David Bowie también fue pionero en Wall Street: así eran sus bonos financieros

 Los bonos Bowie no tuvieron una vida fácil. Las estimaciones de ventas fueron demasiado optimistas, afectadas por el terremoto que supuso para la industria la llegada de Internet y desarrollo de la música online.

Foto Facebook: David Bowie

En 1997, Bowie consiguió 55 millones de dólares vendiendo bonos a 10 años. Foto Facebook: David Bowie

Ciudad de México, 11 de enero (SinEmbargo/EconomíaHoy).– El mundo de la música se ha despertado hoy con la noticia del fallecimiento de David Bowie. Un artista que no necesita presentación, inspiración de otros grandes y destacado por muchos como pionero. Pero lo que es menos conocido es que también fue pionero en el mundo de las finanzas, ya que su nombre está aparejado a un tipo de bonos muy concreto: los celebrity bonds.

¿Qué es un celebrity bond? Básicamente es un tipo de ABS (asset-backed-security, un bono titulizado) respaldado por derechos de propiedad intelectual y emitido por el titular de los mismos. Es la ‘transformación’ de derechos de propiedad intelectual en forma de bono. Así, el autor promete a los inversores participar en los futuros beneficios derivados de los royalties que vaya a cobrar, que garantizan el flujo de dinero necesario para devolver el principal más los intereses prometidos.

Se suele citar a una emisión de David Bowie como la primera de esta clase, con el nombre popular de Bowie Bonds o Bonos Bowie. En 1997, el músico decidió vender los derechos derivados de los 25 álbumes que había grabado antes de 1990. Ayudado por el inversor David Pullman, especializado en el mundo de la música, Bowie consiguió 55 millones de dólares vendiendo bonos a 10 años con un interés anual del 7.9 por ciento. La aseguradora Prudential fue la compradora de toda la serie, y la mantuvo hasta su extinción.

El acuerdo incluía también la garantía de la discográfica EMI por la que acababa de firmar Bowie, y el músico inglés utilizó los ingresos derivados para recomprar canciones a su antiguo agente. La prensa pronto se dividió con el artista: innovador para unos, vendido a Wall Street para otros.

Los bonos Bowie no tuvieron una vida fácil. Las estimaciones de ventas fueron demasiado optimistas, afectadas por el terremoto que supuso para la industria la llegada de Internet y desarrollo de la música online. Moody´s, que había otorgado una A3 a la emisión, es decir, una calidad buena, en 2004 bajó el rating hasta Baa3, tan solo un escalón por encima de los denominados bonos basura.

En cualquier caso, en el momento de la emisión se generó un gran revuelo, y parecía que los bonos respaldados por propiedad intelectual tendrían recorrido. Pero el mundo avanzó demasiado rápido, y los cambios en los hábitos de consumo de la música, con la consecuente caída de las ventas de discos, hicieron que los Bowie Bonds no fueran tan populares como se presuponía, aunque estrellas de la talla de Iron Maiden, James Brown, Rod Stewart y Dusty Springfield realizaron operaciones similares en los años siguientes.

Rumores hubo también sobre los Beatles, Michael Jackson, Robbie Williams, Joan Jett o los herederos de Bob Marley, pero no llegaron a buen puerto. Todos grandes nombres porque era muy importante tener un amplio y reconocido repertorio para poder atraer inversores.

De hecho, como los términos finales de los Bowie Bonds no fueron públicos, hay dudas hasta sobre el vencimiento, y la revista Forbes estimaba hace unos años que era imposible que los ingresos generados hubieran permitido pagar la cantidad prometida. Lo curioso es que el fracaso de otro tipo de ABS, los respaldados por hipotecas, fuera una de las causas de la crisis financiera desatada en 2007.

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