Las autoridades, que han empleado gas lacrimógeno, cañones de agua y balas de goma en manifestaciones previas, dicen que la fuerza ha sido necesaria para dispersar a los manifestantes que cortaban calles, atacaban tiendas y les lanzaban bombas incendiarias. La policía prohibió las marchas masivas ante un aumento de la violencia, pero cedió y autorizó la del domingo tras varias semanas de calma relativa.
Por John Leicester
HONG KONG (AP).— Cientos de miles de personas abarrotaron el domingo las calles de Hong Kong, coreando lemas que resonaban entre los rascacielos, en una muestra masiva de apoyo a un movimiento de protesta que no daba visos de flaquear tras seis meses de reivindicaciones.
Coreando “Luchad por la libertad” y “En pie con Hong Kong”, los manifestantes formaron una marea humana en la isla de Hong Kong, desde el distrito comercial de Causeway Bay hasta la zona financiera de Central, una distancia de más de 2 kilómetros (1 milla y cuarto).
La multitud era tan grande y densa que la marcha se detenía por completo en ocasiones. Los manifestantes llenaban las estrechas calles aledañas exclamando “Revolución en nuestros días”. Una manifestante recorrió parte de la ruta avanzando sobre sus manos y rodillas, arrastrando ladrillos y latas vacías tras ella. Era una buena metáfora del movimiento prodemocracia, que se ha convertido en un esfuerzo a largo plazo para preservar las libertades que distinguen a Hong Kong de las demás ciudades chinas.
“Esto es sólo el principio. Tenemos mucho camino por recorrer”, dijo otra manifestante, Louisa Yiu, ingeniera.
Muchos asistentes alzaban la mano con los cinco dedos extendidos en alusión a sus cinco exigencias, que incluyen elecciones democráticas a la cámara legislativa y al jefe de Gobierno local, así como una investigación sobre la actuación policial en los seis meses de protestas continuas.
Los activistas dijeron confiar en que la gran asistencia ayudara a conseguir concesiones del gobierno de Carrie Lam. Había manifestantes de todas las edades. Un hombre caminaba junto a su hijo pequeño, que iba disfrazado de Spiderman.
“Mucha gente sigue apoyando este movimiento. Puedes ver lo decididos que son los hongkoneses”, dijo Justin Ng, un estudiante de 20 años.
“Oí a un niño pequeño coreando lemas, de 4 o 5 años”, dijo Ng. “Eso me animó mucho porque no es solo esta generación, sino por las generaciones futuras también”.
Varios dijeron que las protestas se habían convertido en parte de su vida desde el inicio de las manifestaciones en junio contra una propuesta ya retirada del Gobierno que habría permitido enviar a la China continental a sospechosos de delitos para juzgarlos en tribunales controlados por el gobernante Partido Comunista.
Las protestas se han convertido en un amplio movimiento sostenido contra el Gobierno, que plantea un gran desafío al Gobierno comunista en Beijing y ha golpeado la economía hongkonesa.
La policía desplegó un gran número de agentes con equipo antimotines a lo largo de la ruta. Por la mañana se había anunciado la detención de 11 personas y la incautación de varias armas, incluida una de fuego con más de 100 balas. Según la policía, los detenidos planeaban utilizar las armas durante la protesta para culpar a la policía, que ha sido acusada de abuso de la fuerza contra los manifestantes.
El organizador de la marcha Eric Lai pidió a la policía moderación y que no se emplearan gases lacrimógenos.
“Confiamos en que esto sea un reflejo de nuestro movimiento después de seis meses para mostrar a Carrie Lam y al mundo que la gente no se rinde. La gente sigue luchando por nuestra libertad y democracia”, dijo Lai.
Las autoridades, que han empleado gas lacrimógeno, cañones de agua y balas de goma en manifestaciones previas, dicen que la fuerza ha sido necesaria para dispersar a los manifestantes que cortaban calles, atacaban tiendas y les lanzaban bombas incendiarias. La policía prohibió las marchas masivas ante un aumento de la violencia, pero cedió y autorizó la del domingo tras varias semanas de calma relativa.
La marcha fue convocada por el Frente Civil de los Derechos Humanos, un grupo que ha organizado algunas de las marchas más importantes desde que cientos de miles de personas se congregaron el 9 de junio contra la reforma de las extradiciones.
Una de las causas más defendidas el domingo por los manifestantes era la acusación de brutalidad policial. Miles de personas han sido detenidas desde junio.
“Están fuera de control”, dijo Ernest Yau, consultor de 28 años. “Entendemos a nuestro enemigo común. Entendemos que estar unidos para luchar contra China, para luchar contra un Gobierno que no escucha a su pueblo”.