“No se vale lo que hicieron: confundir a un niño con un maleante, por favor; ¡y por un puto cubrebocas!”, exclamó una de las tías de Alexander Gómez, menor de edad asesinado por un policía municipal en Acatlán de Pérez Figueroa, Oaxaca.
Ciudad de México, 10 de junio (SinEmbargo).- Cuando Alexander Gómez Martínez estaba chiquito no podía pronunciar su nombre: “yo me llamo Chander”, decía. Así fue como todos sus allegados empezaron a nombrarlo de cariño y ese fue su apodo hasta los 16 años, la edad que tenía cuando murió asesinado a manos de un policía en el municipio de Acatlán de Pérez Figueroa, Oaxaca.
Otro joven también fue víctima del ataque y ahora se debate entre la vida y la muerte, dijeron a SinEmbargo familiares de Alexander, quienes ahora claman justicia.
«Queremos que todos los policías que estuvieron esa noche sean detenidos. Queremos una justicia completa: que no quede impune o se haga justicia a medias”, señaló Alexis Martínez, hermano mayor de la víctima.
#JusticiaparaChander es el hashtag con el cual amigos, conocidos, compañeros y ciudadanos se sumaron a la exigencia.
La ejecución extrajudicial del menor de edad tiene lugar en medio de un ambiente donde la brutalidad policiaca se mantiene en la mira y ha sido la protagonista durante la última semana por los abusos, exceso de uso de la fuerza y detenciones arbitrarias contra jóvenes en Jalisco, Ciudad de México y el Estado de México.
La voz de Monserrat Gómez se oye entre cortada desde el auricular del teléfono. No es por la comunicación; ella no puede dejar de llorar, pero insiste en que prefiere dar la entrevista. El coraje, impotencia y dolor le dan fuerzas para denunciar. “No queremos callar”, dijo tajante la tía del menor.
La policía le disparó a Chander y a sus amigos porque presuntamente los confundieron con “delincuentes”, aseguró la familiar.
“No se vale lo que hicieron: confundir a un niño con un maleante, por favor. ¡Y por un puto cubrebocas!», exclamó.
EL CRIMEN
Alexander estudiaba en Orizaba, Veracruz, pero por la contingencia y la suspensión de clases presenciales derivadas de la COVID-19 decidió irse a Oaxaca a pasar la cuarentena con su madre. Tenía al menos dos meses en la comunidad Vicente Oaxaca, en el municipio de Acatlán.
El martes 9 de junio salió de su casa por la tarde-noche, tomó su moto y se dirigió con un par de amigos a una gasolinera para ir a comprar refrescos y echar gasolina, pues irían por unas pizzas para festejar el cumpleaños de uno de sus compañeros, narraron Monserrat y Alexis.
“Por la contingencia hay muchas tiendas cerradas, solo estaba abierta una gasolinera que está a unas cuatro o cinco cuadras de la casa. Ellos iban a comprar refrescos, pero como ni eso había, solo echaron gas”, relató el hermano.
Al salir de la estación de servicio, una patrulla ( la número 023) interceptó el paso de los jóvenes. Testimonios recabados por la familia afirman que los agentes no les emitieron ningún comando, no les gritaron nada, sólo trataron de cerrarles el paso con las luces y torretas apagadas.
“Cuando la patrulla se les atravesó, ellos la quisieron pasar un lado –me imagino que para no pegarle–, pero la reacción de los policías fue empezar a dispararles a los que iban en la moto. Les dispararon a dos”, dijo Alexis.
“El niño (Alexander) traía su cubre-bocas, y ya, porque traía su cubrebocas dicen que lo confundieron con un maleante […]”, agregó Monserrat.
Alexis relató que los demás amigos –al ver lo ocurrido–acudieron de inmediato a dar aviso a la madre de Alexander.
“Mi mamá llegó ahí. Mi hermano estaba todavía debajo de la moto, tirado. Ella, como pudo, movió la moto. La gente comenzó a acercarse y a los 10 minutos llegué yo. Vi que mi hermano todavía tenía signos vitales, pero cuando ya lo trasladamos a la clínica y lo revisaron, ya no tenía vida”, detalló el entrevistado.
TRATARON DE SEMBRAR EL ARMA
Aunado al asesinato trataron de sembrar un arma al joven, pero no lo lograron porque una mujer se percató de los hechos y les reclamó, aseguraron los entrevistados.
“Todavía que lo mataron, quieren ensuciar su nombre diciendo que él portaba un arma, cuando eso no es cierto”, dice molesta Monserrat.
Una vecina de la comunidad habría visto cuando un policía se acercó, limpió un arma y con un guante se la puso en la mano al joven, narró la tía. Sin embargo, la mujer, se acercó a los policías y les advirtió lo que presenciaba, de acuerdo con Alexis:
“Cuando la señora vio que estaban haciendo eso, ella se metió y les preguntó qué estaban haciendo; que ella estaba viendo lo que hacían; querer encubrir y la señora, les dijo ‘que quitaran el arma, porque todos sabían que no la traía el niño’. Los policías ya no dijeron nada y se hizo para atrás”.
“El policía quiso ensuciar el nombre de mi sobrino, le pusieron la pistola con un guante, ese policía la limpió y se la puso en su mano, para decir que él, Alexander, los había atacado, pero eso no es cierto. Hay muchos testigos que eso no es cierto”, abundó Monserrat.
ERA UN SOÑADOR
Alexander tenía 16 años de edad y era un destacado deportista. Jugaba en tercera división con el equipo de la Universidad del Golfo de México (UGM) en Orizaba Veracruz, institución que lo becó por sus dotes deportivas, de acuerdo con su tía.
“Él se ganó una beca en la UGM porque jugaba muy bien fútbol y le dieron su beca. Él estudiaba en Orizaba”, narró la mujer.
El jovencito soñaba con ser un jugador profesional. Toda persona que lo conocía sabía de su pasión e incluso, él mismo describía sus ganas de hacer marcar historia en el deporte.
“Yo soy de esos chicos que sueñan en grande, es chico que sueña con dejar una gran marca en la historia de fútbol […] de esos chicos que, con cada obstáculo de la vida, lucho por superarlo y seguir adelante. Soy un loco soñador que sueña con ser jugador profesional”, escribió Alexander el 7 de mayo, junto a una fotografía con su equipo de futbol. Fue uno de los últimos posts que hizo el chico, platicó su hermano Alexis.
“Su único vicio era jugar futbol. Su sueño era ser futbolista profesional, pero mire cómo se dieron las cosas: le arrebataron la vida por una confundida. Le tumbaron los sueños a mi hermanito”, reiteró Alexis.
CLAMAN JUSTICIA
La familia, amigos y allegados exigen justicia para Alexander y el otro chico lesionado, del cual, no se brindó mayor información.
La Fiscalía de Oaxaca confirmó este miércoles el homicidio del joven sin dar mayores detalles y el ayuntamiento de Acatlán de Pérez Figueroa indicó en su página oficial de Facebook que el agente involucrado en los disparos fue puesto a disposición de las autoridades para aclarar lo sucedido, aunque, en un breve mensaje, descartó que se tratara de un ataque intencionado.
“En todo momento la misión de la corporación es preservar la paz y tranquilidad y el estado de derecho de la comunidad, no siendo éste un hecho de mala fe y pensando en dañar la comunidad”, señala el municipio.
Alexis, el hermano, platicó que la Fiscalía General de Justicia de Oaxaca se acercó con la mamá, y le confirmaron la detención de un policía; pero la familia está convencida que en el ataque participó más de uno.
“No fue un solo policía el que disparó, fueron varios porque los fiscales (agentes ministeriales investigadores) que fueron al área del crimen, no eran casquillos de una sola arma. Fueron más de un policía”, aseguró el hermano de la víctima.
“Nosotros pedimos justicia, pedimos que paguen lo que hizo. Que lo metan a la cárcel. Todos estamos muy tristes”, agregó la tía del joven.
El hecho llamó la atención también de algunos medios en Estados Unidos, pues Alexander era ciudadano estadounidense, al igual que su hermano Alexis, quien dijo que solicitaron también al consulado de Estados Unidos ayuda para buscar justicia.
Alexis reiteró que la familia exige una investigación clara, profesional y justicia.
“Pedimos que detengan a todos los que iban en la patrulla, porque todos son culpables de alguna u otra manera”, insistió.