Por la mañana, el mandatario de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, reiteró su apoyo al paro nacional convocado para el 9 de marzo; sin embargo, en uno de los hoteles de su propiedad no sucedió lo mismo: «el dueño de este hotel es muy negrero”, relató una de las trabajadoras.
Por Cayetano Osuna
Mazatlán, Sinaloa, 9 de marzo (RíoDoce).- A pesar de que el Gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, amaneció expresando su apoyo al movimiento #ElNueveNingunaSeMueve y al #9M2020, cientos de mujeres trabajadoras de los hoteles Océano Palace, Luna Palace, Star Palace y Pacific Palace, no sintieron ese apoyo.
Y es que el mandatario estatal, desde muy temprano, todo echado para adelante, tuiteó a las mujeres empoderadas: “Feliz lunes, que tengan un excelente inicio de semana, el día de hoy reitero todo mi apoyo al movimiento”.
Sin embargo, para sus trabajadoras no fue un día distinto. Este semanario hizo un recorrido por los cuatro hoteles propiedad de Ordaz Coppel, ubicados en la avenida Camarón, Sábalo, también conocida como en el puerto de Mazatlán, como Zona Dorada.
#FelizLunes, que tengan un excelente inicio de semana, el día de hoy reitero todo mi apoyo al movimiento #ElNueveNingunaSeMueve #9M2020. A desayunar y a trabajar. #PuroSinaloa ??
— Quirino Ordaz (@QuirinoOC) March 9, 2020
Preguntadas las trabajadoras del Hotel Starpalace, si su patrón las había apoyado el 9 de marzo, respondieron que no habían recibido ninguna comunicación en el sentido de que no trabajarían debido al movimiento femenil “ el nueve ninguna se mueve”, por lo que estaban laborando normalmente.
La mujer, que dijo ser la encargada de “recursos humanos”, notoriamente molesta preguntó quién había permitido para que llegara hasta ella, que se encontraba en esa oficina sin acceso a personas no autorizadas.
Al preguntarle sobre el número de mujeres que laboraban en los cuatro hoteles y si en dichos centros de trabajo se estaba aplicando la consigna “el nueve ninguna se mueve”, la interpelada, con una reprimenda velada en su rostro respondió que eran 250 trabajadoras y que lo demás era asunto interno.
En el recorrido en dicho hotel, Ríodoce comprobó que en el restaurante todas las mujeres trabajaban y al preguntarle a una empleada si les habían dado la opción de no presentarse a trabajar, respondió que no, porque descontaban el día.
En el hotel Océano Palace, una empleada en el lobby se afanaba al ritmo de su compañero, preparando los ingredientes del cocktail maracuyá, sangría, Bloody Mary,, piña colada, o refresco de frutas, para las huéspedes que el “nueve ninguna se mueve” disfrutaban alegres sus chapuzones en la alberca.
Cuando Ríodoce abordó a una recamarera para preguntarle qué había pasado en ese centro de trabajo con “el nueve ninguna se mueve”, reviró con cierto sentimiento de rebeldía: “ay, oiga, el dueño de este hotel es muy negrero”.