Más conocido como el «Halcón», por la manera tan dura como castigaba al rival, Pryor se hizo popular por su estilo frenético, siempre frontal, sin ningún descanso ni concesiones
Houston (EU), 10 octubre (EFE).- Otra gran exfigura del boxeo, el estadounidense Aaron Pryor, que unió su gran trayectoria profesional a la del nicaragüense Alexis Argüello, también fallecido, murió la pasada noche en Cincinnati, informó su familia a través de un comunicado.
La nota informa además que el exboxeador, de 60 años, murió en su residencia de Cincinnati tras una larga lucha en la que hizo frente a una enfermedad cardiaca.
Pryor, como welter júnior, protagonizó dos memorables combates contra Argüello, uno de los exboxeadores más estilistas que hubo en los pesos inferiores.
Más conocido como el «Halcón», por la manera tan dura como castigaba al rival, Pryor se hizo popular por su estilo frenético, siempre frontal, sin ningún descanso ni concesiones.
Precisamente ese estilo de boxeo agresivo, de gran poder físico, de encaje de golpes, hizo que las peleas que protagonizó con Argüello, el legendario campeón nicaragüense, en la década de los 80, sean ya consideradas entre las «clásicos» y objeto de estudio y discusión dentro del mundo del boxeo actual para los aficionados y profesionales.
Pese a tener un enorme potencial físico y unas condiciones atléticas envidiables, Pryor no supo canalizarlas debido a problemas por el consumo de drogas, especialmente su adicción a la cocaína, y eso hizo que su prometedora carrera se acortase y no llegase a alcanzar la plenitud, aunque llegó a ser campeón del mundo.
El propio Pryor reconoció que muchas veces buscó ayuda y que ciertas personas en lugar de darle la mano les dieron drogas.
Una de las peleas estelares que protagonizó fue cuando, el 12 de noviembre de 1982, después de estar invicto en 31 combates, le tocó enfrentarse contra Argüello por el título superligero (163.503 kilogramos), en el Orange Bowl de Miami.
Argüello era un boxeador clásico, de gran estilo y técnica, pero Pryor no cedió en un combate en el que los dos intercambiaron golpes durante buena parte de los 14 asaltos que duró la pelea.
El púgil estadounidense logró que las reservas físicas de Argüello se agotasen y se quedase sin los recursos técnicos que necesitaba para impedir recibir más castigo y evitar el nocáut que llegó con unas combinaciones demoledoras que le colocó Pryor.
La revista The Ring seleccionó el combate como «La Pelea de la Década».
Pero el triunfo de Pryor fue cuestionado por el uso de una botella cubierta con cinta negra que su ayudante de esquina le puso en la boca varias veces entre los asaltos.
Mucha gente en el boxeo sospechó que contenía estimulantes, pero Artie Curley, el hombre de la esquina, que trabajó con Pryor, aseguró que era «un líquido de menta».
La revancha se disputó en septiembre de 1983, esta vez en Las Vegas, donde de nuevo, el poder de los puños de Pryor impusieron su ley y derrotó al gran campeón nicaragüense por nocáut en el décimo asalto, en una pelea pactada a 15.
El segundo gran triunfo ante Argüello marcó el apogeo de la carrera de Pryor, pero también llegó la etapa de mayor abuso a la cocaína, lo que le costó pelear solo otras seis combates más para completar su carrera con una marca de 39-1.