Estos homínidos tenían dietas más limitadas, mientras que las de los anteriores al Homo sapiens (Homo-hábilis y Homo-erectus) eran más flexibles y adaptativas, con alimentos procedentes del mar y abundante ingesta de plantas.
Bilbao, 10 julio (EFE).- Un equipo internacional de investigadores ha estudiado la dieta alimenticia de los Neandertales a través del sarro de sus dentaduras y ha concluido que consumían de forma generalizada y arraigada un tipo concreto de vegetales, como estrategia de supervivencia.
El estudio, en el que participan el científico español Domingo D. Salazar, de la Fundación Vasca por la Ciencia, y Robert C. Power, del Instituto Max-Planck de Antropología Evolutiva, y que se ha publicado en el Journal of Human Evolution, parte del debate existente entre la comunidad científica de una de las causas de la desaparición de los Neandertales pudo estar en su dieta.
Se cree que estos homínidos tenían dietas más limitadas, mientras que otros más antiguos (Homo-hábilis y Homo-erectus) eran más flexibles y adaptativas, con alimentos procedentes del mar y abundante ingesta de plantas, señalan los investigadores en un comunicado.
«Sin embargo, aunque la ciencia arqueológica ha avanzado considerablemente en las últimas décadas y ha demostrado nuevas teorías sobre las dietas de estos primates, todavía hoy sólo tenemos una imagen fragmentada de su ecología dietética dado que carecemos de información amplia y ambientalmente representativa sobre el uso que hacían de plantas y otros alimentos», indicó Salazar.
La investigación de los fragmentos de cálculo dental o sarro realizada ahora demuestra que la explotación de plantas y vegetales para ser consumidos era una estrategia de subsistencia de los Neandertales extendida y profundamente arraigada, precisa Salazar.
Sin embargo, en el estudio de las dentaduras de estos antecesores recolectores, desde el trópico hasta el Ártico, no se han encontrado evidencias de variación dietética en el tiempo y el espacio en el consumo de alimentos de origen vegetal.
Esto puede implicar que el consumo de vegetales en estos hombres primitivos estaba limitado a un tipo de planta o vegetal concreto, a diferencia de lo que hacían los «sapiens» modernos, según los investigadores.
En opinión de Salazar «esta forma de alimentarse, en lugar de ser signo de primitividad, refleja una estrategia que simplemente se mantuvo durante miles de años por su eficacia».