La carencia de un órgano investigador realmente libre, así como una prensa nacional que no hace contrapeso, hacen que “la corrupción oficial sea una empresa lucrativa” en México, dice la prestigiada revista de temas internacionales.
Ciudad de México, 7 de octubre (SinEmbargo).- La ausencia de una prensa realmente libre o de una fiscalía anticorrupción independiente, así como un sistema de cómplices con instituciones y líderes comprometidos, hacen que México tenga un “montón de grietas en su base política y económica” pero difícilmente lo llevarán a reventar, dice un análisis publicado por Foreign Affairs.
El título del trabajo es «México, ¿el siguiente Brasil?». Está firmado por Geert Aalbers y Nick Panes.
Los autores comparan la situación de Brasil. Dicen que la desaceleración del crecimiento mundial y los bajos precios del petróleo han puesto de manifiesto no sólo una economía «tambaleante», sino también la corrupción profundamente arraigada que ha ayudado a enviar al país sudamericano a una recesión y ha dañado su reputación como un creciente actor global.
Por ese mismo camino iría Mexico, la segunda economía más grande de América Latina, señala Foreign Affairs. Pero distintos factores lo impiden.
“En México, muchos de los mismos componentes básicos de un escándalo están en su lugar: las instituciones públicas comprometidas, líderes que se enfrentan a una limitada responsabilidad política, y un solapamiento suficientemente significativo entre los negocios y la política, para hacer que la corrupción oficial sea una empresa lucrativa […]. Los escándalos siguen a fuego lento [en México], pero es poco probable que hiervan como en Brasil. Aunque los intereses empresariales y políticos se cruzan en México, hay algunos cortafuegos naturales que podrían ayudar a prevenir que el esquema de corrupción afecte a todo el sistema”.
La publicación indica que en México se tienen menos probabilidades de “entrar en erupción” por un escándalo al estilo Brasil, porque no tiene un fiscal anticorrupción, menos uno independiente. “Sería difícil imaginar un escenario similar en México, donde los fiscales son menos independientes y están paralizados por las fuerzas políticas. Después de todo, Peña Nieto y su esposa fueron absueltos del delito por un investigador nombrado directamente por el Presidente en el caso que involucra a su mansión».
“Además, a diferencia de Brasil, donde una cultura saludable de periodismo de investigación ha madurado en los últimos años, la prensa mexicana no es libre. En la última década, 62 periodistas han sido asesinados en México y el país ocupa el lugar 148 de 180 en el Índice Mundial de Libertad de Prensa, siendo uno de los lugares más peligrosos para los periodistas para trabajar”, indica Foreign Affairs.
«La mayor parte de los últimos escándalos de corrupción en México fueron expuestos por la prensa internacional. La ausencia de un cuerpo de prensa nacional verdaderamente independiente puede hacer que un escándalo de corrupción sea menos propenso a ver la luz del día en México, pero también aumenta el riesgo de un esquema de larga ejecución, que logra una metástasis fuera de control”, concluye la revista estadounidense.
Citando el caso Ayotzinapa, Foreign Affairs indica que la ira pública ligada a dicha crisis tomó a Peña Nieto por sorpresa y dañó sus esfuerzos para proseguir las reformas económicas sin garantizar primero una mayor seguridad pública.
«De hecho, es posible decir que Peña Nieto no ha podido recuperarse plenamente de la crisis, ya que la historia se rompió [la de la ‘verdad histórica’]. La puesta en práctica de sus reformas económicas, políticas y fiscales está ahora estancadas en gran parte y Peña Nieto parece incapaz de generar el impulso para empujar hacia adelante, a pesar del trabajo de su propio partido en el Congreso. Mientras tanto, la caída en picada de los precios del petróleo amenaza con socavar la Reforma Energética de Peña Nieto, de la que su legado a largo plazo depende».
Las consecuencias de los escándalos de la presente administración, dice la publicación, pueden incluir la perdida de la elección en 2018 [para el Partido Revolucionario Institucional], que Peña Nieto y su equipo consideraban «segura».
«El público ya ha comenzado para demostrar su falta de fe en los políticos convencionales. La cuota de voto de los tres principales partidos políticos ha caído de forma constante en las últimas elecciones», asegura la revista.
Sin embargo, un escándalo en México puede ser perjudicial, pero jamás reflejará lo que está ocurriendo en Brasil, dice el análisis, porque las diferencias estructurales entre las dos naciones hacen de esto «una certeza».
LA CORRUPCIÓN ES UN SISTEMA
En Brasil, una investigación reveló que en la década de 1990, Petrobras, el gigante petrolero estatal, conspiró con algunas empresas al adjudicarles contratos amañados a cambio de sobornos, por lo que casi 17 mil millones de dólares de sus ganancias «están contaminadas», dice la publicación.
«El escándalo ha implicado a decenas de altos funcionarios del gobierno, entre ellos los presidentes de ambas cámaras del Parlamento y cinco ministros del gabinete. Se ha empañado la credibilidad de la Presidenta Dilma Rousseff y amenazó a su capacidad de permanecer en el poder. A pesar de que no ha sido acusadA de ningún delito, ella estaba en la junta de Petrobas cuando el intercambio ilegal tuvo lugar», indica el análisis.
De hecho hoy, el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil decidió reabrir una Acción de Impugnación de Mandato Electivo (AIME) presentada por la oposición contra Rousseff, informan hoy medios locales. La acción se basa en sospechas de irregularidades en las finanzas de la campaña de reelección de 2014, cuando Rousseff y su vice, Michel Temer, obtuvieron un segundo mandato en las elecciones generales de octubre.
Según la agencia DPA, esta es la primera vez que se instala una acción de ese tipo contra un Presidente de la República y su vice. La principal sospecha es que el Partido de los Trabajadores (PT) recibió dinero desviado de Petrobras, en el marco de la red de corrupción que sacude al ente estatal. Los recursos ilícitos, según la sospecha, habrían sido usados para financiar la campaña política de la actual Presidenta.
Foreign Affairs dice que aunque Petróleos Mexicanos (Pemex) es una «fuente potencial de corrupción», sólo el tiempo revelaría que la corrupción generalizada ha minado el rendimiento de la empresa, y «sería irónico», ya que la reforma energética, «buque insignia» de Enrique Peña Nieto prometía romper el monopolio estatal y mantener la compañía a mayores niveles de transparencia y rendición de cuentas.
En México los escándalos están inclusive «más maduros» que los que han existido en Brasil, indica la publicación, que cita al escritor peruano Mario Vargas Llosa y lo que nombró como la «dictadura perfecta», un régimen de partido único a finales del siglo pasado, gobernado por el PRI, con un sistema «atrincherado» en el patrocinio, que permitió a los líderes del partido de cooptar oponentes en lugar de enfrentarlos.
«Aunque el PRI ya no ejerce ese control cobijador, el sistema de cooptación aún subyace en la política y la sociedad mexicana», dice la revista especializada en relaciones internacionales.
La publicación estadounidense también hace referencia a los actos de corrupción en los que presuntamente incurrió el Presidente mexicano Enrique Peña Nieto, entre ellos la «casa blanca», propiedad que su esposa Angélica Rivera Hurtado, que adquirió de una empresa propiedad de Juan Armando Hinojosa Cantú, también dueño de otra empresa constructora que ganó la licitación para construir el primer tren de alta velocidad del país, proyecto que fue cancelado.
Luego cita las grabaciones que involucran a los ejecutivos de Obrascón Huarte Lain (OHL), una empresa constructora española, en los que se escucha cómo discutían para conseguir que funcionarios del gobierno mexicano se pusieran de acuerdo para pagar honorarios por trabajos que no se completaron.
Por último, señala el caso de la fuga de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, «El Chapo», de el Centro de Readaptación Social Federal, El Altiplano en julio pasado.
LA CORRUPCIÓN SE QUEDA ATRAPADA
Foreign Affairs dice que México, contrario a Brasil, una economía más abierta ha llevado a un crecimiento de licitaciones de empresas extranjeras para los contratos de obras públicas.
«La diversidad [de licitaciones] hace que sea menos probable que México viera cómo múltiples empresas fueran atrapadas en un único escándalo de corrupción, a gran escala, como en Brasil. Los efectos de la corrupción en México también son más difusos: su injerto es particularmente abundante en los niveles estatal y municipal, pero sus consecuencias entonces también tienden a ser de naturaleza local», señala la publicación internacional.
La publicación también hace referencia al sistema político mexicano, en el cual sólo tres partidos políticos dominantes, «lo que simplifica el proceso de construcción de una coalición de gobierno y reduce la posibilidad de un escándalo de corrupción que se podría cortar a través de las líneas del partido».
La política mexicana se ha vuelto cada vez más fragmentada y los partidos marginales han ganado algo de impulso en los últimos años, dice Foreign Affairs. Sin embargo, dice también que esta misma estructura hace que un escándalo que afecta a un solo partido, es más probable que se «reverbere» a través de múltiples niveles de gobierno, llegando a manos regionales y locales, a través de los «sistemas de patronazgo arraigados».