Pocas agrupaciones musicales pueden jactarse de tener un séquito de fans tan apasionados como los mexicanos. En el ámbito del rock, bandas como U2, Radiohead y Pearl Jam han vivido la locura que desatan cada vez que pisan la Ciudad de México cuando, en un intento por saludarlos afuera del hotel, sus seguidores ocasionan el tránsito sobre Paseo de la Reforma; se forman durante días para obtener una rúbrica; les llevan serenata y les compran pasteles de cumpleaños.
El de Metallica también es un caso especial y su romance con México se ha fortalecido al pasar los años. «Cada vez somos más grandes aquí (en México). ¡Es como la Beatlemanía!”, declaró el guitarrista Kirk Hammett durante la visita que Metallica realizó en 2009.
Próximo a cumplir 31 años en la música, la banda más grande de heavy metal regresó por quinta vez al país para ofrecer ocho magnos conciertos en El Palacio de los Deportes, ocasión en la que superó su propio récord y grabó parte de lo que será su primer DVD en 3D que registra una gira conmemorativa por América del Norte.
La explosión de «Metallicamanía» se vivió intensamente durante 15 días, tiempo en el que el grupo integrado por James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y Robert Trujillo reunió a 160 mil personas durante sus ocho presentaciones en el «Domo de Cobre»; estrenó el espectáculo «El Arsenal Completo» – que resume sus tres décadas de vida-, celebró los 49 años de vida de su vocalista y vivió a plenitud el auténtico «amor a la mexicana».
EL AMOR A PRIMERA OÍDA
La primera visita de Metallica a México se realizó en 1993, en la segunda etapa de la gira promocional del llamado «Black Album». El cuarteto vivía una época gloriosa y aquellas cinco presentaciones en El Palacio de los Deportes- efectuadas del 27 de febrero al 2 de marzo de ese año- hicieron historia.
El evento comenzó meses antes con el anuncio de la gira de Metallica en nuestro país y por supuesto, la aventura que emprendieron los fans.
«La venta de boletos también fué anecdótica: largas filas desde varios días antes, hordas de amigos organizando guardias diurnas, vespertinas y nocturnas para mantener el lugar en la fila. ¡Todos queríamos boletos y en especial de la sección de adelante! Lamentablemente no todo fueron buenas experiencias, pues se recuerda en especial la muerte de una persona, atropellada en Churubusco durante una cascarita de fútbol organizada en la madrugada», recuerda el periodista musical Rogelio Matamoros, en entrevista.
No obstante el elevado costo de los boletos, los fans se sintieron motivados por los cinco conciertos que ofrecería Metallica en la Ciudad de México, los cuales quedarían plasmados en la caja «Live Shit! Binge & Purge».
Matamoros asistió a tres de esos cinco conciertos de los cuales, en su opinión, el más representativo fue el último debido a algunos acontecimientos. «Esa noche algún idiota creyó que sería gracioso aventar cohetes al escenario, aunque James Hetfield portaba una protección en el brazo, (luego de las quemaduras que había sufrido con la pirotecnia durante un concierto), aquel individuo se hizo merecedor al desalojo entre hielazos propiciados por el vocalista.
Aquella misma noche – narra el también colaborador de la desaparecida revista de rock «La Mosca en la Pared» – Lars Ulrich pretendió ponerle a Hetfield una bandera mexicana sobre los hombros, pero éste la manoteó y la tiró al piso. Los abucheos por parte del público no se hicieron esperar.
En 1999, Metallica regresó por segunda ocasión al país. En aquella visita, el cuarteto estuvo acompañado por la desaparecida agrupación Pantera y Monster Magnet en el Foro Sol.
El concierto fue «Sold Out» y lo más comentado fue el desorden que se dio durante la presentación de Pantera: Una guerra de sillas en la pista del mencionado inmueble y miles de personas saltando de una sección a otra a fin de estar lo más cerca posible de Metallica.
«Después de ese concierto de Metallica, los promotores de conciertos en México aprenderían la lección, de que este tipo de eventos resultan de alto riesgo si se realizan con sillas», comenta Matamoros.
Aramis Flores, periodista, melómano y acérrimo integrante del club de fans oficial de Metallica en México (Metclub Chapter México) recuerda que los ánimos entre un sector del público esa noche estaban tan calientes que hubo quienes se llevaron las «sillas voladoras» como recuerdo.
Casi nueve años después, Metallica regresó a México, aunque en esa ocasión no para ofrecer un concierto, sino para fungir como invitado especial en los XV años del canal de videos MTV Latino, fiesta que se realizó en Guadalajara.
En esa visita, James Hetfield y Lars Ulrich prometieron que no tardarían mucho en volver. Y lo cumplieron: al siguiente año anunciaron tres fechas en el Foro Sol (4, 6 y 7 de junio), con lo que México se convirtió en el único país en Latinoamérica en ser parte de esa primera parte de la gira «World Magnetic Tour» en 2009.
Esas tres noches en el Foro Sol, en las que reunieron a más de 165 mil personas- quedaron registradas en el DVD «Orgullo, pasión y gloria». El videoasta Wayne Isham – viejo conocido y amigo del cuarteto californiano- y el fotógrafo Ross Halfin participaron en el proyecto.
«Orgullo, pasión y gloria» logró vender en México más de 100 mil copias a pocas semanas de su lanzamiento en el país, de acuerdo con un vocero de la casa disquera Universal Music.
Un año después, Metallica regresó al país para ofrecer dos conciertos en las ciudades de Guadalajara y Monterrey, el 1 y 3 de marzo, respectivamente, en la etapa sudamericana de su gira «World Magnetic Tour 2010».
Para Rogelio Matamoros, la popularidad de la que goza Metallica en México es el resultado de la labor empresarial de la promotora OCESA y la disquera del grupo, Universal Music.
«Estoy seguro que si intentaran presentarse las mismas ocho noches pero en el Madison Square Garden de Nueva York, también lo lograrían. Por otro lado el público mexicano que ha arropado a Metallica, es el mismo que ha hecho lo mismo con bandas como U2, Radiohead o Pearl Jam. Es decir que no es un público especializado en el género del metal, pues si así fuera entonces Slayer, Megadeth y Anthrax disfrutarían de las mismas bondades de Metallica, en cuestión de éxito y popularidad», explica.
Aramis Flores opina que el éxito del grupo también se debe a que éste inició la era de los grandes conciertos en México.
«Guns N’ Roses, la otra gran banda de la década de 1980 y 1990, nunca logró tener esa cantidad de fechas en el Palacio de los Deportes, nunca lograron la aceptación de la que Metallica goza. Ésta siguió regresando a México en 1999, 2009, 2010 y 2012. También el canal MTV ha sido un factor determinante en la masificación de Metallica entre las nuevas generaciones, al hacerlo más accesible a los más jóvenes”, señala Flores.
Como valor agregado, Flores destaca el hecho de que el bajista Robert Trujillo – que antes de su llegada a Metallica formó parte de Suicidal Tendencies, la agrupación de Jerry Cantrell y Ozzy Osbourne- tenga raíces mexicanas.
MAÑANITAS PARA HETFIELD
Metallica cumplió tres décadas de vida en octubre de 2011. Nunca antes la banda hizo una gira de aniversario, así que el cuarteto anunció que ofrecería cuatro presentaciones (5, 7, 9 y 10 de diciembre) en el mítico foro The Fillmore de San Francisco.
Durante esos días, la agrupación repasó sus canciones más legendarias. Por tratarse de conciertos tan especiales, Metallica contó con la participación de viejos amigos como Ozzy Osbourne (Black Sabbath), Gary Rossington (Lynyrd Skynyrd), Rob Halford (Judas Priest), su ex compañero Dave Mustaine (Megadeth), Apocalyptica y Glenn Danzig (ex The Misfits). Sólo faltó el legendario Lou Reed, con quien meses antes el cuarteto californiano grabó el disco doble «Lulu».
Pronto se anunciaría el regreso de la banda al país para ofrecer ocho conciertos (28 y 30 de julio, 1, 2, 4, 6, 7 y 9 de agosto) en el Palacio de los Deportes, con lo que Hetfield, Ulrich, Hammett y Trujillo romperían su propio récord al superar las cinco fechas de 1993 en el Domo de Cobre y el mayor número de presentaciones realizadas en una misma ciudad.
«Definitivamente Metallica eligió a México para esta celebración. Son sólo 12 conciertos en su gira por América del Norte, pero organizar ocho fechas en nuestro país habla de una complicidad y un cariño de la banda hacia sus fans mexicanos», dice Flores.
El primer concierto se realizó el 28 de julio pasado. Previo a dicha presentación, el cuarteto ofreció una multitudinaria conferencia de prensa en un conocido hotel de la colonia Polanco.
«Definitivamente tenemos una historia de amor con México, desde que vinimos a tocar en el mismo lugar donde tocaremos estas dos semanas, en 1993. No podíamos pensar en ningún otro lugar para hacer nuestra premier mundial de este show (El Arsenal Completo) más que la Ciudad de México. Tenemos muchos amigos y fans aquí, gente que viene de toda Latinoamérica a vernos, así que se nos ocurrió estacionarnos por un par de semanas para tocar», explicó Ulrich aquella tarde a la prensa.
Durante el encuentro con los medios de comunicación, los integrantes de Metallica insistieron varias veces en que su nuevo espectáculo sería sorprendente, con «mucho fuego». Pocos imaginaban que la legendaria agrupación de thrash metal recrearía una escena ficticia que presentó durante la grabación de «Cunning Stunts» en 1998, cuando en «Enter Sandman» se simula la destrucción total del escenario con pirotecnia y un técnico lo cruza, convertido en una antorcha humana. La acción logró confundir a varios asistentes.
«Todo es parte del show. Metallica no busca que sus conciertos sean perfectos, aunque cuentan con una producción envidiable. Por ejemplo, en la canción Ride the Lightning, James Hetfield simula que hay problemas técnicos con el micrófono y se queja, pero también eso es parte de la ficción que imprimen en su espectáculo», comenta Flores.
«El primer concierto de esta gira me pareció muy divertido y bastante espectacular, pues se demuestra que el Heavy Metal se ha construido a partir de los excesos. Sin embargo, al pasar los días, me pareció que estos «numeritos» son también distractores que ahuyentan al espectador, distraen su atención del disfrute real y el análisis musical», opina Matamoros.
En su paso por México, y en plena explosión de la «Metallicamanía», Lars Ulrich presentó «Mission To Lars» (2012), un documental que retrata la historia de Tom, un chico británico que padece el Síndrome X Frágil, y cuyo más grande deseo es conocer en persona al baterista de Metallica.
La proyección fue organizada por Sicario, Amateur Films y 8106, y se realizó el 4 de agosto en el Auditorio BlackBerry, con la presencia de Ulrich y la productora ejecutiva y coprotagonista del filme, Kate Spicer.
«Es maravilloso ver la influencia tan positiva que puede tener la música en la gente. Sin embargo, hemos tratado de mantener nuestro proceso de creación musical alejado de terceros, sobre todo para mantener la pureza de la propuesta que quiere mostrar Metallica. El cine, la literatura, la pintura y el arte en general influyen de forma positiva en las personas y este documental es una prueba de ello», expresó Ulrich aquella tarde, durante su encuentro con los fans.
Un día antes de la proyección, James Hetfield celebró su cumpleaños número 49. Por supuesto los fans estuvieron pendientes y quisieron apapachar a su ídolo durante el concierto que Metallica realizó el jueves. Mantas y las tradicionales «Mañanitas» pusieron el toque de celebración a la velada, misma que terminó con el vocalista embarrado de pastel.
El viernes por la tarde, un grupo de seguidores de la banda se apostó afuera del hotel en donde se hospedaba la banda con la ilusión de poder felicitar a Hetfield de viva voz. Tal como sucedió con Bono, en la pasada visita de U2 a México, los jóvenes compraron un pastel que quisieron entregarle personalmente, pero el músico no apareció.
Llegada la tarde, el pastel fue entregado a uno de los integrantes del staff de la banda, quien en nombre de Hetfield, agradeció el gesto. Horas más tarde, James y Lars asistieron a una función de lucha libre en la tradicional Arena México.
El jueves pasado se realizó el octavo concierto de la banda para luego partir a su natal San Francisco para participar en el festival Outside Lands, en donde este fin de semana comparten cartel con los legendarios Neil Young y Stevie Wonder, los Foo Fighters, Beck y Norah Jones.
EL FUTURO DE LA BANDA
El 25 de agosto, el cuerteto concluirá su gira de «El Arsenal Completo» en la ciudad de Vancouver, Canadá, tras seis semanas de rodaje. El bajista Robert Trujillo adelantó que el resultado será una combinación de la experiencia que se viven en los conciertos de Metallica y un repaso por las tres décadas de vida del grupo.
James Hetfield adelantó que los demos del décimo disco de estudio de la agrupación comenzarán a grabarlos en septiembre próximo. «Hay muchas ideas sobre la mesa, estamos muy a la expectativa, aún no sabemos si será un proceso largo o corto (de producción), pero podemos adelantarles que hay muchos riffs a los que les daremos rienda suelta”, dijo el vocalista, durante la conferencia de prensa.
Hetfield recordó que la experiencia de haber grabado el álbum Lulu, de 2011, en colaboración con el veterano rockero Lou Reed, les enseñó a confiar un poco más en sí mismos y en lo que hacen, aunque su carácter obsesivo y perfeccionista siempre domina cuando de grabar un disco se trata.
«Mis expectativas del nuevo disco son altas, parece que Metallica ha recuperado el camino. La colaboración con Rick Rubin (productor de Death Magnetic) es garantía y pienso que harán una buena entrega a los fans», comenta Matamoros.
«Metallica ha mantenido siempre su mentalidad de hacer en el estudio lo que sienten. Trujillo y Hammett se involucran cada vez más en el proceso de creación y eso refresca definitivamente a la banda», concluye Flores.
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