Según analistas e inversores, las causas que han llevado a ICA al borde de la quiebra han sido «la excesiva injerencia de la familia en las decisiones», la apuesta por la construcción y el «sobreendeudamiento en moneda extranjera». Este lunes, la agencia de noticias informó que la constructora española Ferrovial evalúa cancelar una eventual alianza con la constructora para licitar por el contrato para construir la terminal del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM), un proyecto de unos de 3 mil 500 millones de dólares.
Ciudad de México, 9 de mayo (SinEmbargo/EconomíaHoy).– Los nietos de Bernardo Quintana Arrioja, el fundador de la constructora más grande de México, han desaparecido del consejo y la alta dirección de la compañía que estaban llamados a heredar. A principios de año, conforme se acercaba la sombra del concurso de acreedores, el presidente de Ingenieros Civiles Asociados (ICA), Bernardo Quintana, hijo del fundador, cedió ante las exigencias de la banca y el Gobierno de México y destituyó a su hijo, Alonso Quintana, como consejero delegado. Un paso que completó la semana pasada con la salida del consejo de administración de éste y de sus hermanos.
El objetivo era dar entrada a una serie de ejecutivos que pudieran encauzar las duras negociaciones con los acreedores y la administración pública, su principal cliente, para reestructurar la deuda y la compañía con el fin de evitar la quiebra. «El Gobierno manifestó la necesidad de llevar a cabo cambios en la administración», recoge un acta de ICA publicada por Reuters.
Este lunes, la agencia de noticias informó que la constructora española Ferrovial evalúa cancelar una eventual alianza con ICA para licitar por el contrato para construir la terminal del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM), un proyecto de unos de 3 mil 500 millones de dólares.
Dos fuentes dijeron a Reuters que Ferrovial ha contactado a otras empresas buscando posibles socios para un nuevo consorcio para licitar por la terminal.
No en vano, según analistas e inversores, las causas que han llevado a la constructora al borde de la quiebra han sido «la excesiva injerencia de la familia en las decisiones», la apuesta por la construcción y el «sobreendeudamiento en moneda extranjera».
El sector señala a Alonso Quintana como responsable de contratar deuda en dólares, una decisión que ha terminado de ahogar a ICA, ya que la depreciación del peso ante el billete verde ha disparado sus gastos financieros hundiendo a la compañía en pérdidas de 20,423 millones de pesos (996.7 millones de euros), seis veces más que en 2014.
Durante los pasados sexenios panistas, la constructora se convirtió en la favorita de los ex presidentes Felipe Calderón Hinojosa –a quien le inyectó millones de pesos a su campaña– y Vicente Fox Quesada.
Pero con la llegada de la nueva administración, ICA ha ido en caída libre y se ha intensificado en este años, mientras otras constructoras como Obrascón Huarte Lain (OHL) y Grupo Higa, ambas involucradas en escándalos de corrupción con el gobierno de Enrique Peña Nieto, se han ido abriendo paso en México.
El respaldo de ICA a los blanquiazules se hizo evidente, de acuerdo con informes del financiamiento del Partido Acción Nacional (PAN) expuestos por Contralínea, con los recursos que aportaron a la campaña presidencial de Calderón Hinojosa en 2006.
FALTA DE LIQUIDEZ
Lejos de solucionarse sus problemas con la salida de Quintana nieto, ICA prevé solicitar el concurso mercantil sobre ciertas subsidiarias, mientras trata de vender sus activos en el extranjero y trabaja para cobrar los sobrecostes de las obras. Una tarea que no tiene nada fácil, ya que se encuentra en pleno enfrentamiento con varios clientes, entre ellos Panamá, y con la banca que, en plena suspensión del pago de los bonos, le obligó a vender parte de la joya de su corona, el gestor aeroportuario OMA, para cobrar los créditos vencidos.
Así, el Banco Santander, Deutsche Bank y Barclays, después de ganar un juicio, han ejecutado las acciones de OMA que tenían como garantía para cobrar 4 mil 704 millones de pesos. A su vez, ICA ha vendido más acciones de la aeroportuaria para pagar un crédito de 600 millones de pesos.
Ahora, su peso en OMA se ha reducido al 14 por ciento y el mercado espera que siga vendiendo títulos por su problemas de liquidez y las dificultades para verder otros activos, como el negocio de vivienda. La firma anunció en octubre un plan de desinversión de 2 mil millones de pesos para pagar con sus vencimientos. No logró su objetivo.
Hasta la fecha, ICA ha incumplido el pago de unos 60 millones de dólares en intereses y batalla con una deuda que ha ido creciendo por la depreciación del peso (el pasivo suma 62,313 millones de pesos -3.037 millones de euros- y tiene un ebitda negativo) y una falta de liquidez generada por un recorte en el gasto gubernamental y el cierre del grifo del crédito por parte de algunas instituciones financieras.
En sus últimos resultados, ICA advertía que ha tenido «problemas para conseguir cartas de crédito o apoyo financiero de las instituciones», que en muchos casos se lo han negado, lo que afecta a su capacidad de presentarse a nuevos proyectos. En este sentido, ICA, que ordenó en diciembre la suspensión de pagos de su deuda financiera no garantizada (preconcurso), necesita con urgencia una inyección de fondos para evitar la quiebra ya que su deuda a corto plazo se ha disparado a los 29,031 millones de pesos. El 24 por ciento de la deuda la tiene con los bancos, entre los que está Banorte, BBVA o el Santander y el resto es deuda bursátil.
Mientras trata de llegar a un acuerdo con los bonistas, la mayor constructora de México no logra cerrar el plan de reestructuración en el que lleva trabajando desde finales de 2015 y que iba a estar listo en febrero. ICA ha despedido al 54 por ciento de la plantilla.
SOBRECOSTES
Además de los problemas de deuda, ICA está enfrentando verdaderas dificultades para cobrar los sobrecostes incurridos en varias obras. El último encontronazo lo ha tenido en Panamá donde la Empresa Nacional de Autopistas (ENA) se ha negado a reconocer los sobrecostes planteados por la firma en la construcción de la autopista del Corredor Norte.
Tras un primer enfrentamiento en mayo de 2015, ICA se reunió con ENA para negociar una reducción de la solicitud de costos de 57 millones de dólares a un mínimo de 35 millones de dólares con los que «realizar el pago a acreedores, proveedores y bancos». La firma se negó y sólo reconoció el pago de 2.5 millones de dólares. Ante esta postura, ICA «evalúa presentar una demanda arbitral».
El negocio de la construcción de ICA, que ha registrado un ebitda negativo de 6,669 millones de pesos (326 millones de euros), arrastra varios problemas con los sobrecostes que le han llevado a sufrir penalizaciones e, incluso, a hacer inviables algunos proyectos. Este es el caso de la autopista Barranca Larga-Ventanilla (Oaxaca) cuya construcción se ha suspendido porque los sobrecostes y las actualizaciones de tráfico «han propiciado que el proyecto sea inviabilidad financieramente». ICA asegura que está negociando con la Secretaria de Transportes y Comunicaciones de México, pero no hay avances.
A su vez, a finales de 2014, ICA llevó a juicio al Estado de Puebla por no asumir el pago de una serie de sobrecostes en la modernización del distribuidor vial de la autopista México-Puebla. Las cuentas de «dudoso cobro» han pasado de los 961 millones pesos en 2013 a los 6,672 millones de pesos (unos 325 millones de euros) a diciembre de 2015.
–Con información de África Semprún Madrid, EconomíaHoy
