Aunque durante años se había señalado a Emma Coronel de participar en los negocios de su marido (e incluso en sus fugas), nunca se le había investigado directamente. Pero este 10 de junio se truncó su carrera como celebridad mediática y se espera que pase al menos 10 años entre rejas -aunque puede llegar a cadena perpetua- tras declararse culpable, entre sollozos, de distribuir narcóticos en Estados Unidos, de blanquear dinero, y de realizar operaciones con propiedades de un narcotraficante extranjero importante.
Por Martí Quintana
Ciudad de México, 10 jun (EFE).– La meteórica trayectoria de la esposa de Joaquín «El Chapo» Guzmán, Emma Coronel Aispuro, en el mundo del crimen organizado y en el de las celebridades se acabó este jueves luego de que se declarase culpable de delitos relacionados con el narcotráfico.
Coronel pasó de ser una exreina de belleza rodeada de lujos y acaparar todas la miradas durante en juicio del «Chapo» hace dos años a ser detenida en Estados Unidos el pasado mes de febrero por su supuesta implicación en el narcotráfico internacional.
Una acusación de la que ella misma se declaró culpable este 10 de junio en un juzgado del distrito de Washington DC tras un acuerdo con la Justicia de Estados Unidos.
Coronel, que llevaba años exhibiendo una vida de lujos, nació hace 31 años en California (EU) y tenía la doble nacionalidad estadounidense y mexicana.
De muy pequeña se mudó con sus padres a La Angostura, en el noroccidental estado de Sinaloa, México.
Allí, según medios locales, creció en un contexto de narcotráfico e incluso su padre, Inés Coronel Barreras, fue capturado en 2013 señalado como responsable de delitos contra la salud (tráfico de drogas).
Era considerado el primer operador del «Chapo» y se dedicaba a la producción de mariguana en la sierra de Durango, estado vecino de Sinaloa.
AMOR ADOLESCENTE
Con apenas 17 años, en una fiesta en el estado de Durango, la modelo conoció a Joaquín Guzmán (que tenía 51) y comenzó una relación que se formalizaría en una boda íntima cuando ella cumplió 18 años. Sin embargo, el enlace nunca se confirmó públicamente.
Lo que sí se confirmó fue la paternidad de la pareja, que en 2011 tuvieron a las gemelas María Joaquina y Emaly, que nacieron en Los Ángeles.
La esposa del narcotraficante más buscado y célebre de México se convirtió después del matrimonio en un símbolo que retrataba a las llamadas coloquialmente como «buchonas», mujeres mexicanas que se relacionan con alguien del narco y terminan, en muchas ocasiones, involucradas en negocios ilícitos.
Ella, que había sido reina de la belleza en el Festival del Café y La Guayaba, se convirtió en una mujer opulenta que siempre portaba ropa y joyas caras.
Por todo ello, se colocó en el foco mediático.
APOYO TOTAL
Entre 2018 y 2019 se celebró en Nueva York el juicio al «Chapo» y la exreina de belleza captó la atención de los reporteros por sus espectaculares atuendos y su llamativa presencia diaria.
Incluso algunos medios la bautizaron como «la Kardashian mexicana», en referencia a las hermanas estadounidenses empresarias.
«Yo pienso que es lo que haría cualquier esposa en mi lugar, estar con su esposo en momentos difíciles», declaró en diciembre 2018 en una entrevista exclusiva a un medio estadounidense.
Incluso se realizó una petición para poder abrazar a su marido al empezar el juicio, pero finalmente esta fue denegada.
«El Chapo» fue declarado culpable de narcotráfico por un jurado en Nueva York en 2019 y ahora cumple una condena a cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad del país.
Después de concluir el juicio, Coronel publicó a través de redes sociales una emotiva carta en la que reiteraba su amor por Guzmán.
TODA UNA CELEBRIDAD
Después de concluir el juicio y ya bajo la atenta mirada de la prensa y la opinión pública, Coronel fue convirtiéndose en influencer en su cuenta de Instagram, donde se la veía, por ejemplo, esquiando.
Además, su fama creció con la participación en noviembre de 2019 en el programa de telerrealidad Cartel Crew, una producción que retrata la vida de familiares de personas relacionadas con el crimen organizado.
«Somos normales, yo me considero una mujer normal, y me pasa mucho que las personas me juzgan sin conocerme», dijo entonces.
Incluso llegó a crear una línea de ropa basada en la polémica figura de su marido.