Ciudad de México, 9 de marzo (Sinembargo).- Paradójicamente, la presencia de monóxido de carbono, tan nocivo para los seres humanos en la Tierra, podría indicar que un sistema planetario cercano al Sistema Solar podría convertirse en un buen hábitat para albergar vida. Esto sugiere el descubrimiento de una inesperada aglomeración de monóxido de carbono en el polvoriento disco que rodea a la estrella Beta Pictoris.
El hallazgo realizado por un equipo internacional de astrónomos se logro gracias al telescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) situado en el norte de Chile, con el que pudieron observar a esta estrella cercana, fácilmente visible al ojo en el cielo austral, que ya es aclamada como el arquetipo de sistema planetario joven.
Se sabe que Beta Pictoris alberga un planeta que orbita a unos mil 200 millones de kilómetros de su estrella, y fue una de las primeras estrellas descubiertas rodeada por un gran disco de restos polvorientos. Ahora también, las nuevas observaciones llevadas a cabo con ALMA muestran que el disco está impregnado de monóxido de carbono.
Esto puede ser una sorpresa, ya que se supone que este tipo de gas es rápidamente destruido por la luz de la estrella. De esta manera se cree que probablemente numerosas colisiones entre pequeños objetos helados como cometas, puede estar haciendo que el gas siga reponiéndose continuamente, publicó la revista Science.
Lo anterior resulta irónico, ya que algo nocivo para los humanos podría ser un indicador de que este sistema planetario pueda albergar vida. Asimismo, el bombardeo de cometas que están sufriendo sus planetas puede estar proporcionándoles agua, lo que podría permitir el desarrollo de vida.
Por otra parte, dado que el monóxido de carbono se descompone rápidamente y con facilidad por la luz de las estrellas, con una duración de unos 100 años en las zonas del disco de Beta Pictoris donde ha sido observado, resulta sorpresivo encontrarlo con una edad de 20 millones de años.
¿De dónde proviene y por qué está aún ahí? Son las principales preguntas que se hacen los astrónomos.
“A menos que estemos viendo a Beta Pictoris pasando por un momento muy inusual, el monóxido de carbono debe estar siendo repuesto de manera continua”, dijo Bill Dent, astrónomo del Observatorio Europeo Austral (ESO) en la Oficina Conjunta de ALMA, en Chile.
“La fuente más abundante de monóxido de carbono en un sistema solar joven son las colisiones entre cuerpos helados, desde cometas hasta objetos mayores, de tamaño planetario”, agregó el autor principal del artículo.
No obstante, también señala que el ritmo de destrucción debe ser muy alto. “Para obtener la cantidad de monóxido de carbono que estamos observando, el ritmo de colisiones debería ser verdaderamente sorprendente: una colisión de un cometa de gran tamaño cada cinco minutos”, dijo Aki Roberge, astrónomo del Centro de Investigación Goddard de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA).
“Para alcanzar este número de colisiones, debería tratarse de un enjambre de cometas muy juntos y muy masivo”, agregó el coautor del artículo.
Sin embargo, ALMA no sólo descubrió el monóxido de carbono, sino que además hizo un mapa de su ubicación en el disco gracias a su capacidad única de medir de manera simultánea tanto la posición como la velocidad, observándose así que el gas se encuentra concentrado en un grumo compacto. Esta concentración se encuentra a 13 mil millones de kilómetros de su estrella, lo que supone tres veces la distancia de Neptuno al Sol. Aún así, el motivo por el cual el gas se encuentra en ese pequeño espacio tan lejos de la estrella es un misterio.
“Esta aglomeración es una clave importante para lo que está ocurriendo en las zonas exteriores de este joven sistema planetario”, afirma Mark Wyatt, astrónomo de la Universidad de Cambridge
El coautor del artículo explicó que hay dos formas en las que puede formarse una aglomeración de este tipo: “O bien la fuerza gravitatoria de un planeta aún no visto, similar en masa a Saturno, está concentrando las colisiones de cometas en un área pequeña, o bien lo que vemos son los remanentes de una única y catastrófica colisión entre dos planetas helados de la masa de Marte”.
Ambas posibilidades dan a los astrónomos razones para ser optimistas y creer que hay varios planetas más esperando ser descubiertos alrededor de Beta Pictoris. “El monóxido de carbono es sólo el principio: puede haber otras moléculas preorgánicas más complejas liberadas por esos cuerpos helados”, dijo Roberge.
Mientras tanto, se han planeado observaciones posteriores con ALMA, aún en desarrollo, con el fin de arrojar más luz sobre este misterioso sistema planetario, ayudando así a comprender qué condiciones se dieron durante la formación de nuestro Sistema Solar.