La búsqueda de la verdad, el poder y la supervivencia son temas universales que aborda la trama de la nueva película de Ridley Scott.
Por Magdalena Tsanis
Italia, 10 de septiembre (EFE).- Matt Damon y Adam Driver se enfrentan en un combate a muerte en The last duel (El último duelo), la película de Ridley Scott que ha hecho llegar los ecos del #Metoo a la Francia del siglo XIV en la última jornada del Festival de Venecia, donde se proyecta fuera de competición.
Basada en hechos reales, contados por Eric Jagger en el ensayo del mismo título de 2004, la escritura del guion ha vuelto a reunir a Matt Damon y Ben Affleck, quien se reserva un papel secundario, más de veinte años después de Good Will Hunting (El indomable Will Hunting), por la que consiguieron un Oscar al mejor guion original.
«El proceso ha sido totalmente distinto», ha señalado Damon en rueda de prensa, «la manera en que escribíamos en los 90, cuando teníamos veintitantos años, era muy ineficiente, entendíamos de personajes, pero no de estructura, y escribimos miles de páginas que nunca usamos».
«Teniendo en cuenta la cantidad de tiempo que invertimos éramos reacios a repetir, pero esta vez ha sido todo muy rápido, en seis semanas estuvo listo», ha añadido.
La historia, contada desde tres puntos de vista diferentes, gira en torno a una mujer noble (Jodie Comer) que en la Francia del siglo XIV decide testificar en contra del mejor amigo (Adam Driver) de su marido (Matt Damon) a causa de una violación, lo que llevará a que el destino de los tres se decida en un duelo a muerte.
Fue el último juicio por combate celebrado en París, en 1386. Jean de Carrouges (Damon) es un caballero experimentado y de una familia respetada que lucha por el poder y la posición; Jacques Le Gris (Driver), favorito de la corte acusado del delito, y Marguerite de Carrouges (Comer), una heroína adelantada a su tiempo.
El guion, en el que también ha participado Nicole Holofcener, tiene un enfoque de gran actualidad y en el que resuena el movimiento #Metoo a la hora de abordar el sentimiento de culpa, la falta de credibilidad y la conminación a guardar silencio que sufren las mujeres víctimas de violación.
«Es una historia clásica en términos de narrativa: ante una gran injusticia, una mujer decide alzar la voz poniéndose a sí misma en riesgo, el hecho de que sea un hombre poderoso quien abusa de ella nos parecía algo relevante en la actualidad y que podía generar catarsis y empatía», ha señalado Ben Affleck.
«Durante muchos años las mujeres no han sido vistas como seres humanos iguales y hay vestigios de esa mirada que permanecen en nuestros días», ha añadido el actor, guionista y productor del filme.
Sobre las resonancias del #metoo, Holofcener ha dicho que eran muy conscientes de la similitud entre lo que le ocurre a Margarite de Carrouges y las víctimas de casos como el de Harvey Weinstein.
«Pero a la hora de escribir tratamos de no acentuarlo, no queremos decir «mira qué relevantes somos», simplemente tratamos a los personajes como seres humanos, con cuidado de que su historia sea verdadera y mostrar su sufrimiento».
La búsqueda de la verdad, el poder y la supervivencia son temas universales que aborda la trama.
Para Ridley Scott, con experiencia en dramas históricos como Kingdom of Heaven (El reino de los cielos), Exodus o Gladiator, lo interesante en esta ocasión era la idea de contar la misma historia desde tres puntos de vista diferentes.
«Siempre busco cosas que no haya hecho antes, por ejemplo ahora me gustaría rodar un musical o un western, pero en este caso, pese a ser otro drama histórico, me atraían los puntos de vista», ha señalado.
Adam Driver no ha aparecido en Venecia, según Scott, debido a que se encuentra rodando. Director y actor tienen pendiente de estreno otro filme juntos, House of Gucci (La casa Gucci), en la que Driver se pone en la piel del empresario de la moda italiana.