La misma sirve con toda probabilidad como puerta principal de entrada del virus al sistema nervioso, de acuerdo con los expertos.
Ciudad de México, 8 de junio (RT).- Un grupo de neurofisiólogos y biólogos moleculares ha descubierto una proteína que ayuda al coronavirus a ingresar a las células cerebrales. Para comprobarlo, lograron evitar durante un experimento que el SARS-CoV-2 infecte las neuronas de un ratón. Los resultados de su investigación, que aún no han sido revisados por otros expertos, fueron publicados en el portal bioRxiv.
Los expertos descubrieron que el virus puede penetrar en las células cerebrales no sólo a través del receptor ACE2, que ahora se considera el principal «cómplice» del SARS-CoV-2, sino también gracias a la proteína neuropilina-1.
Esta proteína es producida por todas las células nerviosas del epitelio olfativo, y con toda probabilidad sirve como la principal puerta de entrada para que el virus ingrese al sistema nervioso, apuntan los científicos.
Incluso en las primeras etapas de la pandemia, médicos de China encontraron indicios de que el virus podría penetrar en las células nerviosas periféricas y en el tejido cerebral. Recientemente, médicos de Alemania y Francia descubrieron que el coronavirus no puede multiplicarse dentro de las células cerebrales, pero puede causar su muerte masiva y acelerar el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.
LA ENTRADA PARA EL VIRUS
Ahora los expertos, dirigidos por el profesor de la Universidad Tecnológica de Múnich (Alemania), Michael Simons, aseguran haber encontrado exactamente cómo el nuevo coronavirus ingresa a las células cerebrales. Para hacer esto, los científicos han analizado qué tipos de receptores celulares pueden interactuar con el SARS-CoV-2.
En ese sentido, los especialistas notaron que dos proteínas tienen propiedades similares: la neuropilina-1 y la neuropilina-2, que se encuentran en grandes cantidades en la superficie de ciertos tipos de células nerviosas. Guiados por esta idea, los biólogos crearon una especie de «modelos» del coronavirus con un tipo de moléculas luminosas y trataron de infectar el cultivo celular que producía la neuropilina-1, pero no producía la proteína ACE2.
Estos experimentos mostraron que el coronavirus realmente penetró en las células con la ayuda de la neuropilina. Los científicos pudieron prevenir esto mediante el uso de anticuerpos sintéticos que bloquearon el funcionamiento de esta proteína.
Curiosamente, ya después de la infección con el SARS-CoV-2, estas células comenzaron a producir más neuropilina y otras proteínas y enzimas, que supuestamente están asociadas con la penetración del coronavirus en el cuerpo humano. Los científicos creen que tales cambios indican que el coronavirus puede usar receptores de neuropilina no sólo para ingresar en las células, sino también para distribuir rápidamente sus copias en todo el cuerpo de personas y animales.