Greenpeace indicó que la crisis nuclear no sólo provocó el desplazamiento de poblaciones enteras sino que, además, los efectos de la radiación han provocado mutaciones tanto en la flora como la fauna locales. En ese sentido, el grupo ecologista instó al gobierno nipón para que actúe y dé prioridad a la seguridad del medio ambiente.
Tokio, 11 de marzo (EFE/SinEmbargo).- El grupo ecologista Greenpeace advirtió hoy, en el quinto aniversario del terremoto y el tsunami que provocó el accidente nuclear de Fukushima, que «no hay solución a la vista para los casi 100 mil desplazados» por la crisis de la central.
«No sabemos qué causó exactamente el accidente y el Gobierno japonés continúa minimizando el nivel de radiactividad en las zonas que tuvieron que ser evacuadas. Es trágico e inaceptable», lamentó en un comunicado el director de la organización ecologista en Japón, Junichi Sato.
Para los ecologistas la crisis de la planta Fukushima Daiichi, que está siendo desmantelada en la actualidad, ha sido «uno de los peores accidentes industriales en la historia» y a su juicio los gobiernos deben apostar urgentemente por la «energía limpia, renovable y segura».
Greenpeace también pidió al Gobierno nipón y a la compañía Tokyo Electric Power (TEPCO), propietaria de la planta atómica, dar prioridad a la «seguridad y al medio ambiente» y apuntó que el cierre de la central de Takahama, ordenado por un tribunal nipón esta semana, es «una señal de que la energía nuclear no tiene futuro en Japón».
Además, el grupo ecologista acaba de concluir un estudio del impacto medioambiental que el accidente de Fukushima ha tenido en la costa de esta prefectura del noreste de Japón y cuyo resultado presentará en los próximos meses.
En ese sentido, Greenpeace ya publicó la semana pasada un informe en el que alertó sobre las mutaciones detectadas en la flora y fauna del área afectada por el accidente del 11 de marzo de 2011.
Advirtió, en concreto, de las «altas concentraciones de radiación» en hojas nuevas de cedro y en el polen, de las mutaciones de crecimiento en árboles como el abeto o en especies como las mariposas azules, además de daños en el ADN de gusanos y una reducción de la fertilidad de la golondrina común.
UN MINUTO DE SILENCIO EN JAPÓN
Japón recordó hoy con un minuto de silencio el terremoto y el tsunami acaecidos hace justo cinco años, que dejaron más de 18 mil muertos y desaparecidos en el noreste de Japón y provocaron el accidente nuclear de la central de Fukushima.
En los diversos actos celebrados por todo el país se guardó un minuto de silencio a las 14.46 hora local (05.46 GMT), momento exacto en el que el 11 de marzo de 2011 se registró el terremoto de 9 grados en la escala abierta de Richter que desencadenó la tragedia.
El Teatro Nacional de Tokio acogió una ceremonia oficial en la que participan el emperador Akihito, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y familiares de las víctimas de la tragedia.
«No podremos olvidar esas impactantes imágenes de televisión en la que se veía una ola que recorrió el campo de Sendai (noreste) como un muro negro», dijo el emperador durante su discurso.
Akihito expresó su profundo pésame a los allegados de los fallecidos, y señaló su «dolor» por «todas aquellas personas que aún no han podido regresar a sus hogares» tras ser evacuados hace un lustro por los efectos del tsunami o del accidente nuclear.
«En esta situación tan difícil, muchos voluntarios están trabajando para asistir a las víctimas junto al Gobierno y a las autoridades locales», destacó el emperador, quien también quiso agradecer «la gran asistencia brindada por más de 160 países y organismos internacionales» tras la catástrofe.
«Japón goza de una naturaleza bella, pero que al mismo tiempo puede tener un lado peligroso. Espero que sepamos aprender esta lección tras llevar a cabo un gran sacrificio, y que el pueblo japonés mantenga su coraje ante los desastres», añadió Akihito.
«Siento que el desastre todavía sigue», afirmó por su parte el primer ministro nipón, quien también señaló que «poco a poco, se avanza en la recuperación de las zonas afectadas».
El líder conservador añadió que el Gobierno «seguirá haciendo esfuerzos por apoyar a las comunidades locales, y para lograr la reconstrucción de la economía» de estas áreas.
A la sobria ceremonia celebrada en el Teatro Nacional de Tokio también asistieron otros representantes políticos del Ejecutivo y de las tres prefecturas niponas más afectadas (Miyagi, Iwate y Fukushima), y delegaciones internacionales y familiares de las víctimas.
El minuto de silencio se repitió en distintos puntos de todo el país, en actos donde también se hicieron ofrendas florales a las víctimas en lugares simbólicos de algunas de las ciudades donde el tsunami causó mayores estragos como Ishinomaki y Minamisanriku.
En las localidades costeras del noreste del país también pudo oirse la alarma de tsunami que sonó aquél fatídico día, alertando a sus habitantes de la llegada de una ola gigante que en algunos puntos alcanzó los 20 metros de altura.
La cifra oficial de fallecidos a causa del desastre natural asciende a 15 mil 894, mientras que desaparecieron otras 2 mil 561 personas cuyos cuerpos no han sido aún encontrados, según los últimos datos difundidos por las autoridades niponas.