En Dos Bocas el Presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a los líderes sindicales portarse bien. No obstante, petroleros acusan amenazas de muerte, suspensiones injustificadas y otras intimidaciones de dirigentes del sindicato de Carlos Romero Deschamps por cambiarse al sindicato alterno Petromex.
Ciudad de México, 9 de junio (SinEmbargo).– Mientras el líder sindical Carlos Romero Deschamps es captado tranquilamente en una boda, sonriente y escuchando al cantante Julio Iglesias, trabajadores petroleros de Campeche, Veracruz, Tabasco, Hidalgo y Guanajuato denunciaron acoso laboral e intimidación de dirigentes estatales del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) solo por cambiarse al gremio alterno Petroleros de México (Petromex).
Desde su registro oficial ante la Secretaría del Trabajo a finales de marzo, Yolanda Morales Izquierdo, Secretaria general de Petromex, dijo a este medio que eran blanco de «una guerra sucia» por parte de miembros del sindicato priista, «ordenados» por Romero Deschamps, denunciado penalmente por enriquecimiento ilícito.
Durante el arranque de la obra de la refinería en Dos Bocas, Tabasco, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo: «Les pido a los dirigentes sindicales que se porten bien. Ya se acabó la corrupción». Sin embargo, petroleros simpatizantes de Petromex llevan meses recibiendo represalias como amenazas de muerte, intentos de entrar a sus casas, suspensiones injustificadas y cambios de áreas.
«Tienen una lista negra y afectan con toda la impunidad», aseguró Cayetano, trabajador de la sección 47 en Ciudad del Carmen, Campeche, con dos décadas de antigüedad en Petróleos Mexicanos.
Lleva ocho meses sin salario luego de que lo rescindieron sin notificación.
Desde septiembre del año pasado que decidió renunciar al STPRM y afiliarse a Petromex, «los representantes del sindicato me empezaron a hacer atropello», dijo. Señala directamente a Guadalupe Rueda Nava, Secretario de Ajuste del sindicato de Romero Deschamps de la sección 47 y a Hugo Hebert Arellano, subdirector de Administración de Personal, de quienes asegura no tener miedo.
«Tuve amenazas de muerte y presenté demanda en su momento que quedó inconclusa porque aquí toda la ley está corrompida por ellos mismos», aseveró con documentos. «Es una impunidad tremenda. Hay compañeros a los que les niegan los permisos económicos solo por saber que simpatizan con Petromex y a muchos transitorios les dicen que ya no les van a dar trabajo porque ya los vieron en la foto».
Carmen, del sector Ductos de Pemex en el Valle de México, también fue amenazada de muerte luego de enviar un audio apoyando al sindicato Petromex, «porque lo han estado golpeando y desacreditando». También denunció penalmente.
María Gabriela, de Recursos Humanos de un Centro de Proceso también en Ciudad del Carmen, Campeche, afirmó que está sufriendo acoso laboral y sindical. Hace unas semanas dos hombres intentaron entrar a su casa por la madrugada.
El Secretario de Ajustes de la sección sindical 47, Guadalupe Rueda, le ha frenado su renuncia al sindicato de Romero Deschamps.
«Solicité permisos económicos y/o renuciables al STPRM Sección 47 del cual es Secretario General Víctor Colunga. Me hicieron dar muchas vueltas para al final no tramitar ante la empresa. La razón, me dijo el funcionario de ajustes de la sección 47, Guadalupe Rueda Nava, es que yo no acudí a vigilancia donde se me citó, lo cual es mentira porque nunca me entregaron algún citatorio, y que el motivo por el cual me citaban era que yo ‘estoy en un movimiento y estoy contraviniendo los estatutos del Contrato Colectivo de Trabajo», narró.
Además su jefe el Ingeniero Federico Amaya Ávila le notificó que se iría a otro departamento laboral tras capacitar a su reemplazo, lo cual no le parece justo.
«En la Administración de Recursos Humanos del Centro de Proceso manejo SAP y puedo ver todos los movimientos que se realizan con el manejo del personal, contrataciones, firmas definitivas, vistos buenos, motivo por el cual al sindicato y ciertas personas no les conviene que yo me entere», consideró María Gabriela.
A Guillermo, trabajador en Ductos Golfo de Poza Rica, Veracruz, de la Sección 30 lo sancionaron por ocho días supuestamente por abandono de trabajo, pero fue «por represalias a mi sindicato Petromex».
Hace tres meses terminó su jornada de 11 de la noche a 7 de la mañana, esperó a su relevo, lo saludó en el estacionamiento y se retiró. Cuando abordaba el camión rumbo a casa, le marcó para decirle que no trabajaría por un problema. Una mujer se encargó de cubrir la plaza.
«No se quedaron sin gente, y aún así me mandaron a investigar y el detalle es que en esa investigación el Secretario de Ajuste de la sección 30 Israel González Pérez en vez de defenderme me hundió más», aseguró. «Me pegó en lo económico (le descontaron los días), en lo moral y psicológicamente».
Asimismo, dijo que Fernando Castillo Prieto, jefe inmediato, y Ricardo Ernesto Gamiño Vásquez, superintendente de la Terminal de Almacenamiento y Reparto, «andan filosos con los compañeros que somos de Petromex».
«Haciendo de chofer, estas personas me obligan a trabajar con las unidades de reparto en pésimas condiciones. Hablan de seguridad cuando no la emplean con el trabajador y justifican que no hay presupuesto», expuso. «Me la tengo que llevar tranquila porque estas personas están encima de uno. Son buenos para exigirte, pero no te dan materiales como casco o botas, uno tiene que comprarlas».
A Minervina, enfermera en el Hospital General de Pemex de Comalcalco, Tabasco, la dirección general la amenazó.
El 26 de abril, el Dr. Sergio Marrufo López de la Dirección del Hospital le hizo una advertencia «en un matiz de voz elevado» que le quedaba prohibido utilizar su área de trabajo para realizar proselitismo del sindicato de Petromex porque era un delito y, si lo volvía a realizar, «habría consecuencias».
No obstante, contrastó, Marrufo dejó utilizar las instalaciones de la Unidad Médica «a su amigo» el Secretario regional del STRPM, Eduardo Rojas Cobo, para realizar su proselitismo.
«No son malas interpretaciones o entendidos, sino es la realidad de un clima organizacional de represión, hostigamiento solicitado expeditamente por el actual líder sindical [Eduardo Rojas Cobos] hacia mi persona. Con esto seguimos comprobando que en los centros de trabajo de nuestra empresa quien da las órdenes es Romero Deschamps y sus 36 cómplices», aseguró la enfermera.
Beatriz, trabajadora en la terminal de distribución de gas LP de Tula, Hidalgo, señaló a dirigentes del sindicato de la sección 35 de acoso laboral por afiliarse a Petromex.
Alfredo Mier y Concha Rodríguez, Secretario general de la sección 35; Raúl Enrique González Rubio, Jefe del Centro de Servicios al personal; Graciela Cano Castillo, la Secretaria del Trabajo de áreas externas; Pedro Medina Barrera, Secretario de ajustes de áreas externas; y Alberto Tamayo Patiño, Comisionado de Seguridad e Higiene, «privaron a mi hijo de contratación en la empresa, únicamente por atreverme a pedir que haya transparencia en la democratización y sindicalización, por lo cual me afilié a Petromex».
«En caso de que mi integridad física y la de mi familia sea lesionada, los hago responsables», agregó.
Adriana, jubilada del Hospital Regional de Pemex en Salamanca, Guanajuato, de la sección 24, señaló a la enfermera María de Jesús Flores Bribiesca de detener ascensos o impedir ingresos de simpatizantes de Petromex.
«La vida sindical y de los trabajadores depende de la mafiada Marichuy Flores Bribiesca. Hace y deshace: vende fichas, plazas y decide quién trabaja y quién no trabaja», afirmó.
«Desde agosto de 2018 que los de Petromex se han acercado a nosotros han habido represalias. A las personas que están con nosotros se les están negando préstamos administrativos, ascensos, permisos. A las personas de Petromex les están negando sus derechos laborales», dijo.