De acuerdo con la gastrónoma Martha Bayardo, lo primero que hay que hacer para asegurar la soberanía alimentaria en México, es que el Estado reconozca el patrimonio con el que cuenta y elaborar un gran inventario de los recursos gastronómicos con los que se contamos.
Por Ivette Mota
México, 9 de marzo (EFE).– Legislar en materia de patrimonio gastronómico de la nación «es la vía para asegurar la soberanía alimentaria de México», dijo a Efe la gastrónoma Martha Bayardo Ramírez, académica de la Universidad del Claustro de Sor Juana.
La chef compartió su planteamiento sobre la necesidad de desarrollar un marco jurídico del patrimonio gastronómico dada la importancia para la vida del país y su sistema alimentario.
«La tesis nació para fundamentar el anteproyecto de Ley Federal de Fomento a la Gastronomía Mexicana, presentada en 2016 al Senado; sin embargo, ésta se enfocaba al desarrollo económico-productivo y no de alimentación», explicó.
Esta iniciativa no procedió. En 2017 fue presentado otro proyecto, la iniciativa de reforma a la Ley de Desarrollo Rural Sostenible, que tampoco progresó.
Debido a la existencia de estas dos iniciativas, dijo Bayardo, «no se ha trabajado en una nueva ley federal que se centre en rescatar, proteger, salvaguardar y fortalecer el patrimonio gastronómico de México».
Señaló que «el planteamiento de una reforma de ley debe empezar porque el Estado nación reconozca el patrimonio con el que cuenta y su relación directa para asegurar la alimentación de su población, y un primer paso es hacer un gran inventario de los recursos gastronómicos con los que se cuentan».
Con ese inventario, agregó, «se podría conocer el bien alimentario, palpable e impalpable, de México, desde el suelo, la tierra, el agua, semillas, plantas, y hasta el conocimiento tradicional».
Se podrá conocer qué recursos alimentarios pueden estar en riesgo por ya no usarse, como plantas o semillas.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), si México no modifica drásticamente su política alimentaria, para el año 2030 importará 80 % de los alimentos que consume y se convertirá en el primer importador mundial de alimentos.
Ante este escenario, Bayardo resaltó la necesidad de desarrollar una legislación «que establezca el compromiso del Estado para salvaguardar el patrimonio gastronómico nacional, dada su relación directa para alcanzar la soberanía alimentaria».
«La falta de un reconocimiento público del valor de este patrimonio gastronómico no lo coloca en el objeto de estudio, se tiene un vacío teórico, legal e institucional», expuso, y añadió que este problema es la pieza medular de su investigación y propuesta de legislación.
Explicó también que «el patrimonio gastronómico significa que los pueblos pueden ejercer la soberanía alimentaria, ya que ellos pueden decidir sobre un bien que les pertenece».
Añadió que el patrimonio gastronómico es el bien con el cual los pueblos pueden ejercer dos derechos: el de la soberanía alimentaria, consistente en tener alimentos suficientes y necesarios para una vida digna, y contar con una identidad cultural.
La falta de una definición institucional sobre la gastronomía mexicana y todo lo que significa como patrimonio no ha permitido que el tema se incluya en una ley de manera integral, refirió.
Y agregó que «no hay una sola ley a nivel federal en México que reconozca y proteja al patrimonio gastronómico del país».
«El ámbito gastronómico se ha reducido a temas de turismo, entretenimiento, cuando su alcance e importancia es sustancial para el país en materia alimentaria», apuntó.
Su propuesta sobre qué se debería legislar incluye «el reconocimiento por parte del Estado sobre el valor alimentario, económico y cultural del patrimonio gastronómico de México».
También contempla la función del Estado como salvaguarda de esta herencia y «legitimar la obligación del Gobierno de México para velar por el bien gastronómico y garantizar un sistema alimentario funcional para la población», enfatizó la investigadora.
«Busco que este documento esté disponible para que se empiece a discutir, se difunda y se ponga en el foco al patrimonio gastronómico», concluyó Bayardo.