Raymundo Díaz, CEO de Capital Analyst, consideró que de continuar una o dos semanas más el paro de General Motors en Estados Unidos se empezarán a ver lecturas negativas en la parte económica tanto de la Unión Americana como de de México. Por lo pronto, las acciones de la armadora estadounidense presentan ya una caída de 11.90 por ciento en el mercado de valores de Wall Street.
Por Rebeca Ramírez, con información de José Reyes y Antonio Ruiz
Coahuila, 8 de octubre (Vanguardia/AP).– La huelga de 48 mil trabajadores de General Motors en Estados Unidos, que cumple ya un mes, ha comenzado a hacer mella en la industria automotriz mexicana, particularmente en dos entidades que son proveedoras intensivas de autopartes e incluso sedes de plantas de la armadora estadounidense en México: Guanajuato y Coahuila.
Ayer, GM informó que prescindirá temporalmente de otros 415 trabajadores en México y detuvo su planta de propulsión Ramos Arizpe, Coahuila, donde no se encuentran operando la línea del motor V8 y la línea de transmisión CVT. Antes, la compañía también suspendió a 6 mil trabajadores en su planta de Silao, Guanajuato.
Este martes, 200 trabajadores de la planta Adient, en Saltillo, que es proveedora de cabeceras y coderas para General Motors en México, iniciaron un paro técnico de tres semanas, informó José Alberto Morales, secretario general de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) en Coahuila.
Morales agregó que la planta, conocida antes como Technotrim de México, ubicada en la carretera a Torreón, cuenta con mil 800 trabajadores lo que significa que 10 por ciento de ellos son los que se fueron al paro. “Se nos complicó la producción y nos pidieron menos piezas, a lo mejor están previendo algo ahí a futuro”, explicó.
Otra proveedora de GM, Adient, ubicada en Monclova, Coahuila, y donde laboran 2 mil 300 personas, se mantiene con operaciones normales, ya que tiene clientes de otras marcas, informó el secretario general de la de ese sindicato mexicano en la entidad.
GOBIERNO DE COAHUILA, EN ALERTA
En tanto, el Gobierno del estado se mantiene en alerta y de ser necesario lanzará programas emergentes para apoyar a los trabajadores que pudieran ser suspendidos o despedidos de sus labores en la planta General Motors, anunció en mandatario estatal Miguel Ángel Riquelme.
El Gobernador indicó que su administración está en contacto con la armadora automotriz por medio del Secretario de Economía, Jaime Guerra Pérez, quien tiene comunicación con los directivos en Ramos Arizpe y con el sindicato.
“Coahuila tiene le necesidad de varios puestos dentro de los empleos generados aquí a nivel local y creo que podemos enlazar muchas cosas y también lanzar programas emergentes para en un dado caso, que la huelga tome algún tiempo, al menos apoyar a los trabajadores que por alguna causa van a estar suspendidos de su actividad”, añadió el funcionario.
Por su parte, Raymundo Díaz, CEO de Capital Analyst, consideró que de continuar una o dos semanas más el paro en Estados Unidos se empezará a ver lecturas negativas en la parte económica de ese país y de México, aunque por lo pronto las acciones de GM presentan ya una caída de 11.90 por ciento en Wall Street. El precio de la acción de GM al iniciar la huelga era de 39.58 dólares y ahora está en 34.85 dólares.
La presidenta del Clúster de la Industria Automotriz de Coahuila (CIAC), Fabiola Aguilar Martínez, dijo que cada una de éstas tiene situaciones diferentes.
Agregó que en la región algunas empresas son proveedoras de General Motors y otras no, algunas surten piezas que son fundamentales para el proceso y otras no tanto.
Directivos de General Motors de México y el líder de la CTM en Coahuila, Tereso Medina, dialogarán sobre los términos para cubrir los salarios y las prestaciones económicas y sociales a los trabajadores afectados por la huelga de la empresa, se informó en la central obrera.
CIERRES DE FÁBRICAS EN SILAO
La huelga del sindicato United Auto Workers le ha costado a General Motors cerca de mil millones de dólares y ya provocó también una escasez de autopartes que obligó a la compañía a cerrar una fábrica de camionetas y otra de transmisiones en Silao, Guanajuato.
El portavoz de GM, Dan Flores, confirmó el pasado 1 de octubre que la producción en las plantas fue suspendida el martes por la mañana, lo que afectó a 6 mil trabajadores.
El cierre de plantas significa que GM ha perdido todo suministro nuevo para fabricar su camioneta ligera Chevrolet Silverado, el vehículo de más ventas de la compañía en Estados Unidos. Anteriormente, debido a la huelga, GM tuvo que cerrar una planta de motores en México y otra de ensamblaje en Canadá.
General Motors de México señaló que se realizará un mantenimiento “preventivo” a las instalaciones y equipos de la fábrica de Silao mientras permanece cerrada a causa de la disputa laboral en Estados Unidos y que espera reestablecer operaciones “en los próximos días”.
La compañía indicó que “por el momento”, las plantas en Ramos Arizpe, San Luis Potosí y Toluca operan normalmente.
La huelga de más de 49 mil trabajadores sindicalizados está ahora en su tercera semana y ambas partes están sintiendo los efectos. Los trabajadores en Estados Unidos están teniendo que sobrevivir con 250 dólares por semana en paga de huelga, en lugar de su salario básico normal de unos mil 200 dólares semanales.
La huelga de 16 días le ha costado más de mil millones de dólares a GM, dijo el analista Ryan Brinkman, de JP Morgan, en una nota a los inversionistas.
Las pérdidas aumentan semana a semana, y ya sumaron 480 millones de dólares en la primera y 575 millones en la segunda, escribió Brinkman. La empresa está perdiendo 82 millones de dólares por día.
GM registra los ingresos de los vehículos fabricados en el momento que la planta los entrega a la empresa que los distribuye a los concesionarios. Por eso los ingresos están contados para todos los vehículos que ya están en manos de los concesionarios. Muchos acumularon existencias antes de la huelga y dicen tener de sobra.
El cierre de la planta de Silao puso más presión sobre GM para que ponga fin a la huelga, pero deberá equilibrar las pérdidas a corto plazo con los costos adicionales que podrían derivarse de la solución de la huelga, opinó Kristin Dziczek, vicepresidenta del Center for Automotive Research (Centro de Investigación Automotriz, un centro de investigación de la industria en Ann Arbor, Michigan).
«A corto plazo, esto les está costando, sin duda”, agregó Dziczek. «Todo se resume a los costos frente a los principios. ¿Las cosas que tendrían que ceder para poner fin a la huelga serán precedentes con los que vivirían durante las próximas décadas?», se preguntó.
Brinkman escribió que GM puede recuperar parte de las ganancias perdidas si incrementa la producción en el cuarto trimestre, una vez finalice la huelga, pero la empresa probablemente se verá limitada a aumentar la producción de vehículos que ya tienen gran demanda o donde lance nuevos modelos como las camionetas Silverado o GMC Sierra.
Las plantas de pickups y SUV grandes ya trabajaban seis o siete días a la semana para satisfacer la demanda antes de la huelga, por lo que resultará difícil aumentar la producción.