Cansados de las comedias estereotipadas y divididas entre clases sociales altas y bajas, Marcelo Tobar, escritor y director de la serie Amarres, y Fernanda, su creadora, decidieron poner su mirada a una clase media mexicana que responde más a la realidad de gran parte de su público.
Por Mónica Rubalcava
Ciudad de México, 9 de agosto (EFE).- Hacer una serie de mujeres reales, con personajes que de verdad representen la actualidad que la clase media del país afronta, era uno de los principales objetivos de la primera serie mexicana de HBO Max, Amarres.
«Desmitificar a la mamá mexicana es el gran reto de Amarres y creo que lo hicimos desde saber que era un riesgo el tener a una mamá que quiere estar con sus hijos en ratitos, pero no todo el rato», contesta a Efe su creadora, Fernanda Eguiarte, en una mesa redonda con medios nacionales.
Gabriela de la Garza es Ana en la serie, una mamá «muy real» pero que poco ha sido retratada en la pantalla.
Cada uno de sus hijos es de un padre diferente y asimismo lo son sus personalidades marcadas, en cada caso, por el arte, la inteligencia superior y la conexión con Dios y la magia.
Pero mostrar a esta mujer libre en su sexualidad y decisiones no es lo único que pretendía hacer interesante la serie, Ana heredó los poderes de su abuela, una bruja que atendía a enamorados sin correspondencia en el Mercado de Sonora en la Ciudad de México, famoso por sus múltiples locales dedicados a la magia y la santería.
«Yo tuve la oportunidad de adentrarme a este universo, fui al mercado a aprender de las brujas y me hice de todo, pero les era sincera, les decía que venía a aprender de ellas, que era actriz, y me abrieron las puertas, me dieron sus números particulares y me querían visitar en el set», cuenta Gabriela a Efe en la misma mesa.
Además de ser diseñadora de modas, su personaje lleva a cabo los llamados amarres, un ritual mágico que es capaz de hacer que una persona sienta amor hacia la persona que solicita dicho conjuro.
Esta parte de la historia es para los creadores una muestra de la mexicanidad y de la idiosincrasia del país en cuyas creencias vive la magia.
UNA REALIDAD DE LA CLASE MEDIA
Cansados de las comedias estereotipadas y divididas entre clases sociales altas y bajas, Marcelo Tobar, escritor y director de la serie, que llega a HBO Max en agosto, y Fernanda, decidieron poner su mirada a una clase media mexicana que responde más a la realidad de gran parte de su público.
«Cuando nos empezamos a plantear Amarres, Marcelo y yo nos contamos las historias de nuestras vidas y de cómo habíamos crecido y desde ahí dijimos, esto no lo hemos visto», dice Fernanda.
En ese aspecto centraron su discurso en los problemas de la clase media más allá de los económicos. «La gente tiene esos problemas pero también tiene amantes y sexualidad y ambiciones», apunta Tobar.
Desde la comedia además logran abordar temas tan actuales como el uso recreativo de la marihuana, la libertad y diversidad sexual, la tolerancia a la religiones, el suicidio y las nuevas modalidades familiares.
«A veces creemos que solo hay ciertos géneros a los que se les permite ser profundos y arriesgados, y ¿por qué no podemos hacer comedias profundas, complejas, multidimensionales?, esta es una serie sobre una familia que tiene muchas capas detrás», asegura Marcelo.
UNA FAMILIA «SUI GÉNERIS»
Además del de Gabriela, existen personajes que le dan un visión juvenil a la historia tales como los de Martín Saracho, Alicia Jaziz y Nicole de Albornoz, que además de hacer la vida de Ana más interesante y también más difícil, representan a una generación más abierta a ciertos temas.
Para Saracho, su personaje, un superdotado que atraviesa por el reconocimiento de su sexualidad sin mayor apuro, le abrió una nueva visión de la vida.
«Me vino a revolucionar la idea de que a nadie le viene a importar de quién estamos enamorados y cambió algo en mí, eso es algo que admiro de mi trabajo», asegura.
Por su parte Alicia, quien da vida a una joven rebelde, incomprendida y con el dolor de haber perdido a su padre, explica que se siente orgullosa de ser parte de una producción que tuvo a tantas mujeres frente y detrás de la pantalla.
«Amarres» es una de las 100 series que la plataforma por «streaming» prometió llevar a cabo en México y Latinoamérica bajo la marca Max Originals desde su llegada el pasado junio.