Irreverente, seguidora y militante del PRI y de las Chivas. Fue una de las figuras del espectáculo más influyentes en la vida nacional y más queridas en el mundo del espectáculo.
Ciudad de México, 10 de diciembre (SinEmbargo).- “Yo soy más hombre que tú y más mujer que tu chingada madre”, con esa frase, pronunciada en la película Tívoli de 1974, Carmen Salinas abrió un capítulo en la pantalla grande. Esa fue la primera mentada de madre en el cine nacional con el que la actriz, quien este 9 de siembre falleció a los 82 años, rompió esquemas, a pesar de los temores a que influyera de manera negativa en su carrera y en su vida personal.
Sin embargo, ese fue uno de muchos esquemas que “La Corcholata”, personaje que la marcó en las películas Bellas de noche y La pulquería, rompería en el mundo del espectáculo y que la llevaron a convertirse en uno de los personajes más influyentes incluso dentro de la política nacional.
Carmen Salinas Lozano nació el 5 de octubre de 1937 de la unión de Jorge Salinas Pérez Tejada y Carmen Lozano Viramontes. Tuvo siete hermanos: Josefina y Esther ( ya fallecieron) María Eugenia, Jesús Alfredo, Gustavo, Elena y Roberto Sergio. A pesar de haber empezado la educación primaria, llegó a cursar sólo hasta el tercer año, ya que en el hogar se dio preferencia a la educación de los varones.
Su carrera artística, como reseñó la periodista Linaloe R. Flores en SinEmbargo, la inició a los nueve años en el Palacio de los Deportes de Torreón, Coahuila, en las llamadas Noches de Arte y Fortuna, un concurso en el que el premio eran cien pesos, un estuche de cremas, un kilo de café Colón y una bolsa de papas, gracias a su constancia tanto en participación como en triunfos, el productor la contrató por un salario de 15 pesos..
Ya siendo adolescente, se mudó a Monterrey, Nuevo León donde se colocó en el programa de radio “Matinées Toficos” el el que interpretaba canciones de Francisco Gabilondo Soler (Cri-Cri) y “Charlando con usted”. En la estación de radio conoció a Juan Cejudo, el papá del actor “El Chato” Cejudo. Un día no llegó Leticia Palma –la actriz que sería entrevistada– y Carmen Salinas (por recomendación de Cejudo) se puso a imitar voces para que el público adivinara de quién se trataba.
En 1953, en uno de sus viajes de regreso a Torreón, fue incluida en el elenco artístico de los festejos de la coronación de la Feria del Algodón que producía Carlos Amador, el dueño de la revista Tele Guía. La adolescencia le había llegado y se presentaba como imitadora. En el elenco estaban Pedro Vargas, Ana Bertha Lepe, Nicolás Urcelay, las Hermanas Navarro, Rosa de Castilla, Los Tex Mex, Los Xochimilcas y la cantante Amalia Cristerna. El tiempo estaba medido para cada actor. Todos eran estrellas. No sobraba ni un minuto para ella. Además, Carlos Amador preguntaba cada noche: ¿Quién es Carmen Salinas?
En 1964, debutó en la televisión con la telenovela Casa de vecindad, de Ernesto Alonso, en la que compartió créditos con actrices como Julissa, Jacqueline Andere y Álvaro Zermeño.
Su debut en el cine se dio con La Vida Inútil de Pito Pérez, a la que siguió Doña Macabra y posteriormente Tïvoli.
En la década de los setenta y principios de los ochenta la presencia de la actriz se hizo común en películas del llamado cine de ficheras, en el que abundaban escenas de sexo, desnudos femeninos y escenas de cabaret.
CARMEN SALINAS Y EL PRI
Así como su afición a Las Chivas Rayadas del Guadalajara, la actriz y comediante nunca negó su preferencias políticas por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) del que fue consejera nacional. Presidentes de México emanados de este instituto político, le rendían pleitesía. Uno de ellos fue Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), quien, como contó en uno de sus videos de YouTube, le decía tía porque sus apellidos, Salinas Lozano, coincidían con los de su papá, Raúl Salinas Lozano.
Esa coincidencia llevó a que el narcotraficante Rafael Caro Quintero, creyera que realmente tenía parentesco con la familia presidencial, por lo que un día que fue a llevar su espectáculo al Reclusorio Norte, el capo la abordó y le pidió de favor que le dijera a su “sobrino”, el Presidente, que liberara y a cambio pagaba la deuda externa y se aseguraba de que a ella no le faltara nada el resto de su vida, a lo cual, se negó.
Aunque siempre se le vio en los eventos del PRI, principalmente en los relaciones con los sectores territoriales y populares, fue hasta 2014 cuando tomó parte activa de la política al incorporarse como embajadora de la Educación por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en 2014. Un año después, el tricolor la colocó en su lista para diputaciones plurinominales y se integró a la Cámara de Diputados en la LXIII Legislatura.
Su paso por el Legislativo fue por demás polémico ya que en distintas sesiones fue captada durmiendo (algo que siempre negó) o comiendo.
SU DOLOR MÁS GRANDE
La actriz nunca se recuperó de la pérdida de su hijo, el compositor Pedro Plascencia Salinas, fruto de su relación con el pianista del mismo nombre con quien se casó a los 16 años.
Plascencia Salinas, de 37 años, falleció el 19 de abril de 1994 a consecuencia del cáncer de pulmón que lo aquejaba. A partir de entonces, siempre lloraba cuando en entrevistas hablaba sobre el tema.
En una entrevista con el programa “Hoy” relató que en una ocasión su hijo le mencionó que ya quería morir debido a los dolores que tenía ocasionados por el cáncer y la quimioterapia.
“Me dijo que se quería suicidar, no aguantaba los dolores, todo hinchado por la quimioterapia […], había un amigo de él, músico, lo tenía agarro de la mano y mi nuera le pone un tocadiscos, le pone una música relajante y de pronto estaba agachada y me dice el padre: ‘Carmelita, ya se fue Pedrito’, caí al suelo desmayada y me pusieron el oxígeno que tenía mi hijo”, dijo entre lágrimas
INCANSABLE, QUERIDA Y POLÉMICA
Dos cualidades que siempre caracterizaron a la actriz fueron su energía inagotable y su solidaridad con sus compañeros del gremio, ya fuera para defenderlos o para apoyarlos en situaciones difíciles, como cuando sacó de la cárcel Pepe Magaña.
En 2020, la Embajada de China en México le exigió una disculpa a la actriz mexicana Carmen Salinas luego de que ella declarara que el coronavirus era un castigo para la población asiática por comerse a los perros y a los gatos.
“¿Cómo me voy a burlar de una enfermedad tan horrible? Es lo que les está pasando a los chinitos por andarse comiendo a los perritos. Se comen a los perritos y a los gatitos, oye, no juegues. Por eso les dio esa enfermedad”, declaró Salinas el pasado 13 de marzo.
Tampoco temía criticar a los políticos, como lo hizo reciente en una sobre el caso del morenista David Monreal, quien en un video apareció tocando de manera inapropiada a una de sus compañeras, o como cuando criticó a Félix Salgado Macedonio por las acusaciones en su contra por abuso sexual.
Carmen Salinas también destacó como empresaria al participar como productora de la exitosa obra “Aventurera”, que desde el año 1997 la posicionó como una de las puestas en escena más vistas en el país.
Días antes de su muerte estrenó la telenovela “Mi fortuna es amarte”, de Televisa.
Durante su carrera, Carmen Salinas realizó más de 100 películas, un estimado de 26 telenovelas, múltiples obras de teatro.