Los dibujos del primer volumen del libro muestran figuras femeninas en diferentes posturas, «mujer de perfil», «mujer con pájaro», mujeres desnudas y vitales con esas curvas dibujadas y de anchas caderas, sensuales, de masa carnosa inmensa, que tanto caracterizan a este artista que aquí utiliza la acuarela, el lápiz, la sanguina o el bistre para plasmar esos colores intensos de rojos, ocres, amarillos o azules.
Por Carmen Sigüenza
Madrid, 9 oct (EFE).- El pintor y escultor colombiano Fernando Botero lleva más de medio siglo pintando mujeres orondas y sinuosas, que se han convertido en el símbolo del «boterismo». Ahora este artista, uno de los más importantes del siglo XX, rinde homenaje a estas figuras en un libro de artista con 45 dibujos.
«Soy el pintor del volumen, no de las mujeres gordas», precisó Botero hoy en un vídeo que acompañó a la presentación de este libro homenaje a las mujeres, publicado por ARTIKA, en un acto en el que el colombiano no ha hecho ninguna declaración,
Una visita fugaz a Madrid, en la que el pintor de 86 años, llegó acompañado por su esposa, en su avión privado desde Montecarlo, donde reside a caballo con París, Nueva York o Medellín, y adonde tiene previsto volver hoy.
Las mujeres de Botero es una obra de arte en un estuche-escultura con dos volúmenes: El libro de arte y El libro de estudios, unidos por una portada de un cuadro de una cabeza de una mujer de Botero, pintada en 2006, al que se ha dado volumen para poder albergar estos dos tomos.
El Libro de arte, que contiene los 45 dibujos del artista seleccionados por Botero, y el Libro de estudios permiten profundizar en la vida del autor. Forrados en tela de lienzo y con una elegante encuadernación armenia están diseñados para que en su conjunto formen la misma imagen que aparece en la parte frontal del estuche.
Los dibujos del primer volumen del libro muestran figuras femeninas en diferentes posturas, «mujer de perfil», «mujer con pájaro», mujeres desnudas y vitales con esas curvas dibujadas y de anchas caderas, sensuales, de masa carnosa inmensa, que tanto caracterizan a este artista que aquí utiliza la acuarela, el lápiz, la sanguina o el bistre para plasmar esos colores intensos de rojos, ocres, amarillos o azules.
Unos dibujos que van acompañados por textos extraídos de unos cuentos publicados por Botero en los años ochenta. Piezas que explican en palabras el universo del artista. El escritor Vargas Llosa escribe el prólogo de este libro.
«Botero es un gran artista -escribe el nobel-, creador de un mundo propio, en el que la hinchazón de los seres y de los objetos que lo forman no es solo un rasgo físico, sino obedece a una razón de ser profunda, una abundancia material y física que expresa un estado de contentamiento y satisfacción de la vida tal como es, la sensación de que el mundo en el que vivimos, pese a todo lo malo y doloroso que pueda haber en él, hecha la suma y las restas es un mundo que vale la pena de ser vivido…».
Por su parte, «El libro de estudios», escrito por la historiadora de arte Lourdes Cirlot, analiza la trayectoria del pintor a través de sus obra en pintura, escultura y dibujo. Y destaca la presencia de la mujer a lo largo de su carrera.
«Considero que es importante crear algo en el que la pintura se lleve a cabo bajo parámetros libres, imaginativos e innovadores. No se trata de crear la clase de belleza que se muestra a los cánones clásicos. El objetivo, más bien, es llegar a un estado en el cual se vuelve posible sorprender y ser sorprendido», escribe Botero.