Tan sólo un día después de que empezó el incendio en el pueblo de Paradise, ya se había extendido a casi 285 kilómetros cuadrados. El incendio alimentado por los vientos se extendió hacia el occidente hasta el borde de Chico, una ciudad de 90 mil personas.
Por Don Thompson y Jocelyn Gecker
Paradise, California, EU, 9 de noviembre (AP/SinEmbargo).— Un incendio que se propagó tan rápido que los bomberos perdieron esperanza de extinguirlo, se cuadruplicó en tamaño el viernes destruyendo miles de estructuras y derrumbando gran parte de un pueblo de casi 30 mil habitantes en el norte de California, dijeron las autoridades.
De acuerdo con reportes de medios, alrededor de 157 mil personas fueron evacuadas por motivos de seguridad.
Tan sólo un día después de que empezó el incendio en el pueblo de Paradise, ya se había extendido a casi 285 kilómetros cuadrados.
“En realidad no se trató de extinguir el incendio”, explicó el capitán Scott McLean del Departamento de Bomberos de California, ya que el personal se resignó y mejor ayudó a las personas a desalojar. “Estos bomberos estuvieron todo el día de ayer en modo rescate”.
El pueblo completo recibió la orden de desalojo, provocando un éxodo desesperado en el que muchos conductores quedaron atrapados en un embotellamiento y abandonaron sus autos para huir a pie. La gente de Paradise dijo haber visto a gran parte de la comunidad incendiarse, incluidas casas, supermercados, negocios, restaurantes, escuelas y un asilo.
“Estábamos rodeados de fuego. Conducíamos con llamas a ambos lados de la carretera”, dijo el policía Mark Bass.
El viernes, el enorme incendio se extendió hacia norte y funcionarios ordenaron desalojar a los habitantes de las comunidades Stirling City e Inskip, al norte de Paradise en la falda de Sierra Nevada.
El incendio alimentado por los vientos se extendió hacia el occidente hasta el borde de Chico, una ciudad de 90 mil personas. Los bomberos pudieron controlar las llamas en la orilla de la ciudad donde seguían en pie el viernes las órdenes de desalojo, informó el capitán de bomberos, Bill Murphy.
Los vientos se tranquilizaron en el valle, pero seguían erráticos y cambiando de dirección, con velocidades de hasta 72 kph a lo largo de las cimas.
En Paradise, Bass sacó a su familia y luego regresó para intentar rescatar a varios residentes discapacitados, incluido un hombre que intentaba cargar a su esposa postrada en una cama.
“Era un muro de pared en ambos lados y casi no podíamos ver el camino frente a nosotros”, dijo Bass.
McLean calculó que se perdieron varias miles de estructuras en Paradise, a unos 290 kilómetros al noroeste de San Francisco.
“Prácticamente toda la comunidad de Paradise se destruyó. Es una especie de devastación”, agregó”.