Heriberto Salomón dice que hace 30 años empezó a criar reptiles, pero que apenas hace cinco lo comenzó a hacer con permiso de Semarnat, porque se dieron cuenta que era necesario regular esa actividad.
Por Marcos Vizcarra
Culiacán/Ciudad de México, 11 de marzo (Noroeste/SinEmbargo).- Heriberto Salomón Arellano es el cuidador de cocodrilos en ElDorado, una sindicatura al sur de Culiacán.
Dice que hace 30 años empezó a criar reptiles, pero que apenas hace cinco lo comenzó a hacer con permiso de Semarnat, porque se dieron cuenta que era necesario regular esa actividad.
«Hace 30 años había nada más dos nidos y me llevé un nido a mi casa, y en base al éxito de avivamiento, pues el siguiente año me llevé dos…», señala.
«Y así, así empecé… y a liberar y a cuidar y a liberar… y es que se siente algo… como una pasión, mucha adrenalina por dentro cuando tú ves que los cocodrilitos están naciendo», cuenta.
A él le llaman «Beto el Caimán». Su mote surgió por el trabajo que hace, el cual, según sus estimaciones, cuesta 90 mil pesos al año sin que eso signifique que tenga alguna retribución.
«En 2011 recibí un apoyo de Semarnat, para construir el lugar donde tengo a los cocodrilos, porque deben ser áreas especiales», señala.
– ¿Cómo especiales?
Como el clima, por ejemplo, la alimentación, el uso de agua… cuando están pequeños tienes que darles comida diario, si no se te mueren.
Para conseguir esos 90 mil pesos, «Beto» hace artesanías de animales y da conferencias en escuelas de la sindicatura, donde habla sobre los cocodrilos, sus cuidados y el hábitat en el que deben estar.
Él dice que cree en que es necesario hacer conciencia sobre los cocodrilos, porque aún son vistos de forma errónea.
«La gente cuando los ve le tiene miedo y los quiere matar, pero son animales tranquilos, como todo, si no te metes con ellos no pasa nada», asegura mientras sostenía a dos cocodrilos de tres años de vida.
El trabajo que inició hace 30 años consiste en criar cocodrilos desde que están en periodo de incubación. Cada mes de mayo, explica, va a la Laguna de Chiricahueto y toma los huevos para evitar que cazadores furtivos se los roben.
«Hay mucho cazador de cocodrilo», afirma.
– ¿Para qué los cazan?
Para comérselos… es bien común ver la piel tirada, porque ni la piel se llevan, sólo la carne.
Después de tomar los huevos, se los lleva a su casa para criarlos durante tres años y luego liberarlos en la Laguna. Ayer hizo una de esas liberaciones: 80 crías de cocodrilo fueron dejadas en libertad en uno de los canales que conectan a la Laguna de Chiricahueto.
Salomón Arellano cree que es necesario que autoridades locales realicen proyectos para la conservación de los cocodrilos y que al mismo tiempo sirvan como posibles planes ecoturísticos.