El tema de los 43 estudiantes desaparecidos nos despertó a muchos. Veníamos de años de violencia y desaparecidos pero de alguna manera se ponía un velo encima, pasaba en un ambiente que era como ajeno. Pero al tratarse de estudiantes estás hablando de otra cosa, es otro nivel, y eso creo que nos hizo preguntarnos ¿este es el país que hicimos? ¿Qué es esto?, dijo Julieta Venegas.
Por Belén Remacha/Alejandro Navarro Bustamante
Ciudad de México, 9 de abril (SinEmbargo/ElDiario.es).– Han pasado casi veinte años desde que Julieta Venegas (1970) debutó y más de diez desde que se convirtió en un fenómeno de masas en España, primero con Sí y más tarde con Limón y sal. Siempre demasiado indie para lo comercial y demasiado comercial para lo indie (recordemos la polémica que se generó cuando el FIB la incluyó en su cartel de 2011), durante este tiempo visitar nuestro país se ha convertido en «parte natural» de lo que hace.
Estos días la mexicana viene a presentar su último disco, Algo Sucede, grabado el año pasado entre México y Buenos Aires. Una celebración de que siempre «algo puede pasar, algo se puede mover, la vida te trae sorpresas y es bueno estar abierto a eso». Estuvo en Madrid, y el domingo tocará en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona.
Siempre te has movido entre lo comercial y lo independiente, ¿dónde identificas Algo sucede?
Yo creo que este disco marca mi personalidad, cómo me he ido haciendo y moviendo y encontrando mi personalidad como compositora. Discográficamente, si nos ponemos técnicos, es independiente, porque lo editamos nosotros aunque estemos distribuidos por Sony. Pero lo que me gusta es que he encontrado mi lugar.
¿Cómo se recibe la música de una mexicana por Europa?
Pues bien, ahora estuvimos en Suiza. Ya hace como diez años que vamos ahí y es muy extraño, cuando empezamos yo también me preguntaba por qué Zurich… Pero a los conciertos van latinos, suizos, extranjeros de otros países ni siquiera latinos… Es interesante ver cómo el público se ha ido enterando de lo que hago. En la gira es como me entero de esas cosas, de quién es mi público, dónde están y de qué edad son. Ahora gracias a las redes sociales también, pero no hay más manera que así.
A ti nunca te ha dado miedo la palabra feminismo.
Es raro lo de tener miedo a una palabra. Yo creo que todas las mujeres somos de una manera u otra feministas, incluso los hombres, más que nada porque nuestra visión de las relaciones ha cambiado. Si hablas de hace 30 ó 40 años, una mujer tenía mucho más establecido lo que tenía que hacer, la sociedad la veía de una manera, el camino natural era tener hijos… Ya no existe eso, las mujeres ya no tenemos un paradigma, vamos buscando lo que queremos ser.
Es complejo ser mujer, hay muchas que queremos tener hijos y tener carrera, tener relaciones… yo me nombro entre ellas. Hay un montón de cosas que hay que balancear. Y como sociedad todavía hay muchas cosas que están mal acomodadas. En México sigue habiendo todo el tiempo un montón de feminicidios, no ganamos lo mismo que los hombres, si una mujer se embaraza, laboralmente tiene problemas… Como sociedad todavía no está incluida de manera equitativa la mujer.
¿Eres más consciente desde que eres madre?
Yo soy una privilegiada, la verdad, he desarrollado mi carrera y me podía llevar a mi hija al trabajo al menos los 3 primeros años. Después ya no, ahora también ella tiene su vida, tiene su escuela… Esa es la parte complicada para mí ahora. Pero veo otras mujeres solteras que tienen hijos y sí es superdifícil, te toca hacer malabarismos tremendos. Yo siempre he sentido que he tenido mucha suerte, nunca me sentí presionada ni tratada de manera distinta por ser mujer y dedicarme a la música. Pero el ser mamá sí es más complejo. A mí me cuesta trabajo salir de viaje. Se convierte en algo de doble filo, pero a fin de cuentas hago algo que me encanta y eso es un privilegio.
En este disco tienes una canción, Explosiones, en la que tratas abiertamente el problema de las desapariciones en tu país. Concretamente, la de los 43 estudiantes.
Las desapariciones es uno de nuestros problemas desde hace muchos años, es una de las varias caras de México; una terrible y dolorosa. El tema de los 43 estudiantes desaparecidos, que todavía no sabemos dónde están, nos despertó a muchos. Veníamos de años de violencia y desaparecidos pero de alguna manera se ponía un velo encima, pasaba en un ambiente que era como ajeno. Pero al tratarse de estudiantes estás hablando de otra cosa, es otro nivel, y eso creo que nos hizo preguntarnos ¿este es el país que hicimos? ¿Qué es esto?
En particular lo traté en Explosiones más explícitamente, diciendo que no miremos a otro lado. Quizá sea un primer paso para hacerse preguntas, empezar a buscar salidas. El país que tenemos lo construimos entre todos, no podemos echar la culpa siempre a otros mientras nos quedamos de brazos cruzados. Debemos preguntarnos qué puedo hacer como individuo para comenzar a cambiar esto. Igual es una pregunta general, pero si te la haces todos los días puede que algún día se te ocurran las respuestas.
¿Entiendes la crítica social como algo implícito en tu música?
Yo realmente escribo desde lo emocional. Lo que tiene que ver con México es lo emocional, el dolor y la impotencia que siento.
¿Y cómo ve España una mexicana tan vinculada a nuestro país?
Vine en julio y vengo ahora, y la verdad es que esta vez parece como que todo el mundo está más animado. Será que también Madrid es muy particular, tiene mucha vida y todo el mundo parece que está como “lalala”… Pero desde fuera sí sabemos que hay un montón de problemas, y esto de no tener Gobierno supongo que es una cosa como muy estresante.
Pero creo que España ha sido un poco también de alguna manera un faro, una muestra de que también se puede salir adelante de los problemas como país. Algo que admiro mucho de aquí es que son muy activos, todo el mundo se involucra. Y surgen nuevos partidos, que es algo que estamos esperando en México. Ahí poco a poco parece que con las candidaturas de ciudadanos estamos empezando una nueva política que nos abre una puerta de posibilidades. A ver.
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