ARRANCA: Nació el 30 de agosto de 1952 en Etchojoa, Sonora. Es la fecha en que ese municipio norteño no ha superado sus indicadores de pobreza. Su abuela era una indígena yaqui que había perdido un ojo cuando cortaba leña en Cananea, según narra el propio Beltrones Rivera en su libro “La vida y la Política”. De modo que él le leía los periódicos y a fuerza de hojear, llegó a preguntarle: ¿Qué hacen los políticos? Ella contestó que los políticos lograban acuerdos entre los demás. Después, su madre, Beatriz Beltrones, le enseñó lecciones bíblicas. El mismo Beltrones adjudica su pasión por la política al pasado con estas dos mujeres. Obtuvo una licenciatura en Economía en la UNAM. No fue un chico de Harvard, ni de Yale, como otros economistas de su generación. Por ejemplo, Carlos Salinas de Gortari concluyó una Maestría en Administración Pública en Harvard en 1973 y Ernesto Zedillo Ponce de León lo hizo en Yale, con un Doctorado en Ciencias Económicas, en 1981. En la UNAM, una de las cátedras a las que acudió fue la de José Antonio Zorrilla quien fungía como secretario particular del entonces director de la Federal de Seguridad, Fernando Gutiérrez Barrios (QEPD). En 1975, obtuvo su primer puesto en la administración federal, en el Registro Nacional de Electores (1975-1976). Gutiérrez Barrios llegó a ser Subsecretario de Gobernación y Zorrilla Pérez permaneció como su secretario. Beltrones Rivera fue llamado como auxiliar. Luego, Zorrilla Pérez quedó a cargo de la DFS. Entonces, el sonorense fue promovido y consiguió ser él, secretario particular. En 1982 se convirtió en Diputado por su estado natal. Al concluir la Legislatura, asumió como dirigente del CEN del PRI en Sonora. Desde julio de 2015 es dirigente nacional de ese partido.
GALOPE: Es uno de los políticos mexicanos más experimentados. Un cable que difundió Wikileaks a través del periódico La Jornada, dice de él: “Extremadamente afable e impecablemente peinado y arreglado, Beltrones exuda confianza en sí mismo”. En 2012, declinó su candidatura a favor de Enrique Peña Nieto; de modo que acaso, la de 2018 es su oportunidad.
LA COLA: En 1991 se postuló al Gobierno de Sonora y ganó. Durante su mandato ocurrió uno de los pasajes más oscuros de la política nacional: el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato del PRI a la Presidencia de la República. El 23 de marzo –día del homicidio– hubo una reunión de gobernadores en la ciudad de México, convocada por el presidente del consejo general del Instituto Federal Electoral (hoy INE). Acudieron todos los mandatarios, menos él. Después del primer interrogatorio al que fue sometido Mario Aburto, Manlio Fabio Beltrones se presentó en los separos de la PGR como “enviado presidencial”. Sacó al supuesto asesino de ahí para hablar con él “en la playa”. A partir de este episodio, el fantasma de la suspicacia cayó sobre su ser porque surgió la hipótesis de que hay dos Aburtos. En 1997, The New York Times publicó una lista de la DEA en la que Manlio Fabio apareció como uno de los protectores del narcotraficante Amado Carrillo Fuentes. La PGR calificó la información como difamatoria y pidió que la retiraran. Meses después, recibió otro golpe. La Procuradora de Suiza, Carla del Ponte, quien investigaba a Raúl Salinas, hermano del ex Presidente, por enriquecimiento ilícito, presentó un informe donde detallaba ligas de políticos mexicanos con el crimen organizado. Ahí volvió a aparecer su nombre.