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Ernesto Hernández Norzagaray

09/03/2018 - 12:05 am

Peña Nieto, ¿el ganador de las elecciones?

No estamos ante un Presidente ganador de elecciones, sino ante alguien que pierde elecciones y las que gana lo hace forzadamente.

No Estamos Ante Un Presidente Ganador De Elecciones Sino Ante Alguien Que Pierde Elecciones Y Las Que Gana Lo Hace Forzadamente Foto Móises Pablo Cuartoscuro

Un candidato priista a un escaño del Senado de la República, me decía hace unos días que su partido ganaría las elecciones ya que a Peña Nieto se le puede criticar de muchas cosas pero no  “de que no sepa ganar elecciones”, le argumente en contra que en las elecciones concurrentes de 2016 había perdido siete de las doce gubernaturas en juego. Su justificación ya no fue tan contundente y se fue por las ramas echando la culpa a Manlio Fabio Beltrones. Y esa incapacidad de Peña Nieto queda más nítida, si vemos los resultados de las cuatro elecciones estatales de 2017, que no presentaron precisamente a un PRI ganador.

Los  triunfos en el Estado de México y Coahuila dejaron mucho que desear por la calidad de la competencia. En el primero tuvieron que echar mano de todo para obtener el triunfo coaligado ya que el tricolor de haber ido solo sus resultados no serían suficientes para ganar a la candidata de Morena y en el segundo a duras penas, y con el auxilio de sus personeros en el TRIFE, pudo salir adelante dejando un gran malestar entre una población agraviada por los gobiernos de los hermanos Moreira. Hasta ahí, con las salvedades del caso, podríamos decir OK es un Presidente ganador. Pero su partido pierde rotundamente en Nayarit en medio de los escándalos de narcopolítica, además, es derrotado en la amplia mayoría de los municipios de Veracruz y en el legislativo queda en tercer lugar con solo 8 diputados.

Entonces, no estamos ante un Presidente ganador de elecciones, sino ante alguien que pierde elecciones y las que gana lo hace forzadamente, con auxilio de quienes hoy ocupan las instituciones.

Ahora bien, si habría que reconocerle algo a Peña Nieto, no es precisamente la sana distancia que debe guardar en los comicios, sino sus operadores que se meten con todo. Y todo es todo. Y si se ha metido en elecciones estatales no hay duda que lo harán en las elecciones concurrentes de este año donde están en juego 3 mil 406 puestos de los cuales 629 federales y 2 777 estatales. Está en marcha la estrategia de intromisión de la Presidencia y de la peor forma sin guardar las formas institucionales. Peña Nieto utiliza las instituciones del Estado Mexicano para hacer que suba José Antonio Meade a la segunda posición golpeando a Ricardo Anaya, mediante la intervención de una PGR desfigurada.

Esta institución judicial, que debería estar al margen de las animosidades del Presidente y teniendo una distancia de las contiendas electorales ha abierto una carpeta celosamente guardada para acusar a Ricardo Anaya de “lavado de dinero” que hasta ahora no tiene como objetivo inhabilitarlo, sino exponerlo mediáticamente como un candidato corrupto que no merece estar en ese lugar de las preferencias.

Eso, en la lógica del Presidente, permitiría administrar encuestas que indiquen al menos que están en empate técnico. Es decir, si la diferencia entre ambos candidatos es de 5 o 6% insinuar que la intención de voto se ha logrado a favor de Meade, el buen chico de esta contienda que por supuesto se suma al coro del peñismo. Y con esta “intención de voto” ir mediáticamente contra López Obrador en la etapa de la campaña electoral que parece insuperable por Meade quien se encuentra muy lejos en todas las encuestas.

El Presidente Peña Nieto sabe que el desafío es bajar a Anaya para que suba su candidato y llevarlo a la franja de incertidumbre del 5%. Ese margen en su lógica maquiavélica es donde los operadores del oficialismo pueden hacer mejor su trabajo. Por experiencia se sabe que ese 5% se puede ganar con lo peor del putschismo de la política. Sea por medio de la compra y coacción de votantes o por medio de las instituciones débiles, o funcionarios públicos venales, que con legalismo favorecen al partido o coalición del Presidente.

Pregunto, ¿Esta estrategia surtirá efectos positivos para el Presidente y su partido? Primero, habrá que ver el desenlace que tiene la carpeta de investigación abierta contra Ricardo Anaya a través de los resultados de las próximas encuestas. Si se mantiene la diferencia promedio entre Anaya y Meade habrá sido un fracaso la utilización de la PGR y Anaya saldría fortalecido. Acaso, ¿el PRIAN es lo que busca, fortalecer a uno de sus candidatos frente a AMLO? No es de descartar esta posibilidad recordando 2006 cuando al ver que Roberto Madrazo no subía en la intención de voto los gobernadores priistas apuntalaron al panista Felipe Calderón para quedar finalmente la polémica diferencia de 0.56%.

O sea, Peña Nieto no es un Presidente ganador de elecciones, pero tampoco original en su estrategia de aproximación a López Obrador,  va con las mismas herramientas a un contienda presidencial que como nunca tiene una diferencia sostenida de más de 10 puntos porcentuales que son alrededor de 10 millones con esa intención de voto y eso podría ser definitivo, aunque todavía hay que esperar tres momentos: El de las campañas donde se hará de todo para posicionar al candidato de los factores reales de poder, el día de la jornada electoral donde tradicionalmente se ponen en marcha todos los medios, sección por sección, casilla por casilla, billete tras billete, para influir en el desenlace final que está por escribirse y no hay que descartar que en esa perspectiva está llevar los resultados al tribunal electoral.

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Ernesto Hernández Norzagaray
Doctor en Ciencia Política y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel I. Ex Presidente del Consejo Directivo de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales A. C., ex miembro del Consejo Directivo de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política y del Consejo Directivo de la Asociación Mexicana de Ciencia Política A.C. Colaborador del diario Noroeste, Riodoce, 15Diario, Datamex. Ha recibido premios de periodismo y autor de múltiples artículos y varios libros sobre temas político electorales.
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Ernesto Hernández Norzagaray
Doctor en Ciencia Política y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel I. Ex Presidente del Consejo Directivo de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales A. C., ex miembro del Consejo Directivo de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política y del Consejo Directivo de la Asociación Mexicana de Ciencia Política A.C. Colaborador del diario Noroeste, Riodoce, 15Diario, Datamex. Ha recibido premios de periodismo y autor de múltiples artículos y varios libros sobre temas político electorales.
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Doctor en Ciencia Política y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel I. Ex Presidente del Consejo Directivo de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales A. C., ex miembro del Consejo Directivo de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política y del Consejo Directivo de la Asociación Mexicana de Ciencia Política A.C. Colaborador del diario Noroeste, Riodoce, 15Diario, Datamex. Ha recibido premios de periodismo y autor de múltiples artículos y varios libros sobre temas político electorales.
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