Si Néstor Kirchner sacó a Argentina del infierno en que cayó en 2001, el escenario actual, con elevado déficit fiscal, caída drástica de reservas, alta inflación y una olla a presión en materia cambiaria, está muy lejos del cielo. El 10 de diciembre del 2007 –año en que la agencia de estadísticas oficial fue intervenida–Cristina Fernández asumió la presidencia del país sudamericano, exactamente ocho años después, el ex Alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, se pone la banda presidencial.
Ciudad de México, 10 de diciembre (SinEmbargo/agencias).– El artículo “La mayor desigualdad del mundo” de Nora Lusting, publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), detalló que en la mayoría de países latinoamericanos la desigualdad disminuyó en países de regímenes de izquierda, entre ellos Argentina.
Sin embargo, la intervención política en 2007 en la agencia de estadísticas oficial de la república dejó al país sin índices económicos ni sociales fiables. En un entrevista al diario El Clarín, el economista francés Thomas Piketty afirmó que “es difícil hacer una comparación adecuada entre la Argentina y otros países debido a la falta de transparencia de los datos fiscales y la falta de credibilidad acerca de los número macroeconómicos de los últimos diez años”.
Al pasar la estafeta a su esposa Cristina Fernández, Néstor Kirchner decidió intervenir el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Así comenzó la disparidad en cifras y datos entre organismos internacionales, nacionales y no gubernamentales.
«Cristina se fue alejando de la buena gestión de Néstor. En su segundo mandato los superávit se convirtieron en déficit fiscal, comercial y energético», destacó a Efe el economista Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica.
Por ejemplo, mientras la Presidenta aseguraba que menos de 5 por ciento de la población se encontraba en situación de pobreza, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con base en datos del Banco Mundial (BM), la ubicada en 10.8; en cambio un estudio de la Universidad Católica Argentina (UCA) decía que afecta a 28.7 por ciento de los argentinos.
Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) la ubica como el país con menor pobreza de la región con cifras hasta 2013, año en el que Argentina dejó de hacer esta medición.
En ese contexto, la Oficia Anticorrupción (OA) de la nación informó que Cristina Kirchner dejará el poder con 64 millones de pesos argentinos (unos 4 millones de dólares). Lejos de los 7 millones de pesos argentinos que su familia declaró en 2003.
En medio de este desconocimiento, Mauricio Macri comenzará su mandato, después de 12 años de kirchnerismo. Cristina no asistirá a la toma de posesión.
A un día de que el empresario cumpla el sueño que acarició desde que dejó la dirección del club de fútbol Boca Juniors y ponga un pie en la política, el titular del Banco Central, Alejandro Vanoli, presentó su renuncia.
La labor de Vanoli al frente del Banco Central ha sido fuertemente cuestionada por la oposición, por su supuesta falta de independencia frente al Ejecutivo de Fernández, la política monetaria expansiva y la fuerte caída de las reservas monetarias. Además de que es investigado por presunto fraude en relación con la firma de contratos de futuro de dólar por parte de la entidad emisora.
CIFRAS ENCONTRADAS
Algunas variables con diferencias entre las cifras oficiales y las calculadas por entidades privadas:
-Inflación: El INDEC prevé terminar 2015 con cerca de un 15 por ciento de inflación, mientras que el promedio de los cálculos privados que utilizan legisladores de la oposición para emitir el denominado «índice Congreso» anticipan un alza de precios en torno al 25 por ciento.
-Desempleo: El índice oficial al cierre del segundo trimestre del año fue de 5.9 por ciento. La consultora Management & Fit estima que en realidad sería del ocho al nueve por ciento, al tiempo que el futuro Ministro de Trabajo del gobierno de Macri, Jorge Triaca, considera que se sitúa en un diez a 11 por ciento de la población económicamente activa.
-Economía: El estimador mensual de la actividad económica (EMAE) del INDEC registró hasta septiembre un crecimiento del 2.2 por ciento. La Cepal prevé para 2015 una mejora del 1.6 por ciento, mientras que el FMI es más pesimista y augura una mínima expansión del 0.4 por ciento para este año y una contracción del 0.7 por ciento para el próximo.
-Pobreza: Según afirmó la Presidenta saliente este año, el índice de pobreza se ubica en torno al cinco por ciento. En cambio, para la consultora Management & Fit el indicador real sería cercano al 20 por ciento; para el Observatorio de datos económicos de la central obrera CGT, un 23 por ciento; y para el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, un 28.7 por ciento.
-Reservas internacionales: Según los datos del banco central, las reservas rondan los 25 mil 011 millones de dólares, la cifra más baja desde 2006. Solo este año se perdieron unos 6 mil millones de dólares.
LO QUE LE ESPERA A MACRI
En la campaña que lo llevó a ganar la Presidencia argentina, Mauricio Macri prometió reactivar la economía, bajar la inflación, rebajar impuestos y terminar con el «cepo» al dólar, pero el estado en que Cristina Fernández deja la economía condicionará la política del nuevo Gobierno.
«El equipo técnico que ha formado Macri para las áreas económicas es sólido. Pero las limitaciones con las que se van a encontrar también son sólidas», dijo a Efe el dirigente de una de las principales cámaras empresariales del país, un ejemplo del clima de esperanza moderada, o, mejor dicho, de cautela, que por estos días se respira en Argentina.
Macri duda del verdadero grado de deterioro de las cuentas públicas con que se encontrará.
Según los últimos datos oficiales, Argentina acumula en los 10 primeros meses del año un déficit financiero de 157.313 millones de pesos (unos 16 mil 201 millones de dólares), equivalente al 3.8 por ciento del PIB.
Sin embargo, la agencia de calificación Moody’s advirtió en un informe que la presión fiscal con la que se encontrará Macri es «alta», con un déficit en torno al 7 por ciento del PIB y gasto público que cerrará este año en un nivel cercano al 28 por ciento del PIB.
El alto gasto público, fuertemente alimentado por pagos de subsidios, se ha financiado por vía de emisión monetaria, lo que ha impulsado la inflación a una tasa del 25 por ciento anual, y a través de una sangría constante de reservas del Banco Central.
Las restricciones cambiarias impuestas a finales de 2011 no han hecho más que reforzar el círculo vicioso: distorsión del mercado de divisas, freno al comercio exterior, paralización del flujo de inversiones extranjeras.
El resultado: una actividad económica estancada. Según los últimos pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía argentina terminará este año con un crecimiento casi nulo, del 0.4 por ciento, y se contraerá el 0.7 por ciento en 2016.
Uno de los datos más preocupantes es el nivel de reservas monetarias del Banco Central. Según los datos de la autoridad monetaria, las reservas rondan los 25 mil 011 millones de dólares, la cifra más baja desde 2006. Solo este año se perdieron unos 6 mil millones de dólares.
El equipo de Macri necesita reforzar las reservas monetarias antes de poner fin al cepo cambiario, una de las principales promesas del presidente electo.
Un fin abrupto de las restricciones para acceder a moneda extranjera sin que el Banco Central tenga un nivel de fuego suficiente como para poder intervenir en el mercado cambiario podría derivar en una brusca devaluación y, su corolario, más inflación.
Para Castiñeira, el otro gran desafío es «solucionar el conflicto» con los fondos especulativos que litigan contra Argentina en tribunales de Nueva York por bonos en mora desde finales de 2001, una controversia que llevó al país suramericano a un cese de pagos selectivo que le impide acudir a los mercados internacionales para colocar nueva deuda.
Cristina Fernández se va dejando no solo la hipoteca del alto déficit, reservas exiguas, un presupuesto para el próximo año difícil de ejecutar y un montaje de restricciones muy complejo de desarmar.
Le deja además como herencia un conflicto latente con las provincias por el reparto de la recaudación de impuestos que limitará aún más los ingresos del Fisco y hará a Macri pensarse dos veces cómo cumplir con sus promesas de campaña de rebajar ciertos tributos.
Moody’s advirtió que por este cambio en el reparto de los recursos, el Gobierno central tendrá pérdidas de ingresos cercanas al 2 por ciento del PIB al año que «se sumarán al ya alto y creciente déficit fiscal».
Para el economista Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, el desafío del nuevo Gobierno es «volver a tomar las riendas de la situación fiscal», acabando con el «despilfarro de los subsidios», dejar de utilizar al Banco Central como «caja» del Gobierno y corregir el atraso cambiario para incentivar las exportaciones.
En ese contexto, el próximo gobierno deberá realizar un gran esfuerzo para recuperar la confiabilidad de las estadísticas públicas para, además, poder contar con una imagen real del país sudamericano.
EL KIRCHNERISMO EN CUATRO ETAPAS
El final del mandato de Cristina Fernández cierra la era «K» en Argentina y abre paso a la «travesía del desierto» de la propia Fernández y del peronismo que, derrotado y dividido, busca un líder para recuperar el poder.
1) El mandato de Néstor Kirchner marcado por la recuperación económica. El kirchnerismo nació de las cenizas de la fenomenal crisis política y económica de finales de 2001. Un país sumido en el «infierno», como lo definió alguna vez el fallecido Néstor Kirchner. El 25 de mayo de 2003 el Gobernador de la rica y despoblada provincia de Santa Cruz (sur) se convirtió en Presidente con un 22.7 por ciento de votos y una publicitada fama de buen administrador público, todo un mérito en un país casi resignado a los descalabros económicos.
En el arranque del 2005 Argentina lanzó la primera reestructuración de bonos soberanos en cesación de pagos desde inicios de 2002 por 81 mil millones de dólares. Tres meses después, Néstor Kirchner declaró que Argentina salía del «default». En enero del 2006, el país sudamericano saldó toda su deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
2) En el último año de su administración inició la manipulación de las cifras oficiales. La intervención política en 2007 en la agencia de estadísticas oficial de Argentina por decisión de Néstor dejó al país desde entonces sin índices económicos ni sociales fiables. El experto de Econométrica consultado por Efe afirma que «arrancó una etapa medio populista», la «manipulación» de las estadísticas oficiales y la subida de la inflación.
3) Tras un inédito traspaso de mando entre esposos en un proceso democrático, Cristina Fernández tomó la estafeta el 10 de diciembre del 2007. La credibilidad del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) estatal no mejoró durante los dos períodos consecutivos de Cristina. Incluso empeoró en el caso, por ejemplo, de la pobreza, que dejó de medirse.
Los sucesivos conflictos del Gobierno de Cristina Fernández, detonados a partir del enfrentamiento con el sector agropecuario en 2008, fueron minando la imagen del matrimonio presidencial. En marzo del 2008 el gobierno anunció un esquema de aranceles móviles a las exportaciones de granos y cereales que desató una ola de protestas de productores agrícolas. El Senado lo rechazó en julio de ese año.
En octubre del 2010, Néstor murió de un paro cardíaco. Fernández supo sobreponerse y en pocos meses recuperó varios puntos en su imagen.
4) En las presidenciales de octubre de 2011, logró la reelección con un impactante 54 por ciento de votos, aunque su segundo mandato estaría marcado por una popularidad en declive debido a un estilo de confrontación permanente y una economía estancada. Con una economía global en problemas y sin hacer los ajustes necesarios a tiempo, el segundo mandato de Fernández fue marcado por una desaceleración económica y un estancamiento en la creación de empleo y la reducción de la pobreza.
En mayo del 2012 el Gobierno argentino expropió la petrolera Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) al grupo español Repsol. Desde 1992 la petrolera más importante del país había sido privatizada.
Sin embargo, en 2013 sufrió una moción de censura por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) por la falta de credibilidad de los índices de inflación y crecimiento económico.
En enero del 2014 el peso registró la mayor devaluación desde 2002, un 18.63 por ciento.
Seis meses después, Argentina entró en «default selectivo» por falta de acuerdo con los fondos especulativos de inversión que litigan en la Justicia de EU y el 31 de diciembre la inflación alcanzó un 38 por ciento anual, según estimaciones privadas, el nivel más alto desde la llegada del kirchnerismo al poder.
Según el analista de Econométrica, en vez de acomodar la economía a la nueva realidad internacional, Argentina «acumuló distorsiones macroeconómicas por todos lados» que condicionan al país ante el 2016.