Livae Nanjikana y Junior Qoloni, nativos de las Islas Salomón, pasaron 29 días incomunicados y varados en altamar, enfrentándose a fuertes lluvias y vientos antes de ser rescatados.
Moscú, 8 de octubre (RT).– Dos hombres de las Islas Salomón fueron rescatados sanos y salvos luego de haberse perdido en altamar por 29 días. Estando a la deriva, Livae Nanjikana y Junior Qoloni recorrieron más de 400 kilómetros antes de ser encontrados por un pescador el pasado 2 de octubre en las costas de Papúa Nueva Guinea.
Los dos marineros habían zarpado el 3 de septiembre de la isla salomonense de Mono en una lancha a motor con destino a la ciudad de Noro, en la isla Nueva Georgia, a unos 200 kilómetros. Sin embargo, mientras atravesaban el mar de Salomón, se toparon con «fuertes lluvias, vientos y espesas nubes oscuras» que les impidieron mantener el rumbo trazado, según contaron al medio local SIBC News.
Además de que apenas podían divisar el camino por el mal tiempo, el dispositivo GPS que llevaban consigo para orientarse se quedó sin batería. En esas circunstancias y entrada ya la noche, los hombres decidieron apagar el motor de su embarcación —para ahorrar combustible— y esperar que pasara la tormenta.
El oleaje y los vientos terminaron arrastrándolos cada vez más lejos de su punto de partida, de su destino y de tierra firme. Durante los siguientes días sobrevivieron alimentándose con naranjas que habían llevado para el viaje. Nanjikana y Qoloni afirman que cuando se quedaron sin qué comer, sobrevivieron gracias al agua de lluvia que lograban recoger con una lona y los cocos que veían flotando en el mar. También los mantuvo vivos su «fe en dios», añadieron.
Luego de tanto tiempo de navegar sin rumbo fijo, los dos amigos decidieron construir una especie de mástil y una vela —con remos y la lona que tenían—, y moverse en dirección al viento. Pasados 27 días, divisaron una isla que resultó ser Nueva Bretaña, la mayor del archipiélago Bismarck, en el país insular vecino de Papúa Nueva Guinea. Dos días después, un pescador en una canoa de madera los vio y los remolcó hasta la orilla, ya que la meteorología y la falta de combustible no les permitieron hacerlo por sí mismos.
El 2 de octubre llegaron al distrito de Pomio, donde recibieron tratamiento médico y alimento. Por ahora, permanecen alojados en la casa de un hombre local hasta que las autoridades de las Islas Salomón terminen de hacer los arreglos necesarios para su repatriación, que se ha visto retrasada por las restricciones de viaje a raíz de la pandemia de COVID-19.
Los protagonistas de esta historia nunca imaginaron que llegarían a otro país y, a pesar de las duras circunstancias que travesaron, le han visto un lado positivo al aislamiento en el que permanecieron por casi un mes. «No tenía idea de lo que estaba pasando [en el mundo] mientras estuve allí. No escuché sobre el COVID-19 ni sobre nada. Tengo muchas ganas de volver a casa, pero creo que fue un buen descanso de todo», aseguró Nanjikana hablando con The Guardian.