Las conmemoraciones de la Revolución Islámica de este año se producen en momento de tensión sin precedentes entre Teherán y Washington, las cuales ha repuntado luego de que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró al país del histórico pacto nuclear con las potencias mundiales en mayo de 2018.
Teherán, Irán, 11 de febrero (AP).— Cientos de miles de personas salieron a la calle este martes en todo Irán para conmemorar la Revolución Islámica de 1979, una efeméride que coincide con el momento de máxima tensión entre Teherán y Estados Unidos en los últimos 40 años.
En su discurso desde la icónica Plaza Azadi de la capital iraní, el Presidente, Hasán Ruhani, criticó a EU y animó al país a votar en las próximas elecciones parlamentarias, aunque las autoridades descalificaron a miles de candidatos, incluyendo a 90 legisladores en activo.
Irán considera la alta participación como un voto de confianza a su teocracia chií, algo que espera mostrar pese a que el malestar de la población sigue siendo alto luego de que fuerzas iraníes derribaron el mes pasado un avión ucraniano cuando acababa de despegar del aeropuerto de la capital con 176 personas a bordo; durante días, Teherán negó haber derribado el aparato con un misil, pero terminó admitiéndolo por la presión occidental.
El incidente eclipsó los cortejos fúnebres, con millones de asistentes, en honor al general de la Guardia Revolucionaria Qassem Soleimani, que fue asesinado por el ataque de un dron estadounidense en enero en Bagdad.
“No debemos alejarnos de las urnas”, dijo Ruhani ante las miles de personas que recorrió la ciudad pese al frio invernal. “Las urnas son nuestro salvador”, agregó.
El malestar popular es causado también por los problemas económicos en el país, que enfrenta una nueva tanda de duras sanciones estadounidenses. En noviembre, los disconformes con el alza del 50 por ciento en el precio de los combustibles -subvencionado por el Gobierno-, bloquearon el tránsito en las grandes ciudades y chocaron con la policía.
Según Amnistía Internacional, más de 300 personas perdieron la vida en las violentas protestas y en la posterior represión de las autoridades; Teherán no publicó ninguna cifra oficial de víctimas aunque las autoridades dijeron que había miles de detenidos.
En su discurso, Ruhani pidió a los electores que acudan a los centros de votación pese a “posibles quejas y críticas”, y agregó: “Les pido que no sean pasivos».
Las manifestaciones tuvieron lugar en más de 5 mil ciudades, pueblos y distritos de todo Irán, reportaron medios estatales.
A great number of people in Tehran walked towards the iconic Azadi Square on Tue. to observe the 41st victory anniversary of the Islamic Revolution in 1979. pic.twitter.com/I2NTDlSzod
— Mehdi Rizvi (@MehdiRizvi123) February 11, 2020
Las conmemoraciones de este año se producen en momento de tensión sin precedentes entre Teherán y Washington, las cuales ha repuntado luego de que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró al país del histórico pacto nuclear con las potencias mundiales en mayo de 2018.
Una serie de incidentes en todo Oriente Medio culminó con Estados Unidos lanzando un ataque con dron que mató a Soleimani, e Irán respondió lanzando un ataque con misiles balísticos contra las fuerzas de Washington en Irak que hirió a más de 100 soldados estadounidenses.
La televisora estatal se refirió al aniversario de este año como el “Amanecer de Soleimani”, pues su imagen estaba tanto en carteles que portaban los manifestantes como en una pancarta de gran tamaño ubicada junto a Ruhani durante su discurso.
El Presidente iraní dedicó gran parte de su intervención a elogiar al general, diciendo que era un gran comandante militar y “alto diplomático”. Soleimani dirigió la Fuerza Quds de la Guardia, que trabaja en toda la región con aliados en Irak, Líbano y Yemen, entre otros países.
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Estados Unidos culpaba desde hace años al general por la colocación de potentes bombas camineras en Irak que mataron e hirieron a soldados estadounidenses luego de la invasión del país en 2003.
Los asistentes a la marcha en Teherán, en la que se quemaron banderas de Estados Unidos e Israel, se mostraron muy críticos con Washington.
“Estados Unidos no puede hacer nada con las sanciones”, dijo Ozra Shahbakhti, de 50 años, repitiendo un comentario previo del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei. «Aunque muramos de pobreza y hambre no cederemos ante Estados Unidos, de ninguna forma. Le digo esto a las autoridades, extranjeros y Estados Unidos”.
“Nos tiende la mano para una amistad y después asesina a nuestro gran general, ¿y considera esto una victoria. “Está demasiado desesperado para doblegar a Irán”, señaló Ali Akbar Nikkei, de 36 años, culpando directamente a Trump.
La Revolución Islámica iraní comenzó con disturbios generalizados por el mandato del sha Mohammad Reza Pahlavi. El sha, quien padecía en secreto un cáncer que luego le costó la vida, huyó del país en enero de 1979. El ayatolá Ruhollah Jomeini regresó entonces desde el exilio y el gobierno cayó el 11 de febrero, tras días de movilizaciones multitudinarias y confrontaciones entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.
Irán votó más tarde a favor de convertirse en una República Islámica, una teocracia chií con Jomeini como su primer líder supremo, con la última palabra en todas las cuestiones de estado. La ira hacia Estados Unidos por permitir la entrada del sha al país para recibir tratamiento contra el cáncer en Nueva York provocaría más tarde el asalto a la embajada estadounidense en Teherán a manos de estudiantes insurgentes y la posterior crisis de rehenes que derivó en décadas de enemistad.