El Concejo de Austin aprobó una normativa que obligaba a estas compañías a someter a sus conductores a un registro de antecedentes penales a través de la huella dactilar, algo a lo que Uber y Lyft se negaron y gastaron casi 9 millones de dólares en una campaña con la que buscaron revocar las reglas.
Texas, EU (AP/EFE) — Uber y Lyft suspendieron su servicio en Austin, luego de que los electores de la ciudad texana determinaron que los conductores de esos de taxis contratados por apps se sometan a controles de huellas dactilares como parte de los controles de antecedentes penales.
El diario The Austin American-Statesman informó que las dos compañías suspendieron el servicio este lunes por la mañana. Casi el 56 por ciento de los votantes rechazaron el sábado una propuesta que buscaba la revocación de una ordenanza del ayuntamiento de Austin aprobada en diciembre.
A finales de 2015, el Concejo de Austin aprobó una normativa que obligaba a estas compañías californianas a someter a sus conductores a un registro de antecedentes penales a través de la huella dactilar, algo a lo que Uber y Lyft se negaron iniciando un largo pulso con las autoridades municipales.
Además, sus vehículos deberíann ser identificados como pertenecientes al servicio y no pueden parar en carriles de tráfico para bajar o subir pasajeros.
En respuesta, las plataformas forzaron entonces -con la entrega de unas 25 mil firmas- que la ciudad sometiese a consulta ciudadana la aprobación definitiva de la nueva ordenanza.
Esta mañana, ambas empresas enviaron un mensaje a sus clientes para decirles que no están operando en Austin.
«Por la ordenanza aprobada en el Concejo Municipal, Uber ya no está disponible en Austin. Esperamos regresar en el futuro bajo una regulación más moderna». Lyft, por su parte, invita a los usuarios a contactar a sus concejales con ese propósito.
Uber y Lyft gastaron casi 9 millones de dólares en una campaña con la que buscaron revocar las reglas.
«La palabra ‘decepción’ no logra ilustrar cómo nos sentimos por tener que abandonar Austin. Pero como ustedes ya saben, con la nueva normativa no podemos seguir», afirmó en un comunicado el gerente de Uber en Austin, Chris Nakutis.
Por su parte, el Alcalde de Austin, el demócrata Steve Adler, constató que la ciudadanía se expresó «alto y claro» e instó a Uber y Lyft a «seguir» en la ciudad y a «negociar» sus condiciones con la Alcaldía.
Aunque se temía que Austin -con una flota de taxis casi inexistente- colapsara sin el servicio de las compañías californianas, muchos de los usuarios y conductores se han pasado a otras aplicaciones similares, como GetMe.
Recientemente, Uber y Lyft ya bajaron la persiana en Galveston, Corpus Christi y Midland -todas en Texas- debido a sus ordenanzas municipales.
La batalla pasa ahora a Houston, la ciudad más grande de Texas y la cuarta del país, que también exige a las compañías que sus conductores pasen un registro público de antecedentes penales. Lyft ya se ha ido, mientras que Uber advierte que lo hará próximamente.
Por su parte, las autoridades estatales de Texas, en manos de los republicanos y partidarias de la libre empresa, han anunciado que promoverán nuevas leyes menos estrictas para evitar la huida de estas empresas.
«Austin pretende ser una ciudad que se anticipa al futuro, pero esto es lo que pasa con el liberalismo, el Gobierno gana y la gente pierde», expresó el comisionado de la Oficina General de Tierras de Texas, George P. Bush, hijo del ex Gobernador de Florida, Jeb Bush, y sobrino del ex Presidente George W. Bush.