La salida de Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o la congelación de las remesas para construir el muro fronterizo, arrasarían con las exportaciones mexicanas y el consumo. Además, el dólar podría llegar a los 25 pesos, el PIB superaría el 4 por ciento y la tasa de interés del Banco de México superaría el 8 por ciento, de acuerdo con analistas.
Por Gabriela Jiménez
Ciudad de México, 11 de julio (SinEmbargo/EconomíaHoy).– Hace un año, cuando Trump anunció su intención de ser Presidente de los Estados Unidos con un discurso en el que calificó a los mexicanos de «violadores» y con la promesa de construir un muro en la frontera pagado por el propio México, pocos creían que llegara siquiera a obtener la candidatura. Hoy, el polémico multimillonario es el candidato único del Partido Republicano, y las posibilidades de que gane las elecciones son tan reales que muchas de sus declaraciones tienen tanto impacto sobre los mercados y sobre el peso mexicano como los telúricos anuncios de la Reserva Federal (Fed).
De acuerdo con la encuesta más reciente del Pew Reserch Center, Hillary Clinton tiene una preferencia de 51 por ciento sobre 42 por ciento de Trump, con un 7 por ciento de indecisos. No obstante, la desconfianza en las encuestas se ha acentuado tras el resultado de la salida de Reino Unido de la Unión Europea, que sorprendió al mundo entero.
«Vemos una altísima probabilidad de que Trump sea Presidente», dijo en conferencia de prensa Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco Base, cuyo pronóstico tanto para la economía como para la estabilidad social mexicana en caso de que el republicano gane, es desolador. Sólo con el hecho de que cumpliera su amenaza de sacar a Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México podría caer en una crisis peor a la de 1994.
Su otra promesa de establecer un arancel del 35 por ciento a todos los productos mexicanos que crucen la frontera ha sido desestimada por muchos bajo el argumento de que esas decisiones tienen que pasar por el Congreso. No obstante, Siller explica que, como Presidente, «sí puede tomar medidas que no pasan por el Congreso, como verificar detalladamente toda la mercancía que viene de México y hacer más ineficiente el proceso de importación, lo cual sería equivalente al impuesto del 35 por ciento».
¿POR QUÉ HA LLEGADO TRUMP TAN LEJOS?
La economista asegura que pese a que pese a que entre 1990 a 2016 el PIB de Estados Unidos ha crecido un 284 por ciento, el problema estriba en la distribución de la riqueza y la estructura del pago a la mano de obra en ese país. De 2001 a la fecha, la proporción de valor agregado que se paga a la mano de obra ha caído un 9 por ciento pese al gran crecimiento económico, con lo cual los trabajadores no calificados han resentido más la transición de la Unión Americana de ser un país manufacturero a uno enfocado al sector servicios. «Se ha ampliado la brecha de salarios entre los trabajadores calificados y los no calificados», dijo Siller.
Existe un importante sesgo en las preferencias electorales de los estadounidenses por sectores sociales que a su vez están profundamente marcados por factores raciales, educativos y económicos.
De acuerdo con el Buró del Censo de Estados Unidos y The Cook Partisan Voting Index, entre los distritos con más de 85 por ciento de población blanca, el 79.5 por ciento de los ciudadanos muestran una tendencia republicana. Esta tendencia también se incrementa en distritos mayoritariamente blancos con una tasa de desempleo superior a 11 por ciento.
En los distritos con población afroamericana mayor al 20 por ciento, existe una mayor preferencia por el Partido Demócrata.
«Sin embargo, existe una mayor preferencia a votar por Donald Trump entre mayor sea el desempleo y el número de trabajadores no calificados», explica Siller, y hay una correlación entre el porcentaje de la población con estudios profesionales y sus preferencias partidistas: A mayores estudios, menor es la tendencia a votar por el partido Republicano.
EL CUMPLIMIENTO DE LAS AMENAZAS
La economista explica que sí existe la posibilidad de que Trump saque a Estados Unidos del TLCAN. Cita el artículo 801 del TLCAN párrafos 3 y 4, Estados Unidos bajo el cual éste podrá adoptar una medida de emergencia a fin de hacer frente a casos de daño serio o amenaza a una industria nacional que surja como consecuencia del tratado. «Una parte puede salir del acuerdo seis meses después de dar aviso a otras partes». En ese escenario, el tratado seguiría vigente entre México y Canadá, «pero el 33 por ciento de nuestras exportaciones tiene como destino Estados Unidos».
Por otro lado, el arancel del 35 por ciento a las importaciones automotrices mexicanas, tendría como consecuencia una caída del 11.6 por ciento en las exportaciones no petroleras de México hacia Estados Unidos, lo cual implicaría una contracción de nuestro PIB del 2.9 por ciento.
La construcción del muro con dinero de los mexicanos podría realizarse mediante la congelación de cuentas bancarias de mexicanos en Estados Unidos, o por medio de las remesas. Para ello tendría que hacer un duro trabajo de seguimiento de 24 mil millones de dólares que se realizan a través de miles de pequeñas transacciones financieras. No obstante, «Trump es irracional. Creemos que incluso si le costara más, sería capaz de tomar esas remesas».
El efecto de que dejaran de llegar las remesas a México sería, de acuerdo con el Banco, de una caída de un 1 por ciento en el consumo interno, equivalente a una caída del PIB del 0.5 por ciento.
Sumando todos estos efectos, hablamos de una caída de por lo menos un 3.4 por ciento en el PIB, advierte Siller. «Esto es solo hablando de los efectos directos». Están también los cambios en las expectativas sobre la economía del país, que podría derrumbar al PIB hasta el 4 por ciento.
De acuerdo con las estimaciones del Banco, una victoria de Trump llevaría al tipo de cambio hasta los 22 pesos por dólar tan rápido como en diciembre, pese a un aumento de tasas por parte del Banco de México que podría llegar hasta el 8 por ciento.
En caso de que cumpliera, como ha dicho, con todos los compromisos de campaña que afectan a la economía mexicana en los primeros 100 días de gobierno, «no sería una locura pensar en un tipo de cambio por encima de 25 pesos por dólar».
UN CAMBIO DE ESCENARIO
La analista explicó que en otros escenarios de depreciación profunda del peso, la consecuencia es un rebote en las exportaciones gracias a que un peso débil es más competitivo en precios. Pero en este caso, no habría a dónde exportar. «¿Hacia dónde mandamos nuestros productos?» plantea, y añade que exportar a otras partes del mundo implica también mayores costos de transporte.
«Creemos que vendría una época de recesión económica bastante fuerte para México en donde además los estados manufactureros y los que reciben remesas serían los más afectados», por lo que se incrementaría aún más la desigualdad de ingresos y el número de personas pobres aumentaría más de un 50 por ciento. aseguró.
Otro efecto adverso para México sería que la economía cayera en «estanflación», es decir un incremento en la inflación aunado a una recesión. Con una alta inflación se incrementarían los riesgos sociales, pues recuerda que las grandes manifestaciones y estallidos se han dado históricamente no por el bajo crecimiento económico, sino porque los precios empiecen a subir, sobre todo los que están en la canasta básica. «Sería una locura», remató.