El Papa Francisco cuestiona «las buenas intenciones que sólo en el papel son alabadas y en la realidad representan el fracaso de los objetivos oficiales para mejorar las condiciones de miles de personas que pasan por el país».
Ciudad de México, 8 de noviembre (SinEmbargo).- La Iglesia católica se pronunció este día sobre el tema migratorio en nuestro país, aseguró que México es «un campo de sangre abonado por intereses mezquinos e inhumanos» que explotan las situaciones de vulnerabilidad de hombres, mujeres y niños, lo cual provoca indignación y pone al descubierto «las políticas oficiales de hipócritas, falaces e ineficaces».
A través del semanario Desde la fe, la Iglesia señaló que nuestro país «es el lugar donde los migrantes sufren, padecen, mueren». En cuanto a los programas migratorios, comparó el discurso con la realidad, pues el Programa Especial de Migración 2014-2018 busca supuestamente el bienestar del migrante, pero sólo se trata de «populismo y palabras vacuas», los migrantes son objetivo de los negocios de criminales coludidos con las autoridades «como mercenarios de muerte», aseveró.
Asimismo, recordó que el año pasado los delitos cometidos contra migrantes se dispararon y la tasa de secuestros repuntó cerca del 800 por ciento; en 2013, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, cerca de 11 mil personas fueron privadas de la libertad sufriendo vejaciones contra su integridad y seguridad.
De acuerdo con un informe de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) del mismo año, existen múltiples casos de secuestro contra migrantes, quienes son obligados a trabajos forzados, desapariciones, además de ser víctimas de violencia y explotación sexual de organizaciones protegidas por fuerzas policiales y hasta agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), involucrados en los delitos y la vulneración de los derechos humanos.
La magnitud de esta crisis, señalan en el editorial, ya no debería ser un asunto dejado a la incompetencia de entidades políticas y policiales. Pues asegura, el Papa Francisco apela a la conciencia de la gente para no ver a los migrantes como extraños y cuestiona «las buenas intenciones que sólo en el papel son alabadas y en la realidad representan el fracaso de los objetivos oficiales para mejorar las condiciones de miles de personas que pasan por el país».
Desde el punto de vista de la Iglesia, el país debería implementar «una política fuerte, decisiva y valiente» contra lo que dictan otros países que han maltratado a los migrantes. Y adelantó que precisamente esa será una de las denuncias del Papa Francisco en su próxima visita a lugares que se han convertido en tumbas de personas que buscan bienestar y prosperidad.