales independientes. En ese sentido, con Nunca fuimos modernos queremos contribuir a la difusión de la producción cultural emergente. En una segunda instancia, el archivo de los programas forma parte de uno de nuestros objetivos principales. En el contexto actual de comunicación digital, consideramos fundamental la conservación y la difusión en diferido del programa. El material de archivo puede visitarse en www.nuncafuimosmodernos.com.
¿Por qué motivo realizaron estos cambios?
Los cambios de horario respondieron a una cuestión de organización y programación de la radio. Pero siempre estaremos en horario nocturno.
Dentro de todos los temas que abordan en su programa, ¿cuáles les parecen los más llamativos y por qué?
Cuando decíamos problematizar lo moderno-no moderno, pensamos en la diversidad temática de los invitados. Pasaron por el programa invitados de la ciencia, como el reconocido biólogo molecular Alberto Kornblihtt, o un curandero de medicina amazónica, hasta el consagrado pianista Horacio Lavandera y nuevos poetas de círculo independiente. También fueron tratados temas como las impresoras 3D, los derechos de autor y el desarrollo de Google, la agricultura familiar y la construcción en barro. Toda esta diversidad de temas conforma una amalgama donde “lo social”, “lo técnico” y “lo cultural” no aparecen de forma separada, sino como un conjunto de interacción.
¿Qué programa y con qué tema les fue difícil trabajar? Ya sea porque el invitado se iba de “mambo” o por la densidad del tema a desarrollar
Como dijimos los temas son amplios. Pese al horario nocturno y al contexto “ocioso” del club cultural en ese momento de la noche, podríamos decir que siempre los invitados superaron nuestras expectativas, en el sentido de compromiso con el diálogo. Nunca fuimos modernos no es un programa de divertimento, aunque la pasemos bien haciéndolo. Eso también forma parte de la batalla cultural. No por estar “de fiesta” se puede ser menos serio, y viceversa. Creemos que eso contrasta con el imaginario de “fiesta” noventera, de superficialidad y esnobismo que prolifera en algunos espacios artísticos-culturales de la ciudad.
¿Nos pueden hablar del panorama que ustedes tienen respecto a la radio independiente porteña y bonaerense?
¡Uf!. Difícil explicarlo. Proliferan radios digitales y eso genera un montón de contenidos webs. Este tipo de espacios es muy necesario tanto por la difusión de ideas y la libertad de expresión como por las redes que se generan alrededor de ello. Sin ir más lejos, Radio Colmena funciona como cooperativa. Eso es trabajo, es crecimiento.
A su programa han asistido cantidad de invitados que forman parte de la buena movida artística independiente que hay acá, ¿cómo ven la movida independiente musical, literaria, plástica, etcétera, en Buenos Aires?
Otra pregunta difícil de responder. Desde el 2001, hubo una emergencia de espacios no institucionales que funcionaron como centros de emergencia de nuevas expresiones y de debate político. Eso generó un crecimiento tal que condujo a que se colectivizaran para promover una ley de centros culturales para que el Gobierno de la Ciudad no clausure estos espacios. Sin duda, este fenómeno marcó buena parte de esta generación.
¿Qué ventajas encuentran al realizar un programa independiente, dentro de una estación independiente como es Radio Colmena?
Libertad absoluta, imaginación infinita. Todo esto porque no hay fines comerciales detrás.
¿Hay importantes desventajas al ser un programa independiente?
Es todo a voluntad. Eso tiene lo bueno del orgullo que eso genera y la desventaja que a veces uno tiene que hacer mil cosas más para vivir.
Si tuvieran la oportunidad de trasladar el programa a una estación dependiente del gobierno o de grandes empresarios ¿lo harían?
Habría que ver las condiciones. ¿Por qué no?
Me gustaría que me hablaran un poco del espacio desde donde transmiten, ¿qué pasa con el genial espacio que es Matienzo? ¿Cómo fue montar una cabina de radio dentro de un espacio cultural?
El Club Cultural Matienzo es un hito de la cultura alternativa de Buenos Aires. Es uno de otros tantos centros, pero sin duda uno central. Por su crecimiento, por su participación política en la ley de centros culturales, y por sus proyecciones a futuro. La energía que está allí desde sus orígenes también se volcó a la radio. El estudio es soñado para las condiciones con las que contamos. Pasamos de estar en un altillo en la vieja casona donde funcionaba el Matienzo a un estudio casi-profesional. Eso le da una base para miles de proyectos a futuro.
¿Qué hace falta en Buenos Aires, para que haya más espacios independientes, autogestivos y con posibilidades de hablar de todos los temas sin censura?
Un Gobierno de la Ciudad responsable por la cultura alternativa y los trabajadores de la cultura que se comprometa a hacer crecerla y no abortarla.
Algún evento gracioso o límite que hayan pasado en una transmisión y que quieran compartir.
Podríamos mencionar un programa que fue cerca de la fecha 25 de mayo, día de la Revolución de Mayo en Argentina. En 2013, además se cumplía una década de la llegada del kirchnerismo al poder. Proliferaban debates. Decidimos hacer un debate de otro tipo. Invitamos a distintos intelectuales y armamos una serie de audios que disparaban distintos temas. Como no queríamos guionar el debate, sorteamos los audios que iban saliendo. De este modo, los temas a debatir eran aleatorios. Más allá de esta propuesta, luego de unas horas se cortó la electricidad y tuvimos que suspender el debate. Al rato, vuelva la electricidad y luego de unas cuantas cervezas al calor de la terraza de Matienzo, decidimos continuar con el debate, incluso fuera de horario. Ese programa duró unas tres largas horas, casi cuatro. Esa noche también hubo invitados que vinieron y no quisieron debatir. Y otras cosas más que no se pueden contar. Una noche para el recuerdo.
¿Qué sigue en Nunca Fuimos Modernos?
Menos modernidad.