Jesús Berrones llegó a EU con dos años de edad, recientemente ha sido amenazado con ser deportado a pesar de que necesita cuidar de su hijo que padece leucemia.
Phoenix, 11 de febrero (EFE).- Un indocumentado de origen mexicano y padre de cinco hijos, uno de ellos enfermo de cáncer, se refugió en una iglesia de Phoenix, Arizona, ante la amenaza de ser deportado, según dijo hoy a EFE.
Jesús Berrones, que vive en el país desde que tenía menos de dos años de edad, se refugió el viernes en la iglesia Shadow Rock United Church of Christ, uno de los templos adscritos al movimiento santuario, tras ver rechazada un día antes por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) una extensión de su estancia.
«Mis planes eran dormir en mi casa, pero mi abogado me dijo que no era seguro, porque no sabía si en el camino me podían parar, así que decidí refugiarme en la iglesia. Si me presentó a ICE es casi como entregarme», dijo a EFE Berrones, al lado de sus cinco hijos y de su esposa embarazada.
Desde su refugio en el templo, señaló que ICE le había ordenado presentarse en sus oficinas el lunes, posiblemente para ser deportado.
«Me siento triste porque mis hijos sufren, saben de los problemas por los que estoy pasando», comentó el inmigrante, de 30 años, y el único sostén de su familia.
Berrones llegó a Estados Unidos de la mano de sus padres en 1989, cuando todavía no cumplía los dos años. A los 19 años fue detenido por conducir con una licencia falsa y deportado a México, tras lo cual reingresó ilegalmente al país hasta en dos ocasiones para reunirse con su familia.
En 2016, ICE le concedió a Berrones una suspensión de su expulsión, iba a ser la tercera, ante la enfermedad de su hijo de 5 años, quien desde ese año lucha contra la leucemia y recibe sesiones de quimioterapia.
Recordó que la actual pesadilla se inició durante un viaje familiar a California y en el camino el menor que luego sería diagnosticado con leucemia empezó a tener fiebre alta. La familia emprendió el regresó y en el camino a Arizona los detuvo un agente de Policía.
«Me pidió mi licencia, le explique la situación de mi hijo, que tenía que llevarlo al hospital, veníamos en dos carros porque también venían mi suegra y sus hijos. Fue cuando llamó a los bomberos y a los de Border Patrol (Patrulla Fronteriza)», recordó.
Berrones dijo que tanto él como su suegra, también indocumentada, fueron arrestados por los agentes de Inmigración y debió dejar a su esposa e hijos por su cuenta, el de cinco años con un cuadro de fiebre alta.
Posteriormente, ICE hizo uso de su discreción y le concedió una suspensión de la orden de deportación, como ha hecho en casos de personas que tienen a su cargo un niño enfermo.
No obstante, en virtud de los nuevos lineamientos de la Administración Trump, el indocumentado recibió un aviso de ICE de que sería deportado, a la que su abogado respondió con un pedido de suspensión que le fue denegado recientemente.
«Me presente a ICE con mi niño enfermo a finales de diciembre, y únicamente el oficial me dijo que tenía un mes para arreglar mis pagos, porque a partir de esa fecha me iban a deportar», explicó.
Berrones planea permanecer en la iglesia hasta que Inmigración suspenda de nuevo su orden de expulsión o que su abogado pueda encontrar una resolución legal.
Su defensa considera presentar una moción en la que argumentará que Berrones no tuvo oportunidad de comparecer ante un juez de Inmigración cuando fue deportado por primera vez en 2006.