Para la entrada en vigor del TPP, es necesaria su ratificación por países que representen al menos el 85 por de la economía del bloque, lo que hace indispensable el respaldo de EEUU, que por sí solo aglutina el 60 por ciento del Producto Interior Bruto combinado de los 12 estados firmantes.
Tokio, 9 diciembre (EFE).- La Cámara Alta del Parlamento nipón ratificó hoy formalmente el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) con el objetivo de «enviar un mensaje al mundo» sobre la importancia de este pacto, dijo el primer ministro de Japón, Shinzo Abe.
La aprobación del acuerdo en el Parlamento nipón supone que la tercera economía mundial ha completado el proceso legislativo para implementar localmente el TPP, aunque el Ejecutivo aún tendría que revisar normativas concretas para su aplicación en la práctica.
Sin embargo, la iniciativa de Japón sería en vano si el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, cumple su promesa de emitir una «notificación de intención» para retirar a este país del TPP, acuerdo que calificó de «desastre potencial» para EU, una vez que asuma el cargo el próximo 20 de enero.
«Incluso si no está claro el futuro del TPP, para nosotros es profundamente significativo enviar un mensaje al mundo sobre la importancia económica y estratégica del acuerdo», afirmó Abe en un comité de la Cámara Alta antes de la votación en sesión plenaria.
Para la entrada en vigor del TPP, es necesaria su ratificación por países que representen al menos el 85 por de la economía del bloque, lo que hace indispensable el respaldo de EEUU, que por sí solo aglutina el 60 por ciento del Producto Interior Bruto combinado de los 12 estados firmantes.
El Ejecutivo nipón considera el TPP un acicate para aprobar reformas estructurales pendientes dentro de su programa de reforma económica, bautizado como «Abenomics», y confía en el potencial del pacto para impulsar el crecimiento.
Además de Estados Unidos y Japón, Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Perú, Malasia, México, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam firmaron el acuerdo el pasado febrero en Auckland, momento en el que se abrió un proceso de dos años para que cada miembro lo ratifique individualmente.