La Policía Nacional detiene en Zamora a un miembro de una red de intercambio de material pedófilo en el marco de una investigación que continúa abierta.
Por Marco Merino
Ciudad de México, 10 de septiembre (SinEmbargo/Ticbeat).- El Ministerio del Interior anunciaba ayer la detención, por parte de efectivos de la Policía Nacional, de un varón de 51 años residente en la provincia de Zamora que “intercambiaba pornografía infantil a través de chats encriptados y mensajería instantánea”. La investigación pudo llevarse a cabo gracias a “la colaboración eficaz” entre las autoridades españolas y el Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos.
Eso permitió que en las primeras indagaciones los agentes detectaran “cientos de imágenes distribuidas y el apodo de los autores”. Posteriormente, tras una minuciosa labor de análisis, agruparon a más de veinte objetivos en toda España que habían distribuido dos o más archivos. En las pesquisas posteriores se localizó a uno de los usuarios sospechosos en la provincia de Zamora.
Este individuo había enviado a terceros varias imágenes que mostraban a niñas de entre seis y ocho años desnudas y obligadas a mantener sexo con mayores de edad. La detención tuvo lugar una vez pudo identificarse al detenido, lo que permitió que los agentes realizaran un registro en su domicilio durante el cual localizaron varias fotografías ilegales “de la mayor dureza” en varios dispositivos (dos discos duros, una tablet, dos memorias USB y cinco tarjetas de memoria), a pesar de los esfuerzos del autor por ocultarlas. El detenido ha ingresado en prisión sin fianza.
La investigación, que continúa abierta, ha sido llevada a cabo por agentes adscritos al Grupo I de Protección al Menor de la Brigada Central de Investigación Tecnológica de la Comisaría General de Policía Judicial y la UFAM de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Zamora.
EL MODUS OPERANDI
Se descubrió que los sospechosos habían estado utilizando un chat encriptado que permitía el intercambio seguro de ficheros entre los usuarios, de tal modo que la información sólo permanecía almacenada en los dispositivos informáticos de cada uno de los implicados y era únicamente detectable en el canal dichos usuarios estaban conectados. En algunos casos, además del chat encriptado, utilizaban sistemas de mensajería instantánea para enviar los archivos.