En México viven 37.9 millones de jóvenes de 15 a 29 años. Unos 12.2 millones son «vulnerables» por enfrentar dificultades para acceder a un trabajo «decente» en el que tengan posibilidades de desarrollarse, con buen salario y seguridad social, expuso la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Las cifras oficiales revelan que seis de cada 10 jóvenes mexicanos laboran en la informalidad, de los cuales un 34 por ciento gana de uno a dos salarios mínimos. Otro un millón 209 mil ni siquiera cuentan con un empleo. A este escenario, se suma la crisis del sistema de pensiones que, dicho por especialistas, de mantenerse la actual recaudación y los bajos salarios, dejará a los mexicanos sin dinero para el retiro en 25 años. Este es el futuro que avizoran los jóvenes que votarán por primera vez en las elecciones presidenciales dentro de un año.
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Ciudad de México, 10 de mayo (SinEmbargo).– Los jóvenes mexicanos de entre 18 y 23 años que votarán por primera vez en las elecciones de 2018 para elegir Presidente de la República están preocupados por la inseguridad, pobreza y corrupción en el país. Son alrededor de 14 millones de jóvenes, y la mayoría está consciente de que, ante la situación económica y laboral que prevalece, será complicado encontrar un trabajo.
Consultados por SinEmbargo, la mayoría de estos jóvenes que pertenecen a la llamada Generación Millennial o del Milenio también muestra resignación al hablar sobre el momento en que llegue su retiro, pues a este ritmo, saben que no gozarán de una pensión como las generaciones pasadas, por lo que deberán ahorrar por su cuenta.
«Sé que eso de las pensiones es algo que ya no le tocará a mi generación y tendremos que ahorrar desde jóvenes para nuestro retiro. En cuanto a mercado laboral, he escuchado que la carrera de física es de las mejores pagadas en México, pero no hay tanto campo laboral porque falta mucha tecnología y estamos bastante atrasados en ese sentido. La astrofísica apenas está en pañales y creo que sería mejor irme al extranjero y tal vez luego regresar», dijo Mary Sol, quien tiene 18 años y vive en la capital del país. El periodo de su carrera universitaria irá a la par de la nueva Presidencia de la República.
Actualmente, en México viven 37.9 millones de jóvenes de entre 15 y 29 años. Casi la mitad, 12.2 millones, son «vulnerables» por enfrentar dificultades para acceder a un trabajo «decente» en el que tengan posibilidades de desarrollarse, con buen salario y seguridad social, expuso la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Seis de cada 10 jóvenes mexicanos laboran en la informalidad, y entre éstos un 34 por ciento gana de uno a dos salarios mínimos. Otro un millón 209 mil ni siquiera cuentan con un empleo.
«La vulnerabilidad de la población que se ocupa en un empleo informal se manifiesta de muchas maneras, una de ellas es el ingreso que perciben por su trabajo», expuso el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en un documento sobre datos de la juventud mexicana.
En este contexto, los jóvenes mexicanos desconfían de los gobernantes y ninguno de los aspirantes a la Presidencia que hoy se mencionan para estar en la boleta electoral de 2018 les llena el ojo.
Dos encuestas realizadas por Nación321.com, una plataforma digital que se apoya en los medios El Financiero y Bloomberg, planteó que el voto de los millennials es el mayor reto para quienes aspiran ganar la elección presidencial del 2018, pues 70% de los mexicanos de esta generación aún no sabe por quién votará.
Aun así, las encuestas citadas –que se basaron en más de mil 200 entrevistas a jóvenes de todo el país nacidos, entre 1980 y 2000– revelaron también que 77 por ciento de estos jóvenes, que frecuentemente son tachados de apáticos y desinteresados, están interesados en votar, mientras que 10 por ciento aseguró que no lo hará, 10 por ciento se pronunció en duda y 3 por ciento no contestó.
LOS CAMPEONES DEL DESEMPLEO
Los jóvenes que anhelan un trabajo formal también son vulnerables en México.
Leopoldo, habitante de la Ciudad de México, quien a sus 18 años planea estudiar Ingeniería Civil, se siente «preocupado» porque, dijo, aunque «trabaje muchos años en una empresa» no podrá acceder a una pensión «que le facilite su vida adulta».
La Ley del Seguro Social de 1997 requiere que el trabajador tenga 65 años, mil 250 semanas trabajadas y haber empezado a cotizar a partir del 1 de julio de 1997.
Sin embargo, el director del IMSS Mikel Arriola Peñalosa advirtió que «en un futuro» se elevará aún más la edad de retiro para evitar el colapso financiero del organismo, donde cotizan más de 18 millones de trabajadores. El resto de los trabajadores debe ahorrar por su cuenta.
Los jóvenes conforman el sector de la población que registra el mayor nivel de desocupación al alcanzar una tasa de 8.7 por ciento frente al 3.5 por ciento de los adultos desempleados de 30 años o más, reveló el Inegi.
Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), las principales causas del desempleo en los jóvenes –incluso con una carrera universitaria– son la falta de experiencia, la búsqueda de un sueldo digno que muchos empleadores no quieren pagar, la falta de dominio en su área, y la ineficiencia en la capacitación.
El 32.9 por ciento de los jóvenes cuentan con educación media superior, mientras que 19.4 por ciento tienen educación superior.
Vania, con 20 años, se encuentra estudiando diseño. Dado el surgimiento de contratos temporales u outsourcing [otra empresa es la que paga] «es muy difícil encontrar algo que te dé las prestaciones que por Ley tenían nuestro padres»; por ejemplo, seguro médico, crédito para vivienda o bonos.
Considera que en su caso «es un poco más difícil» porque la gente «no valora» el trabajo de los diseñadores, «por lo que somos más propensos a sufrir injusticias laborales hasta cierto punto».
«Me las vería un poquito difíciles por no encontrar un trabajo fijo y aunque sí tenga, con dificultades en pagos. Ante esa inestabilidad económica no podría aportar tanto a mi casa o sería más difícil que realice viajes. Podría hacerlo, pero con mucho esfuerzo», dijo.
En contraste, aunque a Efraín, del Estado de México, también le preocupa encontrar trabajo, cree que «será un poquito más fácil» porque estudia el primer año de Ingeniería en Computación, una carrera de tecnología. Espera tener un salario suficiente, pero no cree poder alcanzar a una pensión, por lo que tendrá que empezar a ahorrar.
Los habitantes de Ciudad de México, Querétaro, Puebla, Tlaxcala y Guanajuato perciben más la falta de oportunidades y experiencia, de acuerdo con la Comisión Nacional contra la Discriminación (Conapred).
Brandon, estudiante de Arquitectura en la Universidad de Guanajuato, se muestra más optimista. Visualiza entrar al campo laboral antes de terminar la carrera y ve una oportunidad en el área de la vivienda social por el crecimiento demográfico. A los 24 años, en un país donde la mayoría gana de uno a dos salarios mínimos, planea percibir arriba de 30 mil pesos.
Sin embargo, también sabe que «las nuevas reformas laborales han llevado a estas generaciones a oportunidades escasas para acceder a pensiones. Mantenerse de viejos será por nuestra cuenta, por lo que es importante la cultura del ahorro».
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PREOCUPACIÓN POR LA INSEGURIDAD
Además de su futuro laboral a los jóvenes consultados también les inquieta la inseguridad.
El primer trimestre de este año, informó el Observatorio Nacional Ciudadano, fue el más violento en la historia reciente del país por el aumento en homicidios dolosos incluso en áreas antes consideradas pacíficas como Querétaro o Baja California Sur.
Y, de acuerdo con el Inegi, desde que el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa declaró la guerra contra el narcotráfico –el 8 de diciembre del 2006–, el porcentaje de menores de 24 años dentro del total de personas asesinadas ha oscilado entre el 23 y 24 por ciento.
Este indicador se repitió en la más reciente cifra sobre este indicador del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en 2015, cuando registró que del total de personas asesinadas, el 23 por ciento tenían menos de 24 años.
Juan Martín Pérez García, director Ejecutivo de la Red por los Derechos de Infancia en México (Redim), aseguró en entrevista con SinEmbargo que los gobiernos federal y estatales contribuye al impacto de la violencia contra los jóvenes.
“Hay una cultura de seguridad sustentada en contra de los jóvenes. Cuando asesinan a uno la primera tarea que realiza la autoridad es vincularlo con el crimen”, expuso Pérez. Una conjetura que libra a las autoridades del peso de las víctimas, recordó, una estrategia que ha sido desarrollada desde julio del 2007. Cuando el ex Presidente del Partido Acción Nacional Felipe Calderón anunció el programa “Limpiemos México”.
“Calderón daba como cifras positivas las personas asesinadas argumentando que eran malos. Cuando llega la nueva administración mantiene y repite ese mismo método”, dijo.
Ante este escenario amenazante, los jóvenes consultados también manifestaron su inquietud.
«Me preocupan las problemáticas de violencia tanto dentro de la Ciudad de México como en los otros estados del país», afirmó Vania, futura diseñadora.
Sobre este tema, Mary Sol dijo que en la Ciudad de México la inseguridad «no es tan perceptible», pero sus conocidos le han contado sobre «lo complicada» que está en otras zonas del país.
Mary Sol no cree que México ya esté «en una crisis como tal y fuera de control», pero también le preocupa la inseguridad y la pobreza. A nivel nacional, 55 millones viven en situación de pobreza. «Aún falta por mejorar la vida en algunas zonas. La situación económica está complicada», añadió.
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Encima, el crecimiento económico nacional está desacelerando.
En 2016, México creció un 2.6 por ciento y para este año los analistas coinciden en que la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) no será más allá del 2 por ciento, con una tasa de inflación [precios de bienes y servicios] cercana al 6 por ciento.
A un año de las elecciones presidenciales, la mayoría afirma que saldrá a votar el próximo año por ser «una obligación» y por considerar que su participación es importante y contribuirá al país.
Pero Brandon, futuro arquitecto de Guanajuato, no tiene claro si irá a las urnas para elegir al próximo Presidente.
«Es una decisión que aún no he tomado porque dudo de todos los candidatos y los partidos. Es alarmante, son una bola de corruptos», expuso.