Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Organización Meteorológica Mundial (WMO por sus siglas en inglés), la década pasada fue la más calurosa en la historia de la humanidad y el año pasado el segundo más caliente del que se tenga registra; especialistas señalan que las emisiones de dióxido de carbono deben parar para que la temperatura de la tierra no suba 1.5 grados Celcius para 2100.
Por Edith M. Lederer
Naciones Unidad, 11 de marzo (AP).- El año pasado fue el segundo más caluroso del que se tenga registro, la década pasada fue la más caliente en la historia de la humanidad y enero tuvo las temperaturas más altas desde 1850, dijo el martes el titular de la agencia meteorológica de la ONU.
Petteri Taalas, Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (WMO por sus siglas en inglés), agregó que Europa tuvo un invierno con temperaturas altas sin precedentes, y “también hemos superado marcas en (la emisión) de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso”, tres gases de efecto invernadero causantes del calentamiento global.
Taalas afirmó durante una sesión informativa sobre el informe anual de la agencia «Estado del Clima Global 2019» que el dióxido de carbono ha contribuido en dos tercios al calentamiento global, “y tiene una existencia de varios cientos de años, así que es un problema que no desaparecerá si se permite que continúen estas concentraciones”.
Sentado al lado de Taalas, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, afirmó que “las concentraciones de gases de efecto invernadero se encuentran en sus niveles más altos desde hace tres millones de años, cuando la temperatura de la Tierra era 3 grados más caliente y el nivel del mar 15 metros más alto”.
Taalas dijo que el calentamiento de los océanos ha causado tormentas tropicales inusuales, como la que azotó Mozambique en marzo de 2019, que fue la más poderosa en el hemisferio sur “al menos en los últimos 100 años”.
Señaló que, según otras cifras, “el agua del mar tiene la acidez más alta en 25 millones de años… lo cual tendrá repercusiones negativas en los ecosistemas marinos”.
“El calor en los océanos ha alcanzado niveles sin precedentes, y las temperaturas suben a un equivalente de cinco bombas de Hiroshima por segundo”.
Taalas también señaló a los incendios forestales como grandes fuentes de emisiones en el Ártico y Australia, donde “nuevamente han roto récords”.
“El humo y los contaminantes de los perjudiciales incendios en Australia han circunnavegado el globo, causando un aumento brusco en las emisiones de dióxido de carbono”, apuntó.
Guterres señaló que no hay tiempo que perder “si pretendemos evitar una catástrofe climática”.
Muchos científicos afirman que es necesario poner fin para mediados de siglo a la quema de combustibles fósiles, una de las principales fuentes de gases de efecto invernadero, a fin de que las temperaturas promedio en la Tierra no suban más de 1.5 grados Celsius (2.7° F) para 2100, el objetivo fijado en el acuerdo de París de 2015.
Guterres señaló que el mundo está muy lejos de alcanzar el objetivo y “debemos fijarnos grandes metas para la próxima conferencia del clima de noviembre en Glasgow”.
A la fecha, dijo, 70 países han anunciado su compromiso con emisiones netas cero de carbono para 2050, con la participación de ciudades, bancos, empresas y otros sectores, pero esto representa sólo aún una cuarta parte de las emisiones globales.
“Los mayores emisores deben comprometerse o nuestros esfuerzos serán en vano”, apuntó.
Señaló que el Grupo de las 20 mayores economías representan el 80 por ciento de las emisiones globales.