Ciudad de México, 9 de abril (SinEmbargo).– Integrantes de la Alianza por la Salud Alimentaria demandaron ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) una etiqueta que especifique con claridad la cantidad de azúcar que ofrecen los productos a los consumidores, especialmente los refrescos.
Los activistas argumentaron que la cantidad de azúcares permitidos en el nuevo etiquetado rebasa en 80 por ciento las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la propia Estrategia Nacional contra la Obesidad y la Diabetes. Denunciaron que en las tablas de información, la Cofepris recomienda a los consumidores ingerir más de 30 kilos de azúcar al año, lo cual consideraron un riesgo a la salud pública.
“Cofepris promovió un etiquetado frontal obligatorio [que es el mismo] con ligeros cambios que la industria había metido ya en sus productos”, alertó Alejandro Calvillo, presidente de la organización no gubernamental El Poder del Consumidor.
De acuerdo con la ONG, las etiquetas de las bebidas azucaradas no especifican de manera explícita los gramos de azúcares añadidos que una botella puede contener, mucho menos detalla el peligro que puede tener para salud.
El Poder del Consumidor, que forma parte de la Alianza, dijo que el nuevo etiquetado frontal obligatorio va en contra de la propia Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes donde se establece que este etiquetado deberá informar sobre los “Azúcares añadidos” teniendo como base de cálculo 200 kilocalorías, es decir 10 cucharadas cafeteras.
EL ETIQUETADO
Los integrantes de la Alianza recordaron que la OMS establece como medida eficaz para combatir la obesidad etiquetas claras, donde se hable de los azúcares añadidos y no sólo de los totales.
Las medidas internacionales establecen como “azúcares añadidos” todos aquellos que se agregan por el fabricante a los alimentos procesados, los cuales se han relacionado con el incremento del riesgo de presentar diversas enfermedades, como la obesidad, la diabetes y el síndrome metabólico.
En cambio, los “azúcares totales”, además de los «añadidos» también incluyen los que se encuentran de forma natural en las frutas, en algunas verduras, informó la organización.
La ONG denunció que el criterio que utiliza la Cofepris para establecer el máximo de azúcar es el mismo criterio que desarrollaron las empresas, pues la máxima de cantidad de azúcar lo establecen en 90 por ciento, es decir, 18 cucharadas cafeteras al día, sin embargo, no existe un requerimiento de azúcares añadidos.
Lo que establece la Organización Mundial de la Salud es un máximo tolerable que equivaldría a 10 cucharadas cafeteras, la Cofepris recomienda 18.
“Una Coca Cola de 600 mililitros va a decir en su etiquetado 70 por ciento* [por ejemplo], uno va ver lo que significa el asterisco [*] , y la botella dirá que se trata del requerimiento diario recomendado de azúcar, cuando no hay ningún requerimiento diario recomendado de azúcares añadidos” , explicó el director de El Poder del Consumidor.
Alejandro Calvillo lamentó que la única información certera que podemos tener de un producto son los etiquetados y el actual modelo que propone la Comisión. “Va a hacer pensar a las personas que si toman una Coca Cola, aún les hará falta para completar su ‘requerimiento diario de azúcar’ cuando no es así” advirtió.
La organización propuso a la Comisión la implementación de un modelo llamado “semáforo” que a través de colores explica de manera más clara la cantidad de azúcar que puede contener un producto. El color verde significa que es un producto bajo en grasa, sodio, azúcar según sea la clasificación del alimento, mientras que el amarillo destaca que tiene un nivel “promedio”, y el rojo delata que se trata de un producto con altos niveles de la sustancia destacada.
Un estudio realizado por Consumers International, citado por la Alianza, mostró a consumidores de nueve países de Europa, Asia, África y las Américas, alimentos locales pre-envasados con y sin etiquetas tipo «semáforo». Los resultados mostraron que el número de consumidores que hizo estimaciones precisas se duplicó con la adición de un etiquetado frontal tipo “semáforo”.
En ese estudio se les pidió a los consumidores que estimaran si los alimentos eran altos, medianos o bajos en sal, azúcar y grasas, y que eligieran la opción más saludable a partir de una variedad de marcas similares. En el caso de México, 88% de los consumidores hicieron elecciones correctas con el uso de un etiquetado frontal de “semáforo”, en contraste con el 42% de los consumidores que hicieron elecciones correctas sin el etiquetado de “semáforo”.
DEMANDAN ETIQUETAS CLARAS
Esta mañana un grupo de personas e integrantes de la Alianza se plantaron afuera de las instalaciones de la Comisión y con letreros donde pudieron leerse mensajes como: “Cofepris, ¿Darías a tus hijos esta cantidad de azúcar al año?, mientras mostraban un costal de 33 kilos de sacarosa o “¡Tanta azúcar me dará diabetes!” demandaron información más amplia sobre los productos.
El representante del Poder del Consumidor dijo que desde 2010 y en 2012 la Alianza ya había denunciado ante la Secretaría de Salud (SSA) y la Cofepris el etiquetado que sólo especifica la cantidad de azúcar total, y no las añadidas, que las empresas emplean para la producción de las bebidas endulzadas, sin embargo, no han tenido una respuesta que satisfaga la demanda de los activistas y de la sociedad en general.
Alejandro Calvillo explicó que desde 2004, como parte de la Estrategia global promovida por la OMS, se promovió que se pusiera información enfrente de los productos que fuera útil para los consumidores. El nuevo etiquetado que lanzará la Cofepris únicamente expone un sello nutrimental.
Dijo que todos los estudios internacionales ha demostrado que las listas de ingredientes que están en la parte posterior de los productos no son utilizados por los consumidores además que son confusos e incomprensibles, al menos en México. Calvillo aseguró que incluso estudiantes de nutrición de primer año de universidad tardaron en descifrar los datos de las tablas que dan información sobre los ingredientes.
“Las empresas tomaron la postura de adelantarse y desarrollar su propio etiquetado, desde 2009 lo empezaron a introducir en México, principalmente las empresas como Cocacola o Kellogg´s que tienen altísimos contenidos de azúcar en sus productos”, detalló.
Por ello, desde 2010 los integrantes de la Alianza han denunciado dicho proceso y han solicitado a las autoridades se establezcan nuevos modelos “sin embargo, esas denuncias nunca fueron atendidas. Ahora ese etiquetado que propone Cofepris va a agudizar los problemas de obesidad y diabetes en México”, alertó el experto.
Por su parte Xaviera Cabada, Coordinadora de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor dijo que “el dictamen final de la Comisión Federal para la Mejora Regulatoria (COFEMER) para aprobar este etiquetado carece de seriedad e imparcialidad ya que sólo menciona un artículo científico que evaluó diversas opciones de etiquetado frontal y que fue realizado en Australia”.
La especialista en salud dijo que la “COFEMER no menciona los dos únicos estudios que se han desarrollado en México por parte del Instituto Nacional de Salud Pública para evaluar opciones de etiquetados frontales y que descalifican el etiquetado que ha elegido COFEPRIS para hacerlo obligatorio en México».
«Este etiquetado es el que desarrollaron las empresas y que desde 2012 denunciamos ante Cofepris por engañoso. Cofepris ahora lo vuelve oficial en un atentado contra el interés público y la salud”, denunció.
LOS DAÑOS
Los expertos alertaron que el principal problema de que no se especifique con claridad las cantidades de azúcares añadidos es que los padres no comprenden el riesgo que representa para la salud ingerir aproximadamente 18 cucharadas de azúcar al día en una sola bebida, por lo que atenta principalmente contra el bienestar de los niños.
Dijeron que los únicos estudios que se han hecho en nuestro país con calidad científica para evaluar diferentes etiquetados frontales los ha hecho el Instituto Nacional del Salud Pública. Por ello es que la OMS propone con una consulta internacional que de acuerdo con lo establecido internacionalmente se disminuya de 10 cucharadas a cinco cucharadas de azúcar, lo que sería el ideal recomendado.
Insistieron que la Cofepris induce a la población a que consuma más del 300 por ciento del máximo tolerado por la recomendación de la OMS. Calvillo advirtió que si el impuesto al refresco había posicionado al Presidente Enrique Peña Nieto a nivel internacional como un líder en el combate a la obesidad, este etiquetado va a ser la mancha de la Estrategia Nacional contra la Obesidad, Sobrepeso y la Diabetes.
SE TRATA DE UN SELLO: COFEPRIS
Luego de que los integrantes de la Alianza se manifestaran fuera de las instalaciones de la Cofepris, Patricio Caso, Coordinador de asesores de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, dijo que “el nuevo etiquetado es claro y es un avance importante”, un sello nutricional.
“Consideramos que este nuevo etiquetado es claro, es un avance importante que realmente dejará muchísimo más claras las reglas en el contenido de sodio, gracias y azúcar”, comentó Caso, y rechazó que sea una medida “hecha a los intereses de la industria”.
Al respecto, el Presidente del Poder del consumidor dijo: “Si no vemos que se resuelvan la propuesta de lineamientos de aplicación, vamos a ver la chatarra en las escuelas. Si no se aplica el impuesto del refresco a la prevención de la obesidad, va a representar un riesgo y que sólo tuvo un sentido recaudatorio. Y el etiquetado va totalmente en contra, con lo que se ha logrado con el impuesto establecido en las bebidas altamente endulzadas”.