En el caso de que finalmente dé con la vacuna contra el VIH, esta solo se podrá aplicar en «adolescentes sanos que aún no han iniciado su vida sexual», tal y como ocurre con la vacuna del papiloma humano.
Por María M. Mur
Panamá, 9 oct (EFE).- Después de muchos años «ignorado» por la comunidad científica y «rechazado» por su investigación sobre la inactivación del VIH, el científico panameño Adán Ríos confiesa en una entrevista con Efe que la ciencia le vuelve a prestar atención y que está «cerca» de dar con la vacuna contra el virus.
«Hoy en día hay 40 millones de personas infectadas con VIH, abandonar e ignorar un método de investigación como el que yo desarrollo, que puede dar con la prevención de la enfermedad, no tiene sentido», denuncia el doctor en un hotel de la capital panameña, donde fue condecorado este jueves por la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP).
Ríos, que estudió en la Universidad de Panamá y se especializó en oncología en el prestigioso M.D Anderson Cancer Center de Houston, lleva más de tres décadas dedicado al VIH en Estados Unidos.
«Me he dejado un pedazo de mi vida en este trabajo», admitió.
Su investigación, «sencilla y opuesta a todas las teorías que se han desarrollado hasta ahora», consiste en «inactivar los virus transmisores fundadores de las cepas», tomando como referencia la metodología que el doctor Jonas Salk («su mentor») usó cuando desarrolló la vacuna contra la polio en los años 50.
Aunque se encuentra en una etapa «crucial» para el descubrimiento de la vacuna, reconoce que ha estado muchas veces «a punto de tirar la toalla» por la marginación de la comunidad científica.
«Experimenté la soledad que solamente experimenta alguien que está muerto. El mundo científico es un mundo muy competitivo y muy duro. Ya no sabía cómo explicar lo que estaba haciendo», confiesa.
Sin embargo, en el último año ha recibido varios «espaldarazos» de la comunidad científica que han hecho «renacer» el proyecto, como la publicación de un artículo en la revista de la Sociedad Internacional del SIDA o la invitación de la Sociedad Americana de Microbiología (ASM, por sus siglas en inglés) a participar en su congreso anual celebrado el pasado mes de septiembre.
«Es la primera vez en quince años que una entidad como esta me invita a presentar mi investigación», confiesa con orgullo.
En el caso de que finalmente dé con la vacuna contra el VIH, esta solo se podrá aplicar en «adolescentes sanos que aún no han iniciado su vida sexual», tal y como ocurre con la vacuna del papiloma humano.
El panameño es consciente de que la sociedad está «saturada» de tantas investigaciones y de tantos avances sobre el VIH, «que luego nunca llegan a nada», y de que existe cierta «desesperanza y desilusión».
Aunque confía plenamente en que tarde o temprano se descubrirá la vacuna contra el VIH y se terminará erradicando la enfermedad, teme la aparición cercana de otra «explosión» del virus por el aumento de las migraciones y la falta de educación sexual.
«Me contaban investigadores italianos que están viendo en Italia cepas que antes no veían y que traen los inmigrantes de África», apunta el oncólogo.
Ríos, que recibió en 2003 una Medalla Presidencial de la Universidad George Washington, llegó a la investigación del VIH a final de la década de los años 80 «por casualidad», cuando trató a un joven de San Francisco de un sarcoma de Kaposi, una enfermedad que provoca la aparición de tumores malignos en la piel, las membranas mucosas y los ganglios linfáticos.
«Los pacientes con SIDA, al final de la destrucción de su sistema inmunológico, sufren dos tipos de complicaciones: el 60 por ciento tiene infecciones y el otro 40 por ciento desarrolla cáncer», explicó.
Oriundo de El Chorrillo, uno de los barrios más vulnerables de la capital panameña, el investigador reivindica sus orígenes humildes y lamenta que al día de hoy solo se pueda investigar en Estados Unidos, porque «la ciencia no debería tener ni patrimonio ni nacionalidad». EFE