No nos sorprende a los mexicanos que nos digan que el sistema educativo del país está corrompido. Ya lo sabemos. Lo que llama la atención es que los más perjudicados sigan siendo los alumnos, y no pase nada.

Después de algunas semanas de haberse hecho público que la SEP suspendería la aplicación de la prueba ENLACE durante el año 2014, el Secretario de Educación Pública ofreció la semana pasada una rueda de prensa con la finalidad de aclarar el tema. Hay dos argumentos principales, de los cuales derivan varios temas. El primero es un argumento de competencia. Conforme a la reforma constitucional del año pasado, el artículo 3º de la Constitución establece que corresponde al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación evaluar la calidad, el desempeño y resultados del sistema educativo nacional en la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior. Contra este argumento, no hay mucho que decir, la SEP ya no es la encargada de llevar a cabo la prueba ENLACE, por lo que ahora es el INEE el organismo público autónomo responsable. El segundo es un argumento relacionado con la “calidad, honestidad y eficiencia” de la prueba. Este último es el que preocupa y ha llevado a un descontento generalizado.

ENLACE es una prueba de tipo censal, a diferencia de PISA o EXCALE que son de tipo muestral, que permite, entre otras cosas, tener un diagnóstico del trabajo y los conocimientos del evaluado con respecto a los conocimientos que debe tener dependiendo el grado de escolaridad. La necesidad de tener un método de evaluación de los niveles de educación en México no es cuestionable. En el estudio “Mejores Prácticas para Evaluar el Valor Agregado de las Escuelas” de la OCDE se señala que “Estudios recientes han demostrado que el logro de mejores resultados educativos brinda beneficios considerables individuales y para la sociedad en su conjunto… Los modelos de valor agregado son análisis estadísticos que ofrecen medidas de desempeño escolar para supervisar, evaluar y desarrollar los procesos escolares y de otros elementos del sistema educativo”. La prueba ENALCE nació en 2005 con el propósito de valorar el logro académico de los estudiantes de educación básica, empezó con las áreas de lectura y matemáticas y posteriormente se extendió a otras áreas. El año pasado se evaluaron más de 14 millones de alumnos, lo que permitió realizar un análisis importante del país en materia educativa.

Hoy las autoridades correspondientes nos dicen que la prueba no funciona. Una de las explicaciones que más se ha repetido es, que vincular la evaluación de los maestros con los resultados de los alumnos, tal y como se venía haciendo desde 2007, es un grave error. Es un error porque puede suceder lo siguiente: que solamente se enseñe lo que viene en la prueba; que los alumnos con menores rendimientos no lleguen a presentar la prueba; que los maestros den con antelación las respuestas a sus alumnos; o que el maestro altere las respuestas una vez entregado el examen. Si bien no hay argumentos para contradecir lo que señaló el secretario Chuayffet, y de ninguna manera se pueden pasar por alto dichas circunstancias, existían otras salidas que no hubieran dejado a los alumnos, a los papás de los alumnos y a la población en general sin una evaluación de este tipo. La evaluación a los alumnos es necesaria y tener un método para que los maestros sean evaluados, todavía más.

Las prácticas “perversas” a las que se ha referido Chuayffet eran ya conocidas, y aún así no se hizo nada para prevenirlas o eliminarlas. La solución se pudo haber planteado desde hace meses al obtener los resultados del año pasado, y quizás hoy tendríamos una prueba ENLACE nueva, enfrentando retos distintos. El problema no está en que por un año no exista la prueba ENLACE, el problema estuvo en la incapacidad de detectar los problemas a tiempo y atenderlos con prontitud y eficacia. El problema es que la educación siga siendo un sector altamente corrupto. El problema es que son los padres de familia y los alumnos los que no van a saber en donde están parados estos últimos.

Tendremos que esperar un año más para tener un nuevo método de evaluación que atienda los problemas que existen hoy. Y entonces deberá ser el INEE y no la SEP, el que de una explicación.

Pablo Ruíz Galindo Covarrubias

Licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana. Abogado practicante y Escritor.

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Pablo Ruíz Galindo Covarrubias

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