Redacción/SinEmbargo
09/07/2018 - 6:59 am
Temores y Reformas / El dique para AMLO
El triunfo deAndrés Manuel López Obrador en la elección ha generado un ambiente de alegría, pero también de nerviosismo, debido a sus promesas de campaña y a los cambios que se avecinan. La La Amnistía ha sido una de las propuestas más polémicas realizada por el virtual Presidente electo , quien desde el inicio pidió ser prudentes respecto al tema y no difundir rumores falsos al respecto, pues «amnistía no es lo mismo que perdón», por lo que pidió esperar para conocer su propuesta.
Temores y Reformas
El triunfo deAndrés Manuel López Obrador en la elección ha generado un ambiente de alegría, pero también de nerviosismo, debido a sus promesas de campaña y a los cambios que se avecinan. La La Amnistía ha sido una de las propuestas más polémicas realizada por el virtual Presidente electo, quien desde el inicio pidió ser prudentes respecto al tema y no difundir rumores falsos al respecto, pues «amnistía no es lo mismo que perdón», por lo que pidió esperar para conocer su propuesta. Ante ello en Milenio, el periodista Carlos Marín, escribe que: «expertos y víctimas participarán en foros de los que saldrá el proyecto de una ley de amnistía que discutirá y aprobará el Congreso. Designado titular de la Secretaría federal de Seguridad, Alfonso Durazo acotó el olvido […]: aplicará solo para ‘niños y niñas, jóvenes, mujeres y campesinos’ reclutados por el crimen organizado bajo presiones, y no para feroces criminales. Olga Sánchez Cordero, propuesta como Secretaria de Gobernación, enfatizó que se echará mano ‘de todos los instrumentos legales para la pacificación y la justicia, inclusive con indultos, en casos muy especiales’. La coordinadora de conciliación y pacificación, Loretta Ortiz, detalló que la ley en ciernes no incluye a responsables de desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, feminicidios, trata de personas, tráfico de migrantes, homicidios, delitos sexuales, extorsión, secuestro, delitos contra la libertad de expresión, los derechos humanos y migrantes».
Debido las especulaciones que existen tras la victoria de AMLO en la elección del pasado primero de julio, en el Reforma, el analista y periodista Sergio Sarmiento, escribe acerca de un ejemplo de el cambio de gobierno en europa y recuerda que «cuando el 28 de octubre de 1982 el Partido Socialista Obrero Español ganó las elecciones generales españolas se suscitó un gran temor entre los inversionistas y grupos conservadores. España había logrado una rápida transición política a partir de la muerte del dictador Francisco Franco en 1975 y para 1978 había obtenido una Constitución democrática dentro de un régimen de monarquía parlamentaria […]. Felipe González asumió la Presidencia del gobierno el 2 de diciembre de ese 1982, pero en lugar de aplicar un programa populista empezó una transformación de la economía que ayudó a convertir a España en poco tiempo en un país desarrollado. Si bien el nuevo gobierno socialista expandió los programas de seguridad social, tomó al mismo tiempo medidas para modernizar la economía española. Demostró que a veces se necesita a un político de izquierda para hacer reformas de mercado […]. En el lado social, González realizó una reforma educativa y universalizó la educación pública gratuita hasta los 16 años […]. Impulsó un servicio de salud que proporcionaba atención médica gratuita y que no dependía de las aportaciones de los trabajadores sino de los fondos del erario por lo que era universal. Para dar sustento a estas reformas sociales, sin embargo, impulsó la economía de mercado […]. Una de las grandes sorpresas de la transición española es que las reformas políticas, las que llevaron a la construcción de una democracia, las hizo un ex falangista, Adolfo Suárez, con el apoyo decidido de un rey, Juan Carlos I, que tras heredar poderes absolutos de Franco prefirió impulsar un régimen democrático que le quitaría esos poderes. La otra gran sorpresa es que las reformas de mercado, las que modernizaron la economía española, las hizo el socialista Felipe González. Hoy que en México ha triunfado en su tercer intento por alcanzar la Presidencia de la República Andrés Manuel López Obrador hay que recordar este antecedente. A veces se necesita un gobierno de izquierda para hacer las reformas de mercado. Lo hizo Felipe González en la España de los años ochenta. López Obrador tiene la oportunidad de hacer lo mismo y asombrar al mundo. En lugar de ser un gobernante populista, puede convertirse en un modernizador cuyas reformas impulsen la construcción de un México competitivo y próspero. Ojalá que nos dé esa sorpresa».
El combate al narcotráfico y la violencia en el país, es otro de los problemas que habrá de enfrentar el próximos sexenio, mismo que asumirá la Secretaría de Gobernación, a la que llegará Olga Sanchez Cordero, quien a decir de sus recientes declaraciones, marcará un antes y un después en la materia. Pues en Milenio, el periodista, novelista e historiador Héctor Aguilar Camín, escribe que: «‘la guerra contra las drogas ha fracasado’, escribió hace unos días Olga Sánchez Cordero, futura Secretaria de Gobernación de México […]. No hay argumentos novedosos en el artículo ‘Justicia transicional: política de drogas, primero la salud, fin a la violencia’, pero las palabras escritas ahí por Sánchez Cordero, y luego sus declaraciones a favor de la legalización de la mariguana, son la mayor novedad política que se ha registrado en México desde que el país se subió al tren prohibicionista. Es la primera vez que un personaje político de ese nivel, ex Ministra de la Suprema Corte y futura Secretaria de Gobernación, asume una definición contraria al consenso punitivo y reconoce que la prohibición pura y dura no es el camino a seguir […]. Su postura marca un antes y un después en la materia. El nuevo gobierno electo, por su conducto, parece dispuesto a encabezar el debate y a modificar sustantivamente la legislación en el ciclo completo de la mariguana: producción, trasiego y consumo […]. En que el paradigma prohibicionista de la mariguana está retrocediendo en todo el mundo. En que el enfoque punitivo ha traído más muertos, pero no menos tráfico. En que el consumo de drogas debe ser visto como un problema de salud y en que el combate a las bandas criminales debe hacerse con inteligencia y logística, más que con operativos militares. Respecto a la pertinencia de legalizar el ciclo de la mariguana, y sobre el debate general de la legalización de las drogas, hay una larga acumulación de conocimiento y análisis, fuera y dentro de México. Lo que no hemos tenido nunca aquí, ni en otras partes, es lo que hoy trae a la escena pública Olga Sánchez Cordero: un gobierno electo dispuesto a encabezar el debate, y a legislar sobre el problema, con una mirada no prohibicionista».
En tanto en El financiero, el columnista Pablo Hiriart, escribe que: «López Obrador será un presidente con absoluta legitimidad, que recibió un respaldo indiscutible para él y su partido en las dos cámaras legislativas y en los congresos estatales. Pero eso no lo convierte en infalible ni en demócrata. Medios de comunicación, plataformas digitales y empresarios lo han comenzado a endiosar de manera indecorosa para una República en el siglo XXI. Recibirá un país sin condiciones ni contrapesos […]. Es tal la desmesura en el halago y la complacencia para ganarse una sonrisa y una mirada del próximo presidente, que no sumarse al carnaval convierte al crítico en un ser desadaptado o anormal, como han escrito. Se entiende, y se justifica, que sus seguidores estén eufóricos porque tienen más de 33 millones de razones para el júbilo. Pero falta decoro en empresarios y comunicadores que fueron estigmatizados e insultados por López Obrador, y los vemos en la puja por treparse al carro de la victoria […]. El personaje tiene tendencias autoritarias, populistas y antidemocráticas. Hasta ahora se ha conducido con sorprendente y positiva responsabilidad, que no tuvo como dirigente opositor. Se ha tomado en serio su idea de reconciliación […]. Pero en un régimen democrático el presidente necesita contrapesos, pues un voto mayoritario no convierte a nadie en intocable ni en infalible. López Obrador se va a equivocar y habrá que decírselo. El Estado Mayor es indispensable para la operación del Ejecutivo federal. Se equivoca al descentralizar así a la administración pública federal, porque va a separar a miles de familias y las llevará donde no hay infraestructura para recibirlas, entre otros problemas […]. El control de precios de combustibles que anuncia es muy popular, pero se va a comer el gasto. Va a duplicar la pensión de adultos mayores y otorgar becas a dos millones 600 mil jóvenes con un costo de 110 mil millones de pesos al año. Excelentes intenciones, pero no hay dinero que alcance, aunque quien lo proponga tenga el cien por ciento de la votación. Ojalá encuentre la fórmula, y saldremos ganando todos. Va a echar abajo la reforma educativa. Craso error que nadie le cuestiona […]. Por eso hay que ‘bajarle dos rayitas’, sí, pero al endiosamiento y a la zalamería que lo empujan a perder el piso».
El dique para AMLO
Luego de que la coalición Justos Haremos Historia arrasara en la elección, sus opositores parecen comenzar a preocuparse, pues en El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: «en el Senado, nos comentan, ha comenzado a circular la idea de que el PRI y PAN, que en la próxima legislatura serán minoría, podrían realizar reformas fast track en un periodo extraordinario para limitar al nuevo presidente Andrés Manuel López Obrador en temas como anticorrupción y la Fiscalía General para colocar a gente afines. Empero, nos dicen, eso tendría al menos dos problemas. Primero, afectaría la tersa transición acordada con el presidente Enrique Peña Nieto, y, segundo, que desde la semana pasada el Senado liquidó al personal técnico de las comisiones. Así que si alguien piensa hacer esas reformas para poner una especie de dique a AMLO, nos aseguran, no tiene muy claro los tiempos y funcionamiento de la Cámara Alta».
En más sobre los lugares en el Senado tras la elección en Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: «ayer pocos senadores electos salieron a cacarear sus triunfos en redes sociales. Los que lo hicieron estuvieron acompañados por familiares y amigos, como Martí Batres, Jorge Carlos Ramírez Marín, Eduardo Ramírez y Manuel Añorve Baños, entre otros. Por cierto, en cuanto recibió la constancia Añorve Baños se apersonó con el gobernador priista de Guerrero, Héctor Astudillo, para cerrar filas»
¿Paz?
En tanto en el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: «alguien debería explicarle a Martha Érika Alonso que no se puede hablar de reconciliación… ¡con el garrote en la mano! Si bien es cierto que las acusaciones de fraude de Miguel Barbosa fueron un show bien montado, la panista no supo guardar la compostura al recibir su constancia de mayoría en el instituto electoral de Puebla, pues empezó pidiendo paz y terminó acusando de intolerantes a sus detractores. El problema para la próxima gobernadora es que, al menos durante la primera mitad de su gobierno, tendrá que lidiar con un Congreso dominado por Morena, que seguramente le hará la vida un camote».
El tamaño de la sumisión
La reciente reunión de AMLO con el sector empresarial causó gran expectativa, pues esto ultimos fueron bastante críticos con el tabasqueño en campaña, incluso llamaron a votar en su contra, y sin embargo, tras su victoria parecieron cambiar su opinión sobre él, pues en El Universal, el periodista Carlos Loret de Mola, escribe que: un «grupo de los más poderosos empresarios de México hizo campaña contra Andrés Manuel López Obrador […]. Como eso no bastó, pasaron a los spots. Y porque ni así bajaban al tabasqueño en las encuestas, de plano hicieron llamados públicos a sus empleados a no votar por él. No midieron bien el ánimo popular. Quisieron hacer del 2018 otro 2006 y pues no era: López Obrador arrasó. En medio de las muestras de civilidad que sucedieron al triunfo de Morena, se realizó una reunión del virtual Presidente electo con un centenar de integrantes del Consejo Coordinador Empresarial. Y […] todo fue miel sobre hojuelas […]. En general el tono fue de franca cooperación y hasta de adulación […]. No podían los empresarios ser mezquinos frente a la aplastante victoria […]. Pero a ciertos integrantes de la cúpula empresarial no les bastó la reunión. Circularon un video en donde sueltan un discurso coral que suena a rendición y que, en pleno siglo XXI, se antoja describir como un besamanos digital […]. ¿Por qué se expusieron así en video? Tendrán sus argumentos y estrategias. Lo cierto es que esos grandes empresarios, que en campaña se manifestaron escandalizados por el gen autoritario de López Obrador y que expresaron su temor de que llegara al poder sin contrapesos, están por enfrentar la primera prueba. Ellos y las organizaciones de la sociedad civil que financian, encabezadas por algunas de las mentes más agudas del país, han impulsado junto con muchas otras voces la conversión de la PGR en una Fiscalía General Autónoma que no dependa del Presidente. Este fin de semana, AMLO ya dijo que eso no le gusta. Que él quiere nombrar, vía el Senado […], al Fiscal. Las organizaciones y sus iniciativas por una educación de calidad, libre de los mecanismos perversos del corporativismo político, y por una fiscalía verdaderamente independiente, libre de la manipulación del gobierno en turno, podrían convertirse en las primeras víctimas de la luna de miel que viven los empresarios con AMLO. Esas dos batallas, que tienen la simpatía de amplios sectores de la sociedad civil, podrían terminar sacrificadas si los más poderosos empresarios, que ayudaron a financiarlas, ceden a la tentación de verlas ahora como desechables, con tal de evitar un pleito con el nuevo gobierno. Es la primera prueba. A ver de qué tamaño es el contrapeso o a ver de qué tamaño es la sumisión».
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