El 8 de octubre los periodistas Maria Ressa y Dmitri Murátov fueron galardonados con el Nobel de la Paz por su lucha por la libertad de expresión ante los gobiernos que encabezan Duterte (Filipinas) y Putin (Rusia).
Bangkok, 10 oct (EFE).- El Presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, mantiene su silencio dos días después de que la periodista filipina María Ressa fuera reconocida con el Nobel de la Paz, junto con el reportero ruso Dmitri Murátov, por su defensa de la libertad de expresión.
Ressa, la primera persona filipina en recibir un Premio Nobel, ha sido felicitada por numerosos mandatarios extranjeros y un gran número de sus compatriotas, incluido el ministro de Exteriores de manera ambigua, pero Duterte mantiene su mutismo ante una de las principales voces críticas en el país.
Tras conocer el galardón el viernes, el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, felicitó en una rueda de prensa a Murátov, reconocido por su independencia crítica, y reconoció su idealismo, talento y valentía, aunque el presidente ruso, Vladimir Putin, tampoco se ha pronunciado al respecto.
La periodista filipina de 58 años, se destacó por su investigación de la conocida como guerra contra las drogas, iniciada por Durterte al llegar al poder en 2016 con el objetivo de acabar con el narcotráfico en el país.
Sin embargo, la campaña ha dejado un reguero de miles de muertos en operaciones policiales y supuestas ejecuciones extrajudiciales y está siendo investigada por presuntos delitos de lesa humanidad por la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya.
Ressa, que fundó el medio de investigación Rappler en 2012, también ha luchado contra las noticias falsas y la desinformación en redes sociales como Facebook, gran parte en cuentas relacionadas con el presidente Duterte.
Debido a su trabajo, la propia periodista ha sido objeto de una campaña de odio en las redes sociales y del acoso judicial en numerosas causas por las que se enfrenta a varios años de cárcel.
El Comité Noruego del Nobel reconoció la defensa de la libertad de expresión de Ressa y su lucha contra «el abuso de poder, el uso de la violencia y el creciente autoritarismo» en Filipinas.
El Ministro de Exteriores filipino, Teddy Locsin, sí felicitó a Ressa en su cuenta de Twitter pero aprovechó para preguntar por qué la expresidenta filipina Cory Aquino no recibió también el Nobel de la Paz por liderar el movimiento prodemocrático en los años 1980.
«Felicidades, María. Una victoria es una victoria. Incluso Cory Aquino no pudo obtenerlo por restaurar la democracia a través de la primera revolución popular pacífica que inspiró lo mismo a lo largo del bloque soviético y las dictaduras asiáticas. Impresionante», escribió Locsin.
En cualquier caso, Ressa ha dicho que seguirá trabajando por un periodismo que priorice los hechos contra los mensajes de odio y la desinformación que, según ella, favorecen algunos algoritmos en redes sociales como Facebook e incluso se toma con filosofía su acoso por parte de las autoridades.
«A veces bromeo y digo que realmente podría agradecer al Presidente Duterte muchas cosas, me obligó a definir mis líneas, a ceñirme a la idea de mis valores; obligó a Rappler a ser más idealista, mejor, más rápido, más impulsado por su objetivo y espero que salgamos más fuertes» explicó la periodista.