Los dolientes visitaron la sede del PLD para depositar flores y orar por Abe mientras los funcionarios del partido se preparaban para el conteo de votos.
Por Mari Yamaguchi
Tokio, 10 de julio (AP) — Los japoneses fueron a las urnas el domingo, unos comicios marcados por el asesinato del exprimer Ministro Shinzo Abe, baleado cuando ofrecía un discurso de campaña. Previo a la votación y en medio de fuertes medidas de seguridad, los líderes políticos evitaron mezclarse con las multitudes y enviaron mensajes de defensa de la democracia y la libertad de expresión.
Las encuestas a pie de urna para las elecciones a la cámara alta del Parlamento mostraron que el partido gobernante de Abe seguramente obtendrá una gran victoria, posiblemente impulsado por lo que se considera una ola de votos de simpatía en un país que aún se recupera del impacto del tiroteo del viernes.
También el domingo, la policía en el oeste de Japón envió al presunto asesino a la fiscalía local para una mayor investigación. Un alto funcionario de la policía regional reconoció posibles fallos de seguridad que permitieron al atacante acercarse tanto y disparar contra el exlíder japonés.
Encuestas a boca de urna de la emisora pública NHK y otros medios mostraron que el gobernante Partido Liberal Democrático podría mantener una mayoría única de 125 bancas, o la mitad de la cámara alta, la menos poderosa de las dos. Es un gran impulso para el Primer Ministro Fumio Kishida, quien gobernará sin interrupción hasta las elecciones de 2025.
Tras el asesinato de Abe, la elección del domingo tuvo un nuevo significado, con todos los líderes políticos enfatizando la importancia de la libertad de expresión y su promesa de no retroceder en la violencia contra la democracia.
También se reforzó la seguridad. El sábado, el último día de campaña, los líderes de los partidos evitaron los saludos de puño (medida adoptada debido a la COVID-19) y otros gestos amistosos de proximidad que solían disfrutar con el público.
Los dolientes visitaron la sede del PLD para depositar flores y orar por Abe mientras los funcionarios del partido se preparaban para el conteo de votos.
“Nos negamos rotundamente a permitir que la violencia bloquee la libertad de expresión”, dijo Kishida en su último mitin en la ciudad norteña de Niigata el sábado. “Debemos demostrar que nuestra democracia y nuestras elecciones no retrocederán ante la violencia”.
Se espera que el funeral de Abe sea en los próximos días.
Abe fue baleado el vienes en Nara y evacuado por aire a un hospital, pero murió desangrado. La policía detuvo en el lugar a un exmiembro de la Marina japonesa. Se le confiscó un arma de fabricación casera en el lugar y más tarde se encontraron otras en su apartamento.
El supuesto agresor, Tetsuya Yamagami, dijo a los investigadores que atacó a Abe por su supuesta conexión con una organización a la que guardaba rencor, según la policía, pero que no tenía problemas con la posición política del exmandatario. El hombre había desarrollado una aversión a un grupo religioso con el que su madre estaba obsesionada y que había llevado a la ruina un negocio familiar, según la prensa local. Algunos medios identificaron al grupo como la Iglesia de Unificación.