El narcotraficante más peligroso de México se ha escapado de la cárcel de alta seguridad a través de un túnel, mientras un científico estadounidense hace pruebas con cerdos en una base militar ubicada en la frontera.
Por Mónica Rubalcava
Ciudad de México, 8 ago (EFE).- El narcotráfico nunca había tenido un contendiente más fuerte como el que tendrá en la serie mexicana S.O.Z soldados o zombies, una producción que muestra que Latinoamérica también hace ciencia ficción de calidad.
«América Latina tiene grandes posibilidades de indagar en la ciencia ficción, la fantasía, el horror y el ‘gore’, estos son otros géneros que nos ayudan a explicar cosas (de la sociedad) a partir de metáforas», asegura a Efe el actor Horacio García Rojas, que interpreta a uno de los zombis de la historia.
El narcotraficante más peligroso de México se ha escapado de la cárcel de alta seguridad a través de un túnel, mientras un científico estadounidense hace pruebas con cerdos en una base militar ubicada en la frontera.
Dicho experimento se sale de control y lo que sería una relativamente simple persecución delincuente-policías termina convirtiéndose en una lucha contra una nueva especie.
Esta es una de las metáforas que el productor argentino Nicolás Entel encontró para dar su punto de vista en torno al conflicto del narcotráfico y la relación entre México y Estados Unidos al respecto.
«He estudiado muchísimo el mundo del narco, tengo un doctorado informal y (la serie) es un poco mi reflexión final al respecto. En definitiva, estamos luchando con un monstruo de mil cabezas que le cortas una y le sale otra, aquí estamos matando zombis que reviven», dice Entel a Efe.
Esta es la primera ficción escrita y producida por Nicolás Entel, quien explica que se rodeó de «los mejores escritores» para llevar a cabo esta serie de Amazon Prime Video, cuyo estreno fue este 6 de agosto.
«Aprendí a escribir editando mis documentales, creo que mis trabajos proponen al espectador una relación parecida a la que tienen en la ficción. Es muy interesante seguir haciendo lo que siempre he hecho que es contar historias», dice el productor.
Entel reconoce el nivel audiovisual que tiene México en cuanto a producciones y es algo que lo maravilla.
«La casa de efectos especiales ha sido una mexicana que trabaja para cineastas como David Fincher (…) Es muy importante que sea México la capital mundial de contenido audiovisual en español, por encima de Bogotá, Buenos Aires o España, México es muy generoso a la hora de exportar o importar talento», asegura.
UNA ESTRELLA DEL NARCO, CORRUPCIÓN Y CUESTIONAMIENTO
El español Sergio Peris-Mencheta es quien da vida al narcotraficante más buscado, Antonio Marroquín, y aunque reconoce que sus maniobras son muy similares a las del «Chapo» Guzmán confiesa que no tienen nada que ver en cuanto a la personalidad.
«El chapo es austero y de pocas palabras, este es una estrella de rock, un tipo afable muy en el carácter mafioso», cuenta a Efe.
El reto más grande que tuvo durante la trama fue «hablar el mexicano» (acento).
«Los últimos cinco años de mi vida solo actúo en ‘mexicano’, llevó el mismo tiempo viviendo en Estados Unidos y cuando me preguntan qué tal llevo el inglés respondo que mucho mejor que el ‘mexicano'», ríe el actor, quien considera que tuvo buenas personas en las que se pudo apoyar.
La serie también enmarca la corrupción del país y Fátima Molina será quien haga énfasis en ello en su papel de la reportera Lilia.
«Es aguerrida, quiere dar la nota y tiene una obsesión por entrevistar al narcotraficante, pero eso la va a llevar a cometer desparpajos sin límites y sin medir las consecuencias», dice la actriz.
Por su parte, Vico Ortiz cuenta que no pudo ocultar su emoción al enterarse del proyecto y se dedicó a dar un espacio a gente de la comunidad LGBT+ de forma peculiar con su personaje, la sargento Valencia.
Por su parte, Horacio García Rojas, que estudió todos los movimientos que un zombi podría tener o los sonidos que emitiría, comenta que lo que más le llama la atención de la serie es la ambivalencia que queda entre el bien y el mal.
«¿Quién es el malo? ¿Nosotros como humanidad somos los buenos de esta historia llamada planeta Tierra? o ¿somos el verdadero virus?», se cuestiona.