ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS
La miniserie de HBO dividida en cinco episodios que dramatiza los acontecimientos que rodearon el accidente nuclear de Chernobyl en 1986, está basada en personajes y datos del acontecimiento.
MADRID, 08 de junio (Europa Press).– HBO ya estrenó el capítulo final de Chernobyl, una última entrega en la que las partes involucradas van a juicio por su papel en el accidente. Sin embargo, si bien el episodio es una versión dramatizada de los eventos reales, se aproxima a lo que realmente sucedió tras el juicio con los diferentes personajes, y algunos de ellos tuvieron finales sorprendentes.
El destino de algunas figuras clave ya se reveló a lo largo de la miniserie: el suicidio de Valery Legasov, que es el punto de partida de la historia; o la muerte de varios trabajadores de la central eléctrica.
Pero el capítulo final presenta una imagen completa del impacto del desastre y lo que significó no solo para quienes vivieron el accidente, sino también para las generaciones posteriores. Éstas son algunas de las historias de los personajes de Chernobyl en la vida real.
VALERY LEGASOV
El destino que se presenta para Legasov en la serie es muy parecido a lo que sucedió en la vida real. De hecho, el científico se suicidó el 27 de abril de 1988, dos años y un día después del desastre de Chernóbil, a la edad de 51 años.
Si bien es imposible saber exactamente por qué Legasov terminó con su vida, la serie insinúa que sin duda se debe al desastre. Esta teoría está respaldada por una entrevista que su hija Inga Valerievna concedió al medio ruso Moskovskij Komsomolets en 2017, en la que contó que el desastre lo había cambiado.
«Después del desastre de Chernóbil, mi padre repensó mucho», dijo Valerievna. «Era un patriota, seriamente preocupado por lo que sucedió, por el país, por las personas afectadas por el accidente. Estaba preocupado por los niños no nacidos abandonados en la zona de exclusión. Esta misericordia, que era inherente a él, aparentemente le quemó por dentro», agregó.
BORIS SCHERBINA
Enfermo debido a su exposición a la radiación, Boris Shcherbina murió el 22 de agosto de 1990, cuatro años y cuatro meses después del desastre. Tenía 70 años. En los años posteriores a Chernóbil, desempeñó un papel similar al que había ocupado, lidiando con el terremoto de 1988 en Armenia.
VICTOR BRYUKHANOV, ANATOLY DYATLOV Y NIKOLAI FOMIN
Victor Bryukhanov, Anatoly Dyatlov y Nikolai Fomin fueron sentenciados a 10 años de trabajos forzados por sus roles en el desastre. Tras su liberación, Fomin fue a trabajar a una planta de energía nuclear en Kalinin, Rusia. Dyatlov, a quien se le concedió la amnistía y salió de la cárcel después de cumplir solo cinco años, murió a causa de una enfermedad relacionada con la radiación en 1995. Bryukhanov también cumplió la mitad de su condena y actualmente vive en Kiev, Ucrania.
LYUDMILLA IGNATENKO
Esposa de uno de los bomberos que trabajó durante el accidente, la miniserie sigue su historia hasta después del nacimiento y la trágica muerte de su hija debido a problemas relacionados con la radiación. Esto también sucedió en la vida real y, aunque tras los hechos Ignatenko sufrió múltiples infartos y los médicos le dijeron que no podría ser madre de nuevo, actualmente vive hoy con su hijo en Kiev, Ucrania.
LOS ESPECTADORES DEL PUENTE
En el primer episodio de Chernobyl, se muestra a un grupo de personas paradas en un puente observando los acontecimientos. Una escena inolvidable, en la que aparecen varios niños jugando junto a sus padres. De acuerdo con la información ofrecida al final de Chernobyl, ninguna persona que estaba allí esa fatídica noche sobrevivió. Hoy en día, el lugar es conocido como El Puente de la Muerte.
LOS MINEROS
Después del desastre, un grupo de alrededor de 400 mineros fue a trabajar a Chernóbil para prevenir la fusión nuclear total. Según el final de la miniserie, se estima que 100 de esos mineros murieron antes de los 40 años.
LOS SUBMARINISTAS
Uno de los momentos más escalofriantes de Chernobyl es cuando tres hombres se ofrecen voluntariamente como buzos para sumergirse en el agua contaminada en el edificio del reactor y drenarlo para evitar otra explosión. Aunque todo apuntaba a que no saldrían con vida, los tres sobrevivieron después de ser hospitalizados y dos de ellos están vivos actualmente.
LA ZONA DE EXCLUSIÓN
El área alrededor de Chernóbil, la región contaminada de Ucrania y Bielorrusia, se denomina Zona de Exclusión. En el lado ucraniano, aún a día de hoy está prohibido que las personas habiten. Sin embargo, en el lado bielorruso, sí hay residentes, en gran parte porque Bielorrusia tiene lo que la periodista holandesa Franka Hummels denomina una relación «extraña» con Chernóbil.
«Bielorrusia tiene esta extraña relación con Chernóbil y la Zona de Exclusión debido a la dictadura, porque es una dictadura de propaganda», contó Hummels a Newsweek sobre el gobierno bielorruso de Alexander Lukashenko, descrito a menudo como el último dictador de Europa. «Entonces, si el gobierno dice que es seguro, tu vida es más fácil si simplemente crees eso. Así que la gente simplemente elige creer al gobierno que es seguro».
PLANTA NUCLEAR DE CHERNÓBIL
La central nuclear de Chernóbil todavía existe. Los reactores no dañados continuaron operando durante algunos años después del desastre, aunque no sin incidentes. En octubre de 1991, el reactor número 2 se incendió y fue cerrado. El número 1 se cerró en noviembre de 1996 y en 2000 dejó de operar el número 3. Los tres reactores se encuentran ahora en la fase de desmantelamiento.
En cuanto al reactor número 4, se completó una estructura de contención de acero en 2017. Se estima que esa nueva construcción confinará los restos radiactivos durante los próximos 100 años.
REACTORES RBMK
Como se reveló en el desenlace, mientras que el error humano tuvo un papel enorme en el desastre de Chernóbil, no fue la única causa. Los reactores RBMK soviéticos tenían un defecto de diseño fatal, que suponía un riesgo de explosión del reactor tal como sucedió.
Después de la muerte de Legasov y la herencia de sus memorias grabadas en audio en la comunidad científica, los funcionarios soviéticos finalmente reconocieron los errores del reactor RBMK y los adaptaron para evitar que ocurriera otro accidente.