México, 8 Oct (Notimex).- Desde “Arráncame la vida” hasta “La emoción de las cosas”, la escritora y periodista mexicana Ángeles Mastretta ha hecho una carrera literaria cimentada en sus preocupaciones por la opresión hacia la mujer en diversos contextos, en algunos casos incluso con tintes autobiográficos.
La autora llega a los 66 años este viernes y lo hace con un lugar consolidado entre los lectores, que han disfrutado con su literatura desenfadada, cercana, anecdótica, que se respira en libros como “Mujeres de ojos grandes”, “Mal de amores” o “Maridos”.
De acuerdo con el portal www.ensayistas.org, la escritora nació el 9 de octubre de 1949, en la ciudad de Puebla, donde vivió hasta 1971, cuando después de la muerte de su padre Carlos Mastretta se mudó a la capital mexicana.
En el Distrito Federal, Mastretta estudió periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de donde recibió su título en Periodismo y Comunicación Colectiva.
Antes de convertirse en escritora de fama internacional, colaboró ocasionalmente en periódicos y revistas como Excélsior, Unomásuno, La Jornada, Proceso y Ovaciones, siendo éste último el principal lugar en el cual inició verdaderamente su labor periodística, con la columna “De lo absurdo a lo cotidiano”.
En 1974 recibió una beca del Centro Mexicano de Escritores para participar en un taller literario al lado de escritores como los mexicanos Juan Rulfo (1917-1986) y Salvador Elizondo (1932-2006) refiere por su parte el portal www.escritores.org.
Más tarde, de 1975 a 1977, fue directora de Difusión Cultural de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán (FES-Acatlán) y de 1978 a 1982, del Museo del Chopo.
Ese mismo año, Mastretta apareció por primera vez en el Consejo Editorial de la Revista Feminista FEM. En esa época publicó numerosos ensayos y un cuento, en la actualidad todavía aparece en el Consejo Editorial de la revista, aunque su participación no es ya activa.
Entre los premios que ha recibido se encuentran el Mazatlán de Literatura (1985) por su primera novela “Arráncame la vida” (1985), la cual ha sido publicada por dos casas editoras españolas y traducida al italiano, inglés, alemán, francés y holandés.
De acuerdo con información difundida en el portal del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), en palabras de la autora, «Arráncame la vida», es la historia de una mujer enamorada y su educación: cómo aprende que no puede ser solamente una mujer enamorada de su esposo sino que tiene que ser atrevida, beligerante y, sobre todo, en control de su propia vida.
“También quise responder a mis propias dudas sobre la relación entre los hombres y las mujeres”, comentó en alguna ocasión.
En 1997, la escritora fue galardonada con el premio Rómulo Gallegos por “Mal de amores” (1996), su segunda novela y cuarto libro, siendo la primera vez en la historia del premio, en ser otorgado a una mujer.
Este galardón lo habían obtenido antes escritores como el mexicano Fernando del Paso (1935), el español Javier Marías Franco (1951), el mexicano Carlos Fuentes (1928-2012) y el peruano Mario Vargas Llosa (1936).
De acuerdo con el portal www.escritores.org , Mastretta asume en su obra una posición liberadora de la mujer oprimida que logra tener control de su destino gracias a las cuales la periodista mexicana fundó y organizó grupos tales como Unión de Mujeres Antimachistas.
De su obra literaria se pueden destacar títulos como “Arráncame la vida” (1985), “Mujeres de ojos grandes” (1990), “Puerto libre” (1993), “Mal de amores” (1996), “El mundo iluminado” (1998) y “Ninguna eternidad como la mía” (1999), entre muchas otras más.
Información de www.ensayistas.org señala que la escritora formó parte integral de la generación de estos años 70 y 80, cuando el movimiento feminista en México mantenía una actividad de lucha febril.
Mastretta se vio rodeada de gente que con sus trabajos de investigación y ensayos, problematizando la opresión de la mujer, brindaba ideas y temas que más tarde ella misma asumiría.
En la actualidad, la autora colabora de manera esporádica en periódicos extranjeros como el diario alemán “Die Welt” y el periódico español “El País”.
Este año, en un foro de escritores en San Miguel de Allende, habló de su pasión por las letras, pero dejó claro que el día que deje de escribir no se va a morir por ello.